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Rusia comunicó oficialmente a Estados Unidos este jueves que se vería obligada a responder, incluso con medidas "técnicas militares", si Washington no negocia garantías de seguridad legalmente vinculantes para Moscú, según informó Reuters.
La agencia de noticias británica refirió que la estatal rusa TASS publicó una copia de las respuestas escritas del gobierno de Moscú a las contrapropuestas estadounidenses sobre seguridad.
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En el documento, Rusia asegura que se están ignorando sus líneas rojas y se muestra alarmada por la creciente actividad militar de Estados Unidos y la OTAN cerca de su territorio.
Señala el reporte de Reuters que, según Defensa, la respuesta "técnico-militar", a la que se refirió por primera vez el presidente Vladimir Putin en diciembre pasado, podría implicar el despliegue de misiles y tropas, la guerra electrónica e incluso el uso de sistemas de armas basados en el espacio.
Mientras, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, advirtió este jueves que la amenaza de una invasión rusa sobre Ucrania es "muy alta".
En una conversación con periodistas cuando salía de la Casa Blanca, Biden afirmó que existían "todos los indicios de que están preparados para entrar en Ucrania" y advirtió que no tenía planes de conversar con el mandatario ruso.
En medio de las tensiones que viven ambos países, Moscú expulsó del territorio nacional al embajador adjunto de EE.UU., Bartle Gorman, quien llevaba en Rusia menos de tres años, en una gira diplomática que aún no había concluido, de acuerdo con declaraciones a la prensa estadounidense de un funcionario del Departamento de Estado.
De acuerdo con observadores del Kremlin citados por Reuters, Putin se ha asegurado algunas victorias en su enfrentamiento con Occidente sobre Ucrania, pero es demasiado pronto para vislumbrar el final de una crisis que podría convertirse en una nueva Guerra Fría, incluso si se evita el conflicto.
Estados Unidos ha refutado la afirmación de Moscú de que estaba retirando parcialmente las tropas concentradas cerca de Ucrania, diciendo que Rusia seguía acumulándolas y lista para una inminente invasión si así lo decidía.
Volodymyr Fesenko, director del grupo de reflexión Penta, que tiene su sede en Kiev, dijo al respecto que "si realmente vemos el comienzo de una retirada de tropas, entonces podremos decir que esta fase de la crisis ha terminado. Es demasiado pronto para relajarse", refirió un análisis realizado por Reuters.
En opinión del experto, aun si Rusia desactiva la crisis retirando las tropas ahora, podría hacerlas regresar rápidamente como en la primavera boreal pasada.
Eso podría suponer el escenario de una especie de nueva Guerra Fría, en la que la tensión y el enfrentamiento político se consoliden y sean más constantes, comentó.
"Creo que esto es lo más probable porque Putin no puede retroceder y no puede dar un paso atrás por principios", aseveró el analista ruso.
El lunes último, el ministro de Asuntos Exteriores del país euroasiático, Sergei Lavrov, recomendó a Putin que diera más tiempo a las conversaciones, pese a que había dicho que no quería ser arrastrado a unas negociaciones tortuosas.
Para el presidente ruso, la comitiva de dignatarios extranjeros que acuden a conversar con él, entre ellos el presidente de Francia, el canciller de Alemania y dos ministros británicos, es ya una victoria, pues sitúa las preocupaciones de Moscú en materia de seguridad en lo más alto de la agenda mundial, apunta la agencia de noticias británica.
"Su mayor logro es haber captado la atención de Occidente", dijo Andrey Kortunov, director de RIAC, un centro de estudios cercano al Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, en declaraciones reproducidas por Reuters. "Al menos ahora son plenamente conscientes de la posición y la narrativa de Rusia (...) Creo que es un gran logro, y veamos qué pasa después y si puede reclamar algo más".
Occidente ha tachado de extravagantes muchas de las demandas de seguridad de Moscú, que incluyen una propuesta para que la OTAN retire sus infraestructuras a las líneas de 1997, poner fin a la expansión de la alianza y declarar un veto a la adhesión de Ucrania.
Washington ha ofrecido conversaciones sobre algunos asuntos, señala otro cable de Reuters. El presidente Biden dijo este martes que había ideas concretas para "establecer un entorno de seguridad en Europa" que incluya nuevas medidas de control de armas, transparencia y estabilidad estratégica.
"Por supuesto, esto no es exactamente lo que Rusia quería, pero creo que, siendo realistas, es lo que Rusia podía esperar obtener", dijo Kortunov.
La concentración de Rusia cerca de Ucrania -que Biden estimó en más de 150,000 efectivos el martes- "ha supuesto costos de reputación, ha galvanizado a la OTAN y ha hecho que Ucrania reciba una avalancha de ayuda militar", señala el análisis de Reuters.
De acuerdo con reportes de la agencia de noticias, la OTAN también ha desplegado más tropas en Polonia, Lituania, Letonia y Estonia, y está elaborando planes para nuevas unidades de combate en el centro y sureste de Europa.
La tensión volvió a intensificarse este jueves después de que los rebeldes respaldados por Rusia y fuerzas ucranianas intercambiaron acusaciones de disparar proyectiles sobre la línea de alto el fuego en el este de Ucrania. Gran Bretaña acusó a Rusia de intentar fabricar un pretexto para una invasión.
Reuters citó unas declaraciones a la BBC de Sir John Sawers, exjefe del servicio de inteligencia británico MI6, en las que afirmó que la crisis podría estar en un punto de inflexión, aunque acotó que Putin todavía tenía varias opciones militares en Ucrania.
Esta semana, el mandatario ruso obtuvo una nueva herramienta para presionar a Ucrania sobre el conflicto, después de que los legisladores le pidieron que reconociera la independencia de las regiones separatistas del este respaldadas por Rusia en ese país, según analistas.
El reconocimiento de esas repúblicas autoproclamadas haría descarrilar el proceso de paz basado en los acuerdos de Minsk de 2014-2015 para poner fin a los combates.
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