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Tras un estudio de vulnerabilidad sísmica estructural, el gobierno de Santiago de Cuba decidió cerrar definitivamente el Instituto Preuniversitario Vocacional de Ciencias Exactas “Antonio Maceo Grajales” (IPVCE) de esa provincia.
En la página de Facebook conocida como El Chago se compartió el dictamen de los especialistas sobre los problemas estructurales del IPVCE local, según el cual, fue construido bajo el sistema constructivo prefabricado GIRÓN, que ha sido “utilizado en los programas educacionales, de la salud, del turismo, obras para servicios comunales, obras públicas y viviendas”.
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El documento refiere que su “acelerada generalización en todo el país, el incipiente nivel de desarrollo científico técnico del país y el estado del arte de la ingeniería sísmica en esa época, condujeron a errores en cuanto a su introducción en zonas de alta peligrosidad sísmica como las provincias del sur del Oriente”.
Asimismo argumenta que, en el proyecto arquitectónico del Instituto Preuniversitario y en su ejecución, se cometieron violaciones referidas “a la excentricidad estructural, que obedece a una mala distribución de los tímpanos en la planta arquitectónica lo que se ve agudizado por la mala distribución de estos elementos en la altura, esto trae como consecuencia una mala respuesta estructural”.
Este estudio permitió concluir que “la vulnerabilidad sísmica estructural de las edificaciones es alta” y que al menos “el 66% de los elementos estructurales principales colapsarán, lo que significa que prácticamente la institución quedará totalmente inutilizada” y que de no cerrarse, su derrumbe puede provocar con una gran pérdida de vidas humanas y de bienes materiales”.
Los investigadores, vinculados con el Centro Nacional de Investigaciones Sismológicas (CENAIS), urgieron a realizar análisis de vulnerabilidad sísmica en todas las edificaciones levantadas con el sistema Girón en el país, en particular las que se encuentran en zonas donde resultan frecuentes los temblores de tierra.
El Chago también advirtió que el nuevo espacio hacia el que trasladaron a los alumnos del Pre de Ciencias Exactas es compartido con otras entidades del gobierno y que “recientemente se realizó una inversión de 60,000 dólares aproximadamente” con el objetivo de mejorar “las instalaciones que se encontraban deterioradas para poder brindarles mayor confort a los estudiantes”.
Por su parte, el usuario de Facebook Aris Arias Batalla afirmó que los adolescentes ahora estudian en el “Instituto Mariana Grajales, en la zona este de la ciudad”, pero que “los edificios originales hoy permanecen despedazados por la desidia, el abandono y el desinterés de las autoridades locales en reparar tamaña obra constructiva”.
El internauta compartió fotos de la institución educativa en las que pueden apreciarse que no existen posibilidades de recuperar el centro, pues los edificios han perdido toda la integridad estructural en techos, pedestales, pisos, columnas y otros elementos.
Señaló que el abandono de inmuebles también afecta a la Escuela de Iniciación Deportiva (EIDE) y a la zona de la beca de la Universidad de Oriente. Manifestó que las autoridades utilizan el bloqueo como justificación pero que es su propia desidia la responsable de que se pierdan estos centros.
El derrumbe casi total del centro educativo santiaguero no resulta un hecho aislado, además de edificaciones estatales, en ese territorio se reportan colapsos de viviendas particulares. En mayo de 2022, una familia con cuatro niños reportó vivir en una casa con severos daños constructivos.
Marisbel Sánchez Oliver denunció su terrible situación, cuestionó al gobierno por el abandono y se preguntó si debía ocurrir una tragedia antes de ser escuchada por las autoridades. Sánchez Oliver precisó que su hogar está ubicado en la barriada de San Pedrito y que consta de un solo dormitorio en el que conviven 10 personas: seis adultos y cuatro niños, uno de los cuales es asmático crónico.
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