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El régimen nicaragüense de Daniel Ortega pagará 400 mil córdobas (más de 11 mil dólares) a la agencia de noticias estatal cubana Prensa Latina, en concepto de análisis de información a la Presidencia de la República.
El proceso para el otorgamiento de este pago, según reveló el medio independiente nicaragüense Despacho 505, estuvo plagado de irregularidades, puesto que la agencia cubana compitió contra otros dos oferentes nacionales que no ofrecen en su catálogo de servicios el análisis o producción de información.
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En la convocatoria a licitación pública, que se hizo oficial el pasado 22 de noviembre, compitieron además las imprentas Editora Gráfica, S.A.; y OK Imprenta y Publicidad, S.A.
Un experto en contrataciones públicas consultado por Despacho 505 sospecha que detrás de esta licitación se pueden advertir indicios de colusión.
Aunque la contratación de servicios es un procedimiento habitual y lícito en el Estado, “el problema surge cuando existen elementos que advierten indicios de corrupción, de falta de transparencia, como en este caso han elegido oferentes que ni siquiera prestan el servicio. Eso ya levanta sospechas”, dijo el experto.
“La simple selección de oferentes no calificados es suficiente elemento para sospechar que son oferentes fantasmas, que detrás hay colusión”, añadió.
Según Despacho 505, el régimen de Ortega se caracteriza por la falta de transparencia en las contrataciones públicas y se ha demostrado la existencia de oferentes recurrentes.
En el caso de la licitación en que estuvo involucrada la agencia estatal cubana, las imprentas que fueron escogidas para competir con Prensa Latina se dedican a la elaboración de llaveros, pachones, lapiceros, tazas, impresión de serigrafía y bordado de camisetas estilo polo, así como a la impresión de banners, vallas, mupis, backings, mantas, impresión digital, producción de spots publicitarios, afiches, etc., pero no a la producción de noticias.
De esta manera, el resultado previsible era que la agencia cubana obtuviera la licitación, como terminó sucediendo.
Supuestamente, Prensa Latina brindará a la administración de Ortega y su esposa Rosario Murillo información oportuna para el análisis de los diferentes temas en los ámbitos económico, social y político que podrían incidir en el ámbito nacional.
El servicio, que comenzará el 2 de enero del 2023, se extenderá por un año con posibilidad de ampliación. El pago por el mismo será de 929 dólares mensuales.
En este momento, la licitación, que concluyó el pasado 25 de noviembre, se encuentra en proceso de evaluación para verificar el cumplimiento de las cláusulas establecidas.
En 2020, un informe del Ministerio de Comunicación de Bolivia reveló que Prensa Latina recibió más de 200 mil dólares del gobierno de Evo Morales, solo en los dos últimos años de su gestión.
Prensa Latina fue uno de los medios beneficiados por Morales, específicamente con 206,977 dólares (1,426,440 bolivianos) en 2018 y 2019.
Morales invirtió en los 11 años de su mandato, entre el 2011 y 2019, más de 249 millones de dólares (más de 1,718 millones de bolivianos) en publicidad gubernamental y la agencia estatal cubana estuvo entre los 20 medios escritos que más dinero recibieron del gobierno del Movimiento al Socialismo (MAS).
Desde 2014 la prensa en Bolivia denunció la creación de medios paraestatales, o afines con Morales, para mantenerse en el poder.
Prensa Latina tiene su sede en La Habana, Cuba, y fue creada en 1959 por el periodista argentino Jorge Ricardo Masetti y el colombiano Gabriel García Márquez.
Como correlato del apoyo cubano a las guerrillas en el continente, la agencia se convirtió en herramienta del aparato propagandístico estatal con un perfil latinoamericano, según consta en su página oficial, pero siempre a tono con la ideología del régimen y en defensa de los mandatarios afines a la isla. En Prensa Latina se sigue la misma línea de todos los medios controlados por el Partido Comunista de Cuba.
El Gobierno de Cuba no divulga informe de transparencia alguno sobre los recursos destinados a sus medios oficialistas, pero sí acusa constantemente a los medios independientes por recibir dinero de organizaciones o gobiernos extranjeros.
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