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Fallece Madeleine Albright, la mujer que llamó cobardes a pilotos del régimen cubano ante la ONU

Figura legendaria en la política exterior y las relaciones internacionales de Estados Unidos, Albright es una referencia obligada para los cubanos por su denuncia al régimen de Fidel Castro tras el derribo de las avionetas de la organización Hermanos al Rescate en 1996.

Madeleine Albright, la primera mujer Secretaria de Estado en la historia de la nación norteamericana © Nathaniel Minor/CPR News
Madeleine Albright, la primera mujer Secretaria de Estado en la historia de la nación norteamericana Foto © Nathaniel Minor/CPR News

Este artículo es de hace 2 años

Madeleine Albright, la primera mujer que dirigió la diplomacia de Estados Unidos e hizo historia por sus fuertes palabras contra el régimen cubano en Naciones Unidas, falleció este miércoles en la ciudad de Washington, víctima de cáncer. Tenía 84 años.

"Estamos con el corazón destrozado", dijo su familia al anunciar el fallecimiento en un comunicado. "Ella estuvo rodeada de familiares y amigos. Hemos perdido a una madre amorosa, una abuela, una tía, hermana y amiga”.

Figura legendaria en la política exterior y las relaciones internacionales de Estados Unidos, mujer de liderazgo en la batalla por el empoderamiento femenino y defensora cabal de los derechos humanos a nivel global, Albright es una referencia obligada para los cubanos por su denuncia de la cobardía del régimen de Fidel Castro tras el derribo de las avionetas de la organización Hermanos al Rescate en 1996.

A partir de ese momento, la comunidad cubana la bautizó como "Madame Cojones".

Era entonces la embajadora estadounidense ante la ONU, cuando pilotos de la Fuerza Aérea de Cuba pulverizaron en el espacio aéreo internacional a dos avionetas y asesinaron a sus cuatro tripulantes. En la euforia por el derribo, los pilotos lanzaron la palabra "cojones" en expresión de supuesta valentía triunfal.

"Mis instrucciones eran conseguir la condena de Cuba [en la ONU) por lo ocurrido", recordó Albright tiempo después del episodio. "La transcripción del vuelo de los aviones cubanos era sanguinaria, horrible y todas las palabras estaban traducidas excepto una que decía: Tenemos cojones. Ellos no tienen cojones. Decidí que usaría la siguiente frase: Esto no son cojones. Esto es cobardía".

Su afirmación tuvo un impacto demoledor en la opinión pública y sensibilizó al mundo sobre la acción criminal perpetrada por aviones de guerra contra dos avionetas desarmadas. El entonces canciller cubano Roberto Robaina se vio obligado a contrarrestar la frase de Albright con una salida poco efectiva.

El presidente Bill Clinton considera que la iniciativa verbal de Albright fue probablemente "la frase más eficaz de toda la política exterior de la administración".

Albright habló en la manifestación masiva de homenaje a las víctimas de Hermanos al Rescate, efectuado en el estadio Orange Bowl de Miami, en abril de 1996.

Consideraba que el gobierno cubano es "una vergüenza para el hemisferio" y mantuvo una postura intransigente respecto a Cuba, aunque era partidaria decidida de las opciones diplomáticas y la negociación con los enemigos y los antagonistas de Estados Unidos. Muchos de las proyecciones en el tema cubano y las relaciones con la comunidad cubana de Miami se le atribuyen a la influencia de la cubanoamericana María "Lula" Rodríguez, quien fue su asesora durante esos años.

No hablaba español, aunque tenía una extrema facilidad para el dominio de idiomas. Además de inglés, ruso y checo, hablaba francés, alemán, polaco y serbocroata.

Nacida como Marie Jana Korbelová en el distrito Smichov de Praga, Checoslovaquia, el 15 de mayo de 1937, Albright pertenecía a una familia judía que se convirtió al catolicismo cuando ella tenía cinco años, algo que no supo hasta su etapa de notoriedad en la vida política. Tres de sus abuelos judíos murieron en campos de concentración durante la época de ocupación nazi.

Su familia huyó de Checoslovaquia al desatarse la Segunda Guerra Mundial, en 1939, y se refugió en Londres hasta la derrota del nazismo. Retornaron al país, pero solo para volver a escapar en 1948 rumbo a Estados Unidos, huyendo de la represión comunista impuesta bajo la órbita soviética.

Esa condición de exiliada del comunismo sería fundamental para su entendimiento de la emigración por razones de persecución política en el mundo y, en especial, del caso cubano.

En el exilio se instaló en Denver, Colorado, donde su padre, el prestigioso diplomático y profesor Josef Korbel, consiguió una plaza de profesor en la Universidad de Denver. Allí una de las alumnas prominentes de Korbel sería una joven llamada Condoleezza Rice, quien sucedería a su hija como la primera mujer negra en ocupar la Secretaría de Estado de la nación americana.

Albright se graduó en Wellesley College, Massachusetts, en 1959, y laboró en el periodismo con el respaldo de quien se convertiría en su esposo ese mismo año: el periodista Joseph Albright, descendiente de la dinastía mediática Medill-Patterson de Chicago y rivales históricos del emporio de William Randolph Hearst.

