El proceso de recuperación en La Coloma, Pinar del Río, avanza lento y aún quedan unas 300 personas albergadas a la espera de que se reparen sus viviendas.
De cara al reinicio del curso escolar en esa localidad del occidente cubano, por donde tocó tierra el huracán Ian, las autoridades acondicionan una naves, para trasladar a estas personas y así vaciar las escuelas, dijo Jesús Rondón Domínguez, presidente del Consejo de Defensa Zonal, al periódico Guerrillero.
Unas 333 familias de La Coloma han podido comprar materiales de la construcción, cifra que representa el 15 % de las planillas confeccionadas para solicitar la subvención y adquirir los insumos necesarios para reparar las viviendas.
La escasez de productos para venderle a los damnificados es otro problema al que se enfrentan y el funcionario denunció que hasta el momento no había entrado ninguna pieza de madera. El inventario detalla el arribo de 1,800 tejas de asbesto cemento, unos 100 metros de arena, 2,820 bloques, 30 toneladas de cemento, 400 tejas infinitas, 1,120 fibras de cinc, 400 kilogramos de puntilla y 125 tanques de 200 litros.
Ian dejó a su paso por esa comunidad pesquera de Pinar del Río 291 derrumbes totales, 348 parciales, 352 totales de techo, 1,321 parciales de techo y otros 218 en los edificios, según datos oficiales.
A los estragos provocados por este fenómeno natural, se le suman las familias que desde 2002 vivían en albergues porque perdieron sus casas en ciclones anteriores.
Maribel Rodríguez, de 59 años, perdió su hogar con el huracán Lili y desde entonces vive en albergues provisionales del gobierno, a la espera de una ayuda estatal para reconstruir su casa, contó a la agencia de noticias AP.
Esta semana la prensa oficialista cubana denunció que los materiales de la construcción que se destinaron a los damnificados de Ian se vendan en el mercado informal a sobreprecio. También se criticó que la burocracia de las instituciones estatales demore la entrega de los insumos.
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