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El preso político Moncho Pérez se declaró plantado en la prisión de Valle Grande, en La Habana, en protesta por la injusta condena de 12 años de cárcel que recién le acaban de aplicar.
“Ramón Pérez Conde, conocido por todos como Moncho Pérez, se declaró hoy en huelga de hambre en la prisión de Valle Grande, de La Habana, en contra de la injusta condena de 12 de años de privación de libertad”, informó en su perfil de Facebook la activista Marisol Peña Cobas.
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También recordó que “Moncho no mató, no violó, no robó. Moncho solo tocó cazuela todos los días a las 9 p.m. por la libertad de Cuba y de todos los presos políticos”.
Este sábado, Pérez Conde declaró al portal Cubanet, a través de una llamada telefónica que la sentencia del Tribunal Provincial Popular de La Habana es una injusticia y que con la huelga de hambre espera salir en libertad, pues no ha cometido ningún delito.
“Sé que cuando me plante voy a pasar por un proceso difícil, pero es mejor morir parado que arrodillado, porque no es fácil llevar la vida que se está llevando en este país. Sé que voy a sufrir un poco con esto, pero del susto se sale una vez, como dice el dicho”, expuso además.
Asimismo, recordó, que en septiembre de 2021 también se plantó en la cárcel y estuvo en huelga de hambre durante 46 días, hasta que su salud se agravó y fue llevado al Hospital General Docente Enrique Cabrera Cossío, de La Habana.
Relató, además, que en ese hospital le colocaron un aire acondicionado de cinco toneladas que distribuía aire frío justo encima de él, a modo de tortura.
“Esa gente (Seguridad del Estado) venían y hablaban conmigo para que me desplantara, los gritos míos se oían altísimo. Estuve mal, pero nunca me pasaron un suero ni nada”, comentó en su llamada la citado medio.
Además, pidió a todo el involucrado con la causa de la libertad de Cuba que “se ponga fuerte porque con la dictadura no se dialoga y uno no se debe doblegar nunca”.
Moncho fue sentenciado a 12 años de privación de libertad por el supuesto delito de propaganda enemiga, y se encuentra detenido desde el 23 de junio de 2021 en la Prisión de Valle Grande, donde ha sido sometido a constantes abusos y violaciones de derechos humanos, incluida la prohibición de recibir visitas familiares por haber obtenido un poco de leche en polvo para su madre mediante el canje entre reclusos.
Según la sentencia, emitida por la Sala de los Delitos contra la Seguridad del Estado, refiere que, entre mayo y junio de 2021, Pérez Conde “estimuló la presencia física los ciudadanos a los que se dirigía, en la vía pública para pronunciarse en contra del Estado socialista de derecho y justicia social refrendado por la Constitución de la República de Cuba y de sus principales dirigentes y líderes políticos, históricos y actuales”.
El documento oficialista añade que “el hecho declarado probado constituye un delito de propaganda enemiga carácter continuado previsto en el artículo 103 apartados 1 inciso a) y 3, en relación al artículo 11 apartado 1, ambos del Código Penal, puesto que conforme aparece probado del mismo, el acusado mostrando su desacuerdo con el proceso revolucionario, realizó 2 directas en red social Facebook, que por el nivel de usuarios que posee se entiende como medio de difusión masiva”.
El texto señala que, si bien en las fechas de las dos publicaciones del activista y preso político cubano, no sucedieron manifestaciones, estas contribuyeron al estallido antigubernamental del 11 de julio de 2021, consideradas las protestas más importantes en la historia reciente del país.
Ana María Conde Alemán criticó el ensañamiento del régimen con su hijo y afirmó que la arbitraria condena no solo mantiene encerrado a un hombre inocente, sino que la deja a ella, una anciana con graves problemas de salud, completamente desamparada.
Conde Alemán explicó que el proceso judicial contra el joven opositor tuvo lugar el 14 de mayo y aseguró que no estaba de acuerdo con la abultada sentencia “porque lo único que hacía mi hijo aquí, a las nueve de la noche, era pedir la libertad de 70 presos políticos (...) y sonar una cazuela por el hambre que hay en Cuba, que no hay nada”.
La anciana comentó que el gobierno quiere castigarlo porque ni estando en la prisión se calla. “Él denuncia todo lo que está pasando, ¿usted sabe lo que está comiendo esa gente todos los días?, un poco de agua con calabaza adentro, sin más especies ni nada. Tienen una sarna que no pueden y si le llevas, el día de visita, la que ellos no se comen (...) hay que botarla”, añadió.
Advirtió que, mientras su hijo esté con esa sentencia de 12 años, va “a seguir denunciando ante el mundo entero la bajeza, la sinvergüencería y el odio que hay implantado en este país”.
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