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El gobernante cubano Miguel Díaz-Canel justificó los errores de su gestión este sábado al afirmar que "no somos robots programados para no fallar", pero "hemos resistido todos los golpes de la naturaleza (...) sin doblar las rodillas".
"Lo habremos hecho mejor o peor. No somos robots programados para no fallar. Pero lo hemos hecho. Hemos resistido todos los golpes de la naturaleza y de nuestros propios errores, sin doblar las rodillas y sin renunciar al sueño de la prosperidad posible", dijo en su discurso de clausura del V Pleno del Partido Comunista de Cuba (PCC), reseñado por la página web del gobierno.
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Y eso ha sido posible gracias a "la fortaleza de este pueblo laborioso, noble, apasionado e imaginativo" que, a su juicio, "supera el intento de comparación", subrayó, apegado a la histórica retórica del régimen.
"Cuba es ya una unidad de medida. Una Cuba equivale a máxima resistencia con máxima creatividad", recalcó el mandatario cubano, criticado dentro y fuera de la isla por la creciente represión y la insoluble crisis generalizada en el país.
Tampoco faltó la ocasión para justificar "los problemas, las insuficiencias y los errores también acumulados y concomitantes con los efectos del bloqueo" de Estados Unidos, una variable muy socorrida por el régimen ante cualquier resultado adverso.
"La política de máxima presión económica y el bloqueo han seguido siendo el eje principal que marca las relaciones bilaterales con los Estados Unidos", agregó, y luego calificó de "perniciosas" las denuncias de esclavitud forzada a que son sometidos los médicos de la isla en las llamadas brigadas de cooperación internacional.
En su discurso volvió a culpar a Washington de estimular la migración ilegal; y de la supuesta "campaña mediática de descrédito al sistema socialista, al Gobierno, a los dirigentes y contra las bases populares de apoyo a la revolución".
Si bien la prensa oficialista calificó el discurso "de esperanza y optimismo; de retos", el mandatario, tal vez en un acto fallido, reconoció lo que cada vez más cubanos aseguran: "Una conclusión salta a la vista cuando se revisan los temas y debates del Pleno: el Partido está en el centro de los problemas", afirmó.
Para una parte creciente de la población del país, el PCC es el principal problema de Cuba y su pésima gestión está en el centro de todas las calamidades.
En el Pleno, el PCC presentó un informe donde reconoce que uno de los principales errores de la administración ha sido la Tarea Ordenamiento, implementada desde el 1 de enero de 2021 y que ha generado una inflación acelerada y empobrecido más a los cubanos. Sin embargo, también calificó el descalabro como "desviaciones" derivadas de la medida económica.
"Los efectos de este escenario se reflejan en una agravada situación de carencias materiales, que incide en todos los sectores sociales y económicos del país. Subsisten el desabastecimiento y la inflación, con insuficientes resultados en las medidas adoptadas, lo que mantiene una afectación directa en la calidad de vida del pueblo", admitió el documento, mencionado este sábado por el diario oficialista Granma.
En el V Pleno el PCC también reconoció el aumento de la delincuencia en el país y la emigración, así como que las medidas adoptadas para aliviar la prolongada crisis económica son insuficientes.
Roberto Morales Ojeda, secretario de Organización, dijo que hay un incremento de las conductas delictivas, de las ilegalidades y de las indisciplinas sociales en Cuba.
Además, se refirió al "flujo migratorio diverso, sobre todo de jóvenes y profesionales", en un contexto de "agravada situación de carencias materiales en todos los sectores sociales y económicos".
Morales admitió que a escala nacional coexisten el desabastecimiento y la inflación y que son insuficientes las medidas adoptadas por el gobierno en varias áreas, lo que repercute en la calidad de vida de los cubanos y en el "clima social".
Sin embargo, ningún funcionario reconoce el aumento de la represión y de la violencia del Estado como resultado del intento de acallar el descontento popular.
Cuba atraviesa una profunda crisis energética que provoca apagones de hasta 12 horas y un creciente rechazo social, que ha obligado a Díaz-Canel a realizar dos giras internacionales en busca de apoyo de viejos aliados del régimen.
A pesar de ello, tampoco ha reconocido los errores del Gobierno para dar solución a la insuficiente generación eléctrica. En julio se justificó con una presunta "mala suerte de su administración" y afirmó "hemos tenido también baches en la distribución de combustible (...); déficit de generación térmica; y el otro elemento lo voy a decir en cubano: Es que estamos salaos con esto de la energía".
A fines de noviembre Díaz-Canel prometió que 2023 será un mejor año, pero a partir de que todo el mundo trabaje "intensamente".
Díaz-Canel fue nombrado presidente del Consejos de Estado y de Ministros de la República de Cuba el 19 de abril de 2018, cuando se constituyó la IX Legislatura de la Asamblea Nacional de Cuba para el período 2018-2023 (cinco años); y fue nombrado oficialmente como gobernante el 10 de octubre de 2019 por el Parlamento, para un mandato de cinco años reelegible por única vez, según la Constitución de ese año 2019.
Los cubanos están llamados a elecciones generales para el próximo 26 de marzo, cuando deben salir electos los diputados al Parlamento por un periodo de otros cinco años. Luego de quedar constituida la nueva Asamblea Nacional, esta elegirá la nueva directiva del Parlamento, el Consejo de Estado, el presidente y vicepresidente de la República y el Gobierno.
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