Seguidamente retomó estudios en Relaciones Internacionales en la Universidad de Columbia, donde obtuvo un máster en 1968 y un doctorado en 1976, con una tesis sobre los sucesos de la llamada Primavera de Praga en su país natal.

Tras concluir sus estudios universitarios laboró como asesora del senador Edmund Muskie, antes de ocupar un puesto bajo las órdenes de Zbigniew Brzezinski en el Consejo de Seguridad Nacional durante la administración de Jimmy Carter.

Tras abandonar el puesto en el Consejo de Seguridad Nacional, en 1981, se incorporó al claustro de la Universidad de Georgetown y fungió como asesora de los candidatos demócratas en materia de política exterior.

La victoria de Clinton en las elecciones presidenciales de 1992, la devolvió a la Casa Blanca en funciones de miembro del Consejo de Seguridad Nacional. En 1993, Clinton la nombró embajadora ante la ONU, cargo que ocupó hasta 1997, cuando se convirtió en la primera mujer en encabezar la Secretaría de Estado y la figura femenina de mayor rango en la historia del gobierno de Estados Unidos hasta ese momento.

Su desempeño como funcionaria gubernamental fue siempre enérgico y decidido.

En su puesto en la ONU, Albright abogó por una política dura, especialmente en el tratamiento del caso del gobernante serbio Slobodan Milosevic, y luego como secretaria de Estado jugó un rol decisivo para convencer a Clinton de que entrara en la guerra de Kosovo por la brutalidad de Milosevic contra los albaneses en 1999.

"¿De qué sirve tener este magnífico ejército del que siempre hablas si no podemos utilizarlo?", le cuestionó a Colin Powell, por entonces jefe del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos. Powell (1937-2021) evocó ese momento en sus memorias recordando que "los comentarios de Albright casi me hacen sufrir un aneurisma".

El Secretario de Estado, Antony Blinken calificó a Albright como "una brillante diplomática, una líder visionaria, una valiente pionera, una dedicada mentora y excelente persona que amó profundamente a Estados Unidos y dedicó su vida a servirlo".

p>"Presionó sin descanso para que estuviéramos a la altura de nuestro papel como faro moral y defensor de la libertad. Y habiendo experimentado los horrores de la guerra de primera mano, creía que Estados Unidos debía responder con fuerza a los dictadores y tiranos", manifestó Blinken en una declaración.

Albright apostó también por promover la paz en el Medio Oriente y consiguió avances limitados para conseguir la ampliación de los Acuerdos de Oslo de 1993, que establecían el autogobierno para los palestinos en Cisjordania y Gaza. Fue gestora principal de la formulación de los Acuerdos de Wye, que devolvieron a los palestinos el control parcial del territorio de Cisjordania, y encabezó un esfuerzo frustrado para negociar un acuerdo de paz entre Israel y Siria en 2000.

Justamente, cuando concluía la administración Clinton, en octubre de 2000, Albright se convirtió en la funcionaria estadounidense de más alto nivel que visitaba Corea del Norte desde el final de la Guerra de Corea. En Pyongyang fue recibida con un gran retrato del fundador de la nación comunista Kim Il Sung, y brindó en son de paz con el heredero Kim Song-Un.

Tras su paso por la administración Clinton, Albright dirigió una empresa de estrategia global, Albright Stonebridge, y fue presidenta de una empresa de asesoría de inversiones para mercados emergentes.

En 2012, el presidente Barack Obama le otorgó a Albright la Medalla de la Libertad, la máxima distinción civil que concede Estados Unidos.

Fue también asesora de la candidatura presidencial de Hillary Clinton en las elecciones de 2016 y se mantuvo activa en el acontecer político y la participación pública hasta el final de sus días.

Durante los peores días de la pandemia en 2020, instó a los países a no dividirse en la lucha contra el coronavirus y a cooperar durante la reconstrucción que seguirá tras superar la enfermedad.

"Lo que me ha preocupado es la politización del asunto, y la no asunción de responsabilidades y el reparto de culpas", afirmó en declaraciones al espacio "Late Night Live" de la cadena ABC.

El pasado 8 de marzo envió a través de Twitter un mensaje de exaltación a favor de los derechos femeninos, con especial mención a las mujeres en Kabul y Kiev.

"De Kabul a Kiev y más allá, las mujeres y las niñas están en primera línea de la lucha por la libertad y la dignidad humana. En este #DíaInternacionaldelaMujer mi corazón está con todos los que luchan por un futuro mejor, pacífico y más igualitario", escribió Albright en su último tuit.

Albright fue identificada también como una persona que cuidaba de su condición física a través de un exigente régimen de ejercicios, y por su impecable aspecto personal. En 2013, el diario The Guardian la seleccionó entre las 50 personas mayores de 50 años mejor vestidas en el mundo.

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Wilfredo Cancio Isla

Periodista de CiberCuba. Doctor en Ciencias de la Información por la Universidad de La Laguna (España). Redactor y directivo editorial en El Nuevo Herald, Telemundo, AFP, Diario Las Américas, AmericaTeVe, Cafe Fuerte y Radio TV Martí.


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