El artista cubano Hamlet Lavastida, quien fuera forzado al exilio por el Departamento de la Seguridad del Estado en 2021, logró identificar la "casa operativa" en la cual varios agentes le mantuvieron seis días secuestrado antes de su salida de Cuba.
La vivienda, que cuenta incluso con una piscina, se encontraría en Guanabo, el municipio Habana del Este. El artista pudo localizarla gracias a los servicios de Google de geolocalización y a lo que describió como su "entrenamiento visual".
"Aunque se me llevó con la cabeza entre las piernas hacia esta 'casa operativa', en los paseos que me permitieron por el patio, pude crear puntos de referencia para su geolocalización. Gracias al entrenamiento visual de tantos años, pude verificar y reconocer todos los puntos de coincidencia de dicho lugar, nada pudo evitar que identificara su localización", explicó este martes en un post en Facebook.
Hamlet Lavastida permaneció seis días en contra de su voluntad en esa vivienda, desde el 19 hasta el 25 de septiembre de 2021, luego de ser excarcelado de Villa Marista (Órgano Especializado de Investigación Criminal de Delitos contra la Seguridad del Estado), donde se encontraba privado de libertad desde hacía 87 días. Para él, ea operación fue un secuestro, pues no tuvo base legal.
Lavastida fue detenido al arribar a Cuba, procedente de una residencia artística en Alemania, el 20 de junio de 2021. Las autoridades le acusaron de instigación a delinquir y desobediencia civil, por proponer, en un chat privado obtenido por las autoridades de manera ilegal, que se marcaran en Cuba billetes de pesos cubanos con símbolos y consignas de la disidencia. La acción nunca se llevó a cabo, pero de todas formas él fue encarcelado.
Tras pasar casi tres meses privado de libertad, el artista visual accedió a abandonar Cuba junto con la poeta y activista cubana Katherine Bisquet, quien era entonces su pareja, a cambio de su liberación. En la vivienda de Guanabo, contó Lavastida, fue donde se realizó dicha negociación. Además, esos días le permitieron "insertarme de a poco a la realidad".
"Para que no se advirtiera mi estado físico a mi salida de Cuba, se me hizo tomar el sol y se me alimentó con periódica frecuencia después de perder más de 10 kilogramos de peso en Villa Marista. Dicha operación también se enfocó en coordinar llamadas con el consulado de Polonia, con mi madre, con Katherine Bisquet, con Tania Bruguera, con Carolina Barrero y con Julie Trebault. En esta dirección estuve custodiado por al menos seis individuos del Departamento de Seguridad del Estado: dos cocineras, tres capitanes y un oficial", contó el defensor de derechos humanos.
Lavastida también precisó que, en dicha “tarea”, que es como como le suelen llamar los agentes a esas operaciones, se dispuso de al menos dos automóviles, con estricto secreto sobre su paradero. "Bajo sistemáticos interrogatorios o proposiciones sobre mi vida futura transcurrieron esos seis días. En la habitación cerrada en la que me depositaron podía caminar al menos nueve pasos, en la celda 31 de Villa Marista caminaba solo seis", indicó.
"Es de destacar que existió un monitoreo constante por parte del Coronel encargado de mi operación , el Coronel “Samuel”. Desde allí hasta la puerta del avión fue el encargado de supervisar y dirigir todo mi caso y el de Katherine Bisquet. Al final, más medios y personal súbitamente aparecieron para concluir la operación en el aeropuerto, pude contabilizar en nuestro traslado al menos cinco automóviles una motocicleta y alrededor de una veintena de oficiales del Departamento de Seguridad del Estado o del MININT (Ministerio del Interior)", aseguró.
El 26 de septiembre, Lavastida y Bisquet salieron de la isla de manera forzosa en un vuelo rumbo a Polonia, escoltados todo el camino por agentes y policías. "La policía política nos impuso el exilio de ambos como única opción para la excarcelación de Hamlet", dijo Bisquet en un texto publicado entonces por Revista El Estornudo.
"Cada día que transcurría sin que yo consiguiera una visa, representaba un día más de cárcel para Hamlet. Mi salida del país era la moneda de cambio para su liberación. Debo añadir, además, que a esa misma presión de intentos de chantaje estuvieron sometidas varias personas allegadas a Hamlet, tanto familiares como amigos", afirmó la poeta.
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