Después de ocho meses sin producir Cefalexina, Cuba retoma la fabricación del antibiótico de alta demanda popular tras la llegada al país de materia prima, aunque con limitada cobertura, informaron fuentes oficiales este fin de semana.
En declaraciones para el periódico Granma, Xenia Madrazo Sagre, directora general de la Empresa Farmacéutica 8 de marzo, perteneciente al grupo empresarial BioCubaFarma, precisó que se fabrican la Cefalexina 500 mg en cápsulas, y la Cefalexina 250 mg en polvo para suspensión oral dirigida a edades pediátricas.
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“Contamos con las materias primas, aproximadamente para 75 días de abastecimiento de la Cefalexina en cápsulas y, en el caso del polvo para suspensión oral, tenemos una cobertura que puede garantizar todo el año”, dijo la funcionaria.
Para lograr la disponibilidad del antibiótico lo más pronto posible, trabajadores de tres plantas productivas de la 8 de marzo se encuentran laborando en turnos de 24 horas y se espera que a finales de este mes esté cubierta la demanda por 30 días, indicó Madrazo y advirtió que, a pesar de las proyecciones, este es un medicamento de alta la demanda que desde noviembre no se producía. No obstante, en Twitter, BioCubaFarma aseguró que el "antibiótico estará disponible en este mes de julio, con una cobertura para 60 días".
La Cefalexina, tanto en cápsula como en suspensión oral, es una cefalosporina de primera generación, activa contra Staphylococcus aureus resistente a la penicilina y otras cepas de Staphylococcus, Streptococcus pyogenes, Streptococcus pneumoniae, Streptococcus agalactiae (Grupo B) y otros estreptococos betahemolíticos, siendo susceptibles a este antimicrobiano la mayoría de los estreptococos del Grupo viridans.
También se está produciendo Ciprofloxacino en la Empresa Laboratorios MedSol, igualmente parte de BioCubaFarma, y está en plan la producción del antibiótico oral Amoxicilina, una vez que finalice la fabricación de Cefalexina, informaron autoridades de estas farmacéuticas que en ningún caso ofrecen estabilidad en la producción a largo plazo.
“La situación que tenemos hoy con los medicamentos, tanto los que fabrica la industria biofarmacéutica como los importados, es muy compleja”, reconoció el doctor Eduardo Martínez Díaz, presidente de BioCubaFarma, y agregó que “actualmente se contabilizan en falta más de 150 fármacos de los producidos por BioCubaFarma, que no están en la red de farmacias u hospitales”.
Según el funcionario, “el 95 % de los medicamentos que están en falta hoy se debe, precisamente, a que no contamos con la materia prima, o el principio activo o uno de los componentes de la formulación”, mientras que el restante 5% no se han garantizado por roturas de máquinas o líneas de producción en mantenimiento.
Otras causas a las que atribuyó la escasez de medicamentos fueron la crisis económica del país que impide la compra en mercados internaciones y las sanciones financieras de Estados Unidos.
Al igual que Madrazo, Martínez puntualizó que la materia prima recibida “no alcanza para disminuir significativamente la falta en el país, sobre todo en los fármacos de las tarjetas de control”.
Lo anterior, va en línea con las declaraciones recientes del ministro de Salud Pública, José Ángel Portal Miranda, cuando advirtió que la escasez de medicamentos en Cuba no se resolverá a corto plazo.
Además de los fármacos que escasean de la red de farmacias y hospitales del país, la crisis de desabastecimiento también afecta a insumos y gastables sanitarios e impacta negativamente en la atención y servicios de salud, así como en el estado de opinión de la población, reconoció el titular de Salud.
Con un déficit actual de 143 de los 627 medicamentos que conforman el cuadro básico de la salud pública en el país, la falta de medicamentos e insumos médicos en Cuba es alarmante desde 2015, a pesar del aumento exponencial de la mortalidad en el país año tras año, en un país envejecido cuya primera causa de muerte son las enfermedades no transmisibles como las cardiopatías, el cáncer y la diabetis.
Las autoridades cubanas continúan sin garantizar una atención pública de calidad, mientras la Covid-19 reputa y el dengue se hace endémico, en detrimento de la ya cuestionable calidad de vida de la población cubana.
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