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El badmintonista historia del deporte cubano, Osleni Guerrero, hace unos pocos días decidió darle a su vida un nuevo rumbo. Hoy se encuentra en Chicago entrenando su amada disciplina y mirando con nueva luz el futuro.
Llegué a México para asistir a Open de esta nación y decidí pasar a Estados Unidos por la frontera. Fue una decisión prácticamente impensada y le agradezco a Dios y a las personas que me han ayudado.
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Me encuentro en Chicago donde continúo con mi entrenamiento. Lo mío es el bádminton, que no quepa duda y a mis 32 años aún estoy en plenas condiciones de entrenarlo y competir.
¿Por qué tomaste una decisión tan seria, máxime cuando tu segunda niña está apenas recién nacida y tú eres un maravilloso padre?
Precisamente ellas han sido la causa principal de mi decisión, que te reitero fue tomada en un segundo; buscarles un porvenir en el cual puedan ser felices, vivir sin estrés, tener lo elemental para hacer una vida plena, satisfacer sus necesidades primarias.
Personalmente yo no veía un futuro para mí en Cuba, ni personal ni deportivamente. Las cosas no me iban yendo bien; tú sabes por mi anterior entrevista para CiberCuba que estuve tres años sin competir, con COVID incluida.
Y, en la primera competencia que tuvimos mis compañeros y yo, en el Open de Santo Domingo, ganamos una presea de plata y otra de bronce contra rivales con mucha más preparación y fogueo… ¿Alguien ni siquiera nos felicitó? Nada, pasamos como si nada hubiera ocurrido. No hay interés hacia nada que no sea lo que les interese (en este caso a la dirección del bádminton y del INDER)
Yo sentí que ya no era el mismo el interés de la Federación de bádminton hacia mí, me sentí arrinconado cuando yo estaba aún dando resultados. En la parte personal, ya con dos hijas, uno tiene que pensar en qué les va a dar en el futuro y también en el presente.
Cuando lo que tienes apenas alcanza para comer o tienes que decidir en comprarle zapatos y ropita, salir un día a la playa o comer…¡está dura la cosa!
De más está decirte que te deseo lo mejor de este mundo y que muy pronto puedas reunir a tu familia junto a ti. Luchaste mucho por las cuatro letras y mereces todo lo bueno que te pase.
Agradezco tus palabras. Me siento muy contento de haber jugado por mi país y haberle dado triunfos a mi pueblo. Ahora siento que el futuro está verdaderamente en mis manos. De mí depende.
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