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Sesenta años después de iniciada su carrera como escenógrafo y participado en más de 80 largometrajes, y más de 100 documentales y cortos de ficción, el reconocido director de arte Luis Lacosta, atraviesa una situación de penuria que le impide habitar su casa en condiciones dignas de vida.
“Nunca pensé llegar a este punto de la desesperación, como muchos saben en unos días cumpliré ochenta años al igual que mi esposa discapacitada por una dolorosa enfermedad, ambos estamos jubilados con la desventajosa jubilación de ambos”, indicó este viernes el escenógrafo de películas como Lucía y Retrato de Teresa.
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Lanzando un llamado de auxilio a través de las redes sociales, el reconocido director de arte del Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC), lamentó la situación de desamparo en la que se encuentra “después de haber trabajado más de 62 años en el sector de la cultura”.
“Llevo más de dos años tratando de arreglar la cubierta de mi casa, la cual se encuentra en mal estado sin lograrlo con mis pocos ahorros. La situación es que las filtraciones inciden sobre las camas, la mesa de la computadora… los libros y todos los archivos que considero de gran valor patrimonial, y que ahora me encuentro trasladándolos a buen recaudo”, describió Lacosta.
Con la cubierta de su casa en mal estado, el escenógrafo teme por la obra de toda una vida, por sus libros y los archivos que conserva de tantísimas producciones audiovisuales en las que ha participado. Su preocupación por la conservación de un archivo valioso le ha llevado a pedir ayuda a las instituciones culturales del país, pero sin suerte.
“Me he dirigido a los organismos para los cuales he trabajado y sigo colaborando, para que me ayuden con esta reparación. Desgraciadamente, hasta estos momentos no he tenido respuesta”, confesó el profesional con más de medio siglo de experiencia.
Ante la desidia de las instituciones, el director de arte reconoció estar “desesperado” y sin saber qué hacer. “Cuando me pongo a analizar la palabra desesperación, entiendo por qué tantas personas se quitan la vida en el ocaso de esta, por no tener solución a sus conflictos”, meditó el anciano, a punto de cumplir 80 años.
Más allá de la tristeza y el sinsentido de una situación de vulnerabilidad como esta, la mayor preocupación de Lacosta Alverich no es por el merecido confort que debería estar gozando luego de una vida entera dedicada al trabajo, sino la suerte de su legado como profesional.
“Como se ha planteado SALVAR LA CULTURA, por ser parte de ella, con mis numerosa medallas y reconocimientos por mi integridad y pasión al trabajo, me pregunto: ¿se salvarán de la humedad y el deterioro?”, preguntó angustiado el director de arte del ICAIC, que todavía se mantiene en activo.
Cirilo Luis Lacosta Alverich, más conocido como Luis Lacosta es un diseñador escenográfico, decorador, diseñador de vestuario y de iluminación. Miembro de la UNEAC muy vinculado a la filmografía cubana, ha participado como escenógrafo en innumerables largometrajes, cortometrajes y comerciales para Cuba y el extranjero.
Según el sitio oficialista EcuRed, Lacosta también ha desarrollado un trabajo meritorio en el teatro. Asimismo, ha estado vinculado a la televisión donde además realiza promocionales y como director de audiovisuales ha realizado videos.
Oficialmente en el ICAIC desde 1962, Lacosta ha realizado casi todos los tráiler (avances) comerciales de los filmes cubanos para Cuba y el exterior como "Lucía", "Memorias del Subdesarrollo", "Deportivamente", "La tierra y el cielo", "El extraño caso de Rachel K" y "Clandestinos", entre otros.
Asesor del ministerio de Turismo (MINTUR), jurado en Festivales de Teatro, Cine y Televisión, director técnico del “Centro Pro Arte Lírico”, Lacosta trabajó varios años con el grupo de Compay Segundo realizando las decoraciones y escenografías de las presentaciones en Cuba y en el Exterior.
Autor del libro “La verdad de lo invisible” (editado en Cuba y Estados Unidos, 2016), sobre la Dirección de Arte, Lacosta realizó la escenografía del programa “Contacto con Hilda Rabilero” para el canal Mega TV de Miami, mientras que en la televisión cubana se mantuvo durante años trabajando en la realización del programa dominical “A otro con ese cuento”.
El caso de Lacasa no es el único que ha trascendido en los últimos tiempos, en los que varios profesionales del ICAIC han denunciado el abandono institucional que padecen.
A finales de mayo, se conocía el caso de Julio Simoneau, un reconocido camarógrafo y director de fotografía cubano que ha terminado de custodio "porque no hay trabajo", y que motivó a varios realizadores cubanos a denunciar en redes sociales la situación de los jubilados del ICAIC.
Un mes antes, la reconocida cineasta cubana Marina Ochoa denunció el abandono de las autoridades culturales del país, que no fueron capaces de recogerla en su casa y llevarla a recibir un premio que el propio Ministerio de Cultura le otorgó.
Marina, anciana con dificultades para caminar, debía recibir la medalla Raúl Gómez García, máxima condecoración que otorga el sindicato de la Cultura como reconocimiento a la obra de la vida, y que a ella le concedieron en 2019, pero no pudo asistir a la ceremonia.
"No pude asistir a la ceremonia por problemas con el transporte público, ya que ni el ICAIC ni la UNEAC tuvieron la gentileza de proporcionarme el traslado hacia el lugar de la ceremonia, teniendo en cuenta mi edad y el uso de un bastón porque me falla una rodilla", dijo en su muro de Facebook.
En febrero de 2021, era el propio Lacosta el que acudía a las redes sociales para anunciar la necesidad de ayuda del actor cubano Jorge Losada, a quien los médicos habían diagnosticado una "gran anemia", pero no había forma de que se le administrasen los medicamentos (Inferón y Trofin) que necesitaba para rebasarla.
"En el salón de espera del aeropuerto hay estantes llenos de Trofin, un líquido con suplemento de hierro de alta compatibilidad en sangre, de producción nacional. Hay Trofin, pero destinado a los que tienen dólares", escribió entonces el realizador Manuel Iglesias Pérez.
Ahora es Lacosta el necesitado de ayuda y quien se dirige a las instituciones de cultura del país para arreglar la cubierta de su casa, por donde caen goteras cuando llueve, poniendo en riesgo su archivo histórico.
En lo que encuentra una solución, quizás la flamante funcionaria de Cultura, Lis Cuesta Peraza, pueda hacerle ver el sentido del mensaje que compartía este sábado en Twitter: “Y si el sol no sale, ¡aprovecha la lluvia!”.
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