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El especialista en Salud Pública Esequiel Hernández Almeida alertó del aumento de neuropatías y enfermedades digestivas asociadas a una dieta deficiente en Cuba.
En un mensaje posteado en Facebook el galeno, residente en Manzanillo según la información de su perfil en esa red, afirma que estas enfermedades están asociadas directamente a "una dieta deficiente, desequilibrada, con carencia de proteínas de alto valor biológico, de grasas y predominantemente glucídica (de azúcares)".
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Las consecuencias de tales carencias "son los disturbios estomacales que se conocen como complejo anaclorhidria-sobrecrecimiento bacteriano- diarreas y que fue bien documentado en la epidemia de los años 90 del pasado siglo en estudios en Cienfuegos y en Manzanillo".
En el contexto de la crisis alimentaria que padece la población de la isla el galeno explica que las deficiencias en la dieta "hacen que el pH gástrico disminuya y se pierda la barrera defensiva (germicida) que él representa y que determinadas bacterias (encabezadas por el Helicobacter pylori, que puede estar desde antes y otras muchas) crezcan en nuestros intestinos".
En esos casos sobreviene malabsorción de vitaminas, aminoácidos y otros nutrientes, lo cual empeora el cuadro nutricional de base, señaló Hernández Almeida.
Al final de su mensaje llama a las personas con manifestaciones digestivas como dispepsias, digestiones lentas, dolor, acidez, diarreas, etc. a acudir al médico y tratar de resolverlas para garantizar un mejor aprovechamiento de la dieta.
Las neuropatías y enfermedades gastrointestinales también afectaron a los cubanos en el llamado Periodo Especial, cuando al menos 50 mil residentes en la isla perdieron la visión por motivos relacionados con deficiencias nutricionales.
El doctor Héctor Terry Molinet –quien a principios de los años 90 del pasado siglo fungía como viceministro de Salud Pública, a cargo de la Higiene y Epidemiología– perdió su cargo tras decirle públicamente al entonces mandatario Fidel Castro que la epidemia de neuritis óptica que asolaba en el país era debido a las carencias alimentarias que padecían los cubanos.
El pasado año un oftalmólogo estadounidense reveló las causas que provocaron que 50 mil cubanos perdieran su visión durante esa etapa. Los resultados confirmaron la teoría de Terry, y descartaron la versión de Castro, quien quería culpar de la enfermedad a un "posible ataque químico de Estados Unidos".
La investigación del doctor Sadun comprobó científicamente que la neuritis óptica que estaban padeciendo miles de cubanos no era ningún virus introducido en el país por EE. UU, sino el resultado de una combinación por ingerir el metanol de rones destilados artesanalmente y una deficiencia de ácido fólico, debido a la mala alimentación durante esos años.
Recientemente las autoridades sanitarias cubanas han reconocido un aumento de enfermedades respiratorias y diarreicas en la población infantil, lo que achacaron al fuerte calor y las lluvias de estos meses.
También en Mayabeque se han reportado aumentos de enfermedades gastrointestinales, lo que presumiblemente se vio agravado porque el agua en esa localidad estaba llegando contaminada "con aguas albañales y con abundantes microorganismos patógenos peligrosos para la salud", dijeron médicos locales.
Actualmente miles de familias cubanas han debido renunciar a al menos un tiempo de comida a consecuencia de la inflación y la escasez de alimentos en el país, y las proteínas, especialmente las de origen animal constituyen para muchos un lujo. Los más afectados con la crisis actual son los niños y ancianos.
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