El experto Miguel Sánchez, líder en Administración de Emergencias de la empresa estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), explicó que entre las causas de la rápida propagación del incendio en la Base de Supertanqueros de Matanzas, Cuba, estuvo el factor ambiental y un efecto de ebullición conocido como boilover.
En declaraciones a la televisión oficialista cubana, el ingeniero se refirió a dos momentos importantes del incendio de grandes proporciones registrado desde el viernes 5 de agosto en la provincia de Matanzas: la propagación del fuego a cuatro tanques de combustible, y una explosión del segundo depósito en la noche del domingo, que elevó una nube de fuego de 200 metros de altura.
Dijo que el incendio consecutivo de cuatro tanques de crudo y fuel oil dependió en primer lugar de la variable ambiental y de la separación entre los equipos. "Si estaban muy próximos puede ocurrir la propagación y el escalamiento".
"Las variables ambientales que han tenido un impacto importante, el cambio de la dirección del viento, la velocidad del viento, nos obliga a retroceder para proteger al personal que se encuentra combatiendo el fuego", expresó el experto venezolano, que habría llegado a Cuba como parte del equipo de asesores que trabajó junto a cubanos y mexicanos para controlar el desastre.
Afirmó que "cualquier instalación petrolera diseña su sistema para tener el evento único mayor, es decir, del elemento que demande la mayor cantidad de recursos. Ésa es la filosofía del sistema de emergencia del sector petrolero".
Sin embargo, en el caso cubano "ese evento mayor afectó la capacidad de respuesta a la emergencia, la capacidad de los sistemas fijos de extinción, y el fuego se propagó al siguiente tanque a pesar del esfuerzo titánico de los bomberos para controlar el siniestro", aseveró.
Sobre la explosión del segundo depósito de combustible cuyas imágenes se viralizaron en redes el domingo en la noche, explicó que esta se generó "por el agua que pudo haber estado en el fondo del tanque".
"Las fracciones livianas se queman, baja un frente de calor, el agua al hervir incrementa su volumen unas 1.600, 1.800 veces, y eso hace que el combustible incendiado salga expulsado como un volcán. Por supuesto, eso va a propagar el fuego a las áreas del dique o a otros tanques", comentó.
"Este fenómeno fue el que ocurrió aquí y fue el que se vio desde la línea de la costa: un incremento violento producto de una explosión de casi 200 m de altura. Éste fenómeno en el argot de las ciencias del fuego se le conoce como Boilover, es un fenómeno de rebosamiento por ebullición del agua que pueda estar contenida en el fondo del tanque", argumentó Sánchez.
El especialista de la empresa petrolera del régimen de Nicolás Maduro en Venezuela, también defendió el manejo del incendio por parte del Gobierno cubano, que enfrenta fuertes cuestionamientos sobre sus sistemas de protección contra descargas eléctricas, y por enviar a la línea roja a jóvenes inexpertos que pasaban el Servicio Militar sin medir los elevados riesgos de deformación del primer tanque incendiado y la consecuente expansión del siniestro.
Dijo al respecto que "las extracciones petroleras demandan mucho esfuerzo por parte de los diferentes actores" y que "las variables ambientales son muy difíciles de controlar".
"Este incendio se inicia producto de una descarga eléctrica atmosférica, que es una variable que a pesar de que existen dispositivos de protección, es muy difícil predecir", dijo, aunque debió reconocer que los sistemas cubanos de respuesta a una emergencia de ese tipo fallaron completamente.
Sánchez agregó que se incendiaron tanques de características y volúmenes importantes que demandaban una capacidad de respuesta que se vio afectada por "las acciones del fuego y de la primera explosión".
"Normalmente, los incendios petroleros demandan muchos recursos y producto de sus características propias pueden afectar los sistemas de control de emergencia", justificó el experto venezolano.
El sábado, luego de que una explosión en el segundo tanque dejara a 14 bomberos desaparecidos y causara la muerte de un rescatista de 60 años, el régimen cubano pidió ayuda a sus aliados con experiencia en temas petroleros para controlar el siniestro.
De inmediato México y Venezuela enviaron a la isla ayuda humanitaria y expertos de PEMEX y PDVSA, pero el fuego estuvo sin control hasta el miércoles, cuando las llamas consumieron todo el combustible y finalmente se extinguieron.
Actualmente las autoridades se encuentran en la búsqueda de los restos de los desaparecidos, muchos de ellos jóvenes de entre 19 y 23 años.
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