Una planta industrial en Cienfuegos estabilizó la producción de harina de yuca, que es empleada en la elaboración de pan y otros alimentos ante el crítico déficit de harina de trigo en el país, según reportes oficiales.
La minindustria, de tecnología colombiana, funciona en la Cooperativa de Créditos y Servicios (CCS) Antonio Maceo, perteneciente a la Empresa Agropecuaria Horquita del municipio Abreus, y tiene capacidad para obtener dos toneladas diarias del producto, que se usa mezclado con harina de trigo, según una nota de la oficialista Agencia Cubana de Noticias (ACN).
Modesto Rodríguez, director de la CCS, dijo recientemente al telecentro local Perlavisión que esta "alternativa" busca "ahorrar harina de trigo" y explicó que el producto se está utilizando como extensor en plantas cárnicas y en la elaboración de pan, en cuya fórmula se mezclan un 20% de harina de yuca y el 80% de trigo. Además, se emplea en la fabricación de pienso para el consumo animal.
Sin embargo, uno de los problemas que atentan contra el proceso productivo son los constantes cortes eléctricos. Debido a ello, aseguró Rodríguez, trabajan cuando hay luz porque "la corriente hay que aprovecharla en el momento que esté", así sea por las noches, para evitar atrasos.
Según Perlavisión, la producción de harina de yuca también se ha estabilizado gracias a la incorporación de la minindustria a un proyecto internacional que apoya la agricultura sostenible, el cual permite mejorar las condiciones de las maquinarias que intervienen en el proceso.
La materia prima se garantiza con el cultivo de la yuca en más de 500 hectáreas en varias unidades productoras, como la "Antonio Maceo", sede de la minindustria, la CPA 28 de enero y la UEB (Unidad Empresarial de Base) Juraguá de la empresa agropecuaria Horquita, de acuerdo con otro de los directivos entrevistados por el canal televisivo oficial.
El mismo, que no fue identificado, comentó que la yuca es un cultivo noble y por ello, en medio de los pocos recursos existentes, se debe asegurar este tipo de producción.
Asimismo, el director de la cooperativa informó que cuentan con una máquina sembradora mecanizada, "la primera del país", a la que se le introduce la "vareta", y el equipo la trocea, la siembra y la tapa.
Aseguró que con esta maquinaria se pueden hacer 10 hectáreas en poco tiempo, se ahorra en los salarios porque necesitan menos personal y el cultivo es menos costoso. Sin embargo, estas declaraciones pudieran ser cuestionables ante la cantidad de desempleados -llamados eufemísticamente por el gobierno "trabajadores disponibles"- que hay en Cuba.
Rodríguez añadió que como parte del proyecto también obtuvieron una máquina de tracción mecanizada para sacar la yuca, lo cual mejora la cosecha y agiliza los procesos.
Ante la crisis nacional por la escasez de harina de trigo para la producción de panes, dulces, galletas y otros alimentos, en el país se están aplicando opciones que buscan mitigar la carencia de ese componente primario, siendo la yuca el producto al que más apuesta la industria alimentaria cubana.
En agosto pasado, el Ministerio del Comercio Interior (MINCIN) reconoció problemas en la importación de trigo, sin embargo, negó que hubiera afectaciones en la producción de pan para la canasta familiar y la Cadena Cubana del Pan, pese a las denuncias ciudadanas sobre limitaciones a la venta del alimento en algunas panaderías.
Muchos cubanos aseguraron entonces que comer pan es más difícil hoy que durante el llamado Periodo Especial, en la década del 90 del siglo pasado, y se quejaban de los atrasos en la distribución del pan.
En varias regiones del país también se ha promovido el uso de la harina de yuca; por ejemplo, en Villa Clara, donde se usa el tubérculo como complemento alimentario de cerdos y reses.
Del mismo modo, en Camagüey se recurre al suero lácteo y las harinas de arroz y yuca para producir alimentos; mientras que en Las Tunas se elaboran dulces sin huevo y croquetas de yuca.
A pesar de innovaciones y alternativas, la crisis de la harina es un hecho que llegó incluso a la iglesia católica en Cuba. Las carmelitas descalzas de La Habana comunicaron que ya no podrían seguir elaborando ni vendiendo las hostias pues se les acabó la harina.
La actual crisis de la harina de trigo y la producción de pan durante este año es una muestra más de la escasez generalizada de alimentos esenciales en Cuba. Los propios directivos cubanos calificaron de crítica la situación del abastecimiento de harina en el mercado nacional por falta de financiamiento para la compra de trigo. Para garantizar la demanda de harina nacional, el país debería recibir tres o cuatro buques de trigo cada mes, pero por falta de fondos solo están llegando uno o dos.
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