Fallece padre de las presas políticas del 11J María Cristina y Angélica Garrido

“Se murió el papá de las hermanas Garrido. Y se murió en el peor momento”, dijo el esposo de Angélica en Facebook.

 María Cristina y Angélica Garrido © Facebook/Michel Valladares
María Cristina y Angélica Garrido Foto © Facebook/Michel Valladares

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El padre de las hermanas de las presas políticas del 11J María Cristina y Angélica Garrido falleció en la isla, según trascendió en redes sociales

“Si no es porque me queda un poco de coherencia, pensaría que hasta la muerte trabaja para la Seguridad del Estado. Se murió el papá de las hermanas Garrido. Y se murió en el peor momento. Sé, que sueno un poco egoísta, pero por querer, quiero, que no las toquen, ni con esta tristeza de muerte”, expuso este miércoles en su perfil de Facebook el esposo de Angélica Garrido, Luis Rodríguez Pérez.


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Tras la difusión de esta noticia, la publicación ha generado numerosos comentarios de condolencias hacia las hermanas, quienes están encarceladas desde el 12 de julio de 2021 por salir a manifestarse en contra del régimen en las jornadas de protestas del 11J en Quivicán, en la provincia de Mayabeque.

Captura Facebook/Luis Rodríguez Pérez

“Descase en Paz su viejito. Llegue a toda la familia mi más sincero pésame. Fuerza para las hermanas Angélica y María Cristina”; “EPD el papá de las valientes hermanas, mi más sentido pésame para familiares y amigos”; “Lo siento mucho, en paz descanse, que Dios ponga su mano sobre ellas y sobre nuestro pueblo sufrido. Libertad para los presos políticos”, refieren algunos de los comentarios de la publicación.

A mediados de agosto, tras sufrir en prisión una parálisis facial, Angélica Garrido dijo que mantiene y mantendrá su firmeza, pese a las adversidades, y siempre “luchará contra las injusticias”.

En un audio enviado a CiberCuba, la joven, quien cumple una condena de tres años por manifestarse el 11J, denunció que padece de varías secuelas producto del estrés a que la someten en la cárcel, como decaimiento, dolor constante de cabeza y somnolencia.

La manifestante del 11J agradeció a todos los amigos que se preocupan por su estado de salud y dijo “sentirse triste, mas no derrotada”.

La presa política explicó sobre la parálisis periférica facial del lado derecho que la aqueja desde hace unos días que, por fortuna, “no fue tan severa”.

Durante estos meses las hermanas Garrido han sido confinadas a celdas de castigo, recibido golpizas, interrogatorios y amenazas, especialmente María Cristina, quien es vista por las autoridades como líder de la manifestación en Quivicán, según reiteradas denuncias de su familia.

María Cristina fue condenada en marzo pasado a siete años de cárcel, mientras que Angélica fue sentenciada a tres en el mismo juicio.

Tanto María Cristina (41 años) como su hermana Angélica (39 años) son madres de tres y dos niños, respectivamente, que ahora se encuentran al cuidado de familiares.

Ambas forman parte del grupo de 74 mujeres presas en Cuba, de un total de 747 prisioneros por motivos políticos y de conciencia tras las multitudinarias protestas del verano del pasado año, de acuerdo al subregistro del grupo Justicia 11J.

Antes de las protestas sus nombres ya eran conocidos. María Cristina constantemente denunciaba la situación de pobreza en la que viven muchos niños de su pueblo, y en septiembre de 2020 trascendió una en particular sobre un niño cubano que asistía a la escuela en chancletas porque no tenía zapatos.

Angélica, por su parte, fue amenazada ese año tras enfrentar a un inspector que le impuso una multa a una mujer por bajarse el cubrebocas en una cola para tomar agua.

Recién, la Asociación de Madres y Familiares por la Amnistía, la Red Femenina de Cuba y el Consejo para la Transición Democrática en Cuba denunciaron la represión sistémica que ejerce el Estado cubano en el caso de ellas.

En un comunicado difundido por estas tres organizaciones independientes, y al que pudo acceder CiberCuba, se explica que la violencia contra la mujer, y en especial la violencia institucional, constituye uno de los problemas sociales más graves en Cuba, hecho que se evidencia en el caso de estas dos hermanas a quienes califican como “paradigmas de honestidad, integridad y fortaleza”.

La declaración focaliza en la situación de estas dos hermanas, y denuncia, en el caso de Angélica, que “una parálisis en la mitad de su cuerpo, a consecuencia de un accidente cerebrovascular, es el resultado de la extrema violencia policial de la que ha sido víctima”.

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