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El régimen cubano sustituyó las luminarias coloniales del malecón habanero por instalaciones más modernas, una iniciativa que a juicio de residentes en la capital rompe con los valores del tramo del Malecón tradicional.
El portal oficialista Cubadebate defendió que las nuevas luminarias devolverán "la iluminación pública al tramo desde la calle Marina hasta el Prado", y que constituyen "una solución moderna, sostenible y adecuada a las condiciones del país y al corrosivo entorno de la zona".
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La ingeniera María Isabel Martínez Oliver, jefa de Inversiones del Grupo Malecón y Extramuros de la Oficina del Historiador de la Ciudad (OHCH), explicó que "desde los primeros años de los 2000 fueron colocadas en el Malecón tradicional farolas de inspiración colonial realizadas en hierro fundido que recibían mantenimiento anualmente, pero estaban muy deterioradas por el paso del tiempo y los efectos del entorno altamente corrosivo por la acción constante del aerosol marino".
"Ya no eran suficientes los mantenimientos, se necesitaba una reposición total", justificó.
El ingeniero Jesús Ramírez Mirabal, subdirector técnico de Inversiones de la OHCH, dijo por su parte que no hay recursos para restaurar las luminarias en su aspecto original.
Se decidió sustituir las viejas por otras que fueran "similares" a las colocadas en el resto del Malecón, y de las cuales ya habían 80 en las oficinas de la Unión Eléctrica.
Es decir, se están desmontando 80 viejas luminarias en el tramo desde la calle Marina hasta Prado, incluido el Parque Maceo y el separador a la altura de este, y demoliendo sus bases.
"Los trabajos incluyen el zanjeado y el retiro de las redes viejas para colocar el cableado nuevo con su canalización (tuberías de PVC soterradas de farola a farola), la fundición de nuevas bases y la instalación de luminarias LED de aluminio", precisó Martínez Oliver.
Señaló que el proyecto fue dividido en tres tramos: calle Marina-Belascoaín, Belascoaín-Galiano y Galiano-Prado, de los cuales solo funciona actualmente el segundo tramo. "Ya están alumbrados en las noches el tramo de Belascoaín hasta Galiano y el separador junto al Parque Maceo", puntualizó.
Asimismo, dijo que ya se han colocado las redes y han sido fundidas prácticamente todas las bases de Galiano a Prado. Allí se instalarán las 23 farolas restantes.
En el Parque Maceo serán colocadas seis luminarias perimetrales. Las bases comenzaron a fundirse este jueves 25 de agosto, subrayó el rotativo. El alumbrado interior de ese parque será restaurado en fecha posterior
La OHCH informó que las obras deberán estar concluidas en noviembre, para el aniversario 503 de la ciudad de La Habana.
Los cubanos tienen opiniones divididas sobre el cambio de farolas y así lo expresaron en los comentarios a la publicación del portal gubernamental. Algunos defienden que las luminarias anteriores no eran suficientes para la amplia zona, y compararon la oscuridad que hay en el tramo tradicional del Malecón con la iluminación en la zona de El Vedado.
Otros afirmaron que "el nuevo sistema de alumbrado será muy eficiente y sostenible pero realmente en nada se ajusta a la intención con que fue concebido cuando se emplazaron aquellas farolas, acorde con los valores del tramo del Malecón tradicional. [Eusebio] Leal seguramente hubiera hallado otra solución para diferenciarlo, seguramente. Para él no había imposibles, ni puertas cerradas".
Un lector hizo notar que la recuperación de la iluminación del Malecón coincide, contradictoriamente, con la crisis energética que tiene "las ciudades del país a oscuras por los apagones".
Asimismo, una seguidora del medio lamentó que "no se tuvo en cuenta su desgaste estructural antes de poner las tradicionales de hierro más propicias al entorno colonial pero sin dudas altamente corrosivas"; y llamó a las autoridades a "tener en cuenta en los proyectos las ventajas y desventajas para evitar el gasto innecesario de recursos y esfuerzo".
Muchos cubanos, sin embargo, ven estos cambios con cautela pues aseguran que en ocasiones las "soluciones" del Gobierno empeoran las cosas. En 2020 el parque de las calles G y 3ra, en el Vedado habanero, fue la nueva víctima de la "reforma urbana" en la capital: fue despojado de su césped y sus árboles para dar paso a un reprochable y chapucero baño de adoquines de concreto.
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