El ministro de Economía y Planificación, Alejandro Gil Fernández, aseguró que la subida de salarios en Cuba se quedó corta y no resolvió el problema de la inflación que crece en el país.
Gil Fernández dijo en comparecencia en la Mesa Redonda este jueves, que la inflación en Cuba se está dando por dos vías; "incremento de los costos reales de las importaciones del país" y el "déficit de oferta" con "exceso de liquidez".
Lo más leído hoy:
Señaló una tercera causa que evitó enumerar, la devaluación de la moneda nacional a partir de la Tarea Ordenamiento. Indicó que al diseñar esa "tarea" impuesta por el gobierno al pueblo cubano, se tuvo en cuenta que generaría inflación en el país y se intentó compensar el asunto con el incremento de los salarios. Afirmó que esto no funcionó.
"La inflación, que tuvo su diseño, se intentó compensar con el incremento de los salarios, pero evidentemente se quedó corto y los precios han subido mucho más", dijo de viceprimer ministro.
Gil Fernández dijo que es una política del Estado cubano mantener algunos productos y servicios con precios topados, en los que aseguró no se refleja la inflación que existe a nivel mundial. Entre esos servicios mencionó el costo de la energía eléctrica. Sin embargo, los cubanos sufren frecuentes apagones y pagan el servicio de electricidad al triple de lo que costaba en 2020.
Gil Fernández reconoció que los productos de la canasta básica no alcanzan para la alimentación del pueblo cubano, y se mostró ufano de que los precios de estos, el gobierno no los ha tocado.
El viceministro primero aseguró que el problema de inflación en Cuba no puede resolverse incrementando salarios pues traería de inmediato un aumento de liquidez que volvería a ejercer presión sobre los precios y estos volverían a incrementarse en un ciclo infinito.
Indicó que el gobierno tampoco puede topar los precios de los productores porque provoca desabastecimiento en los mercados. La única solución es aumentar la oferta. Sin embargo, las empresas de Cuba cada vez producen menos.
En este punto se refirió a las importaciones, señalando que se produjo un incremento en el precio internacional de productos como arroz, frijoles, aceite, leche en polvo, harina de trigo para el pan, maíz, alimento animal y otros, entre 2019 y 2022. Dijo que actualmente el gobierno no tiene suficiente divisas como para importar todo lo que se necesita, a los precios del mercado mundial.
Gil Fernández mencionó como un logro del Estado la medida aprobada que permite a los viajeros internacionales la importación, sin carácter comercial y sin pago de aranceles, de alimentos, aseo y medicamentos.
Esta es la estrategia que emplea el gobierno para que sean los propios cubanos, con sus importaciones viajando a la isla, quienes sustenten a sus familiares y amigos en el país, cubriendo la ineficiencia del Estado para importar y comercializar.
"Uno de los fenómenos que está presente en la inflación es el mercado ilegal de dólares", dijo Gil Fernández, evitando mencionar que dicho mercado lo propició el Estado, impidiendo la compra y venta de dólares en CADECA.
El funcionario cubano alertó que el cambio de 1 dólar por 25 pesos cubanos, impuesto en la década de 1990, ya no equivaldría a la relación entre ambas monedas en el contexto actual.
"Son momentos totalmente diferentes. El tipo de cambio de 1x25 pesos en el momento del Período Especial era con un salario medio en torno a los 300 pesos cubanos. Ahora el salario medio en el país es de alrededor de 4 mil pesos. Mantener una estabilidad en la oferta de dólares para respaldar un tipo de cambio de 1x24 demanda más dólares que en aquel momento", enunció, sin cerrar la posición que tomará el Estado al respecto.
En su criterio se deberá modificar la tasa de cambio y el gobierno cubano no podrá intervenir en el mercado de compra y venta de divisas hasta que el país no posea una cantidad de dinero que permita hacer las operaciones de modo sostenible en el tiempo.
"O cogemos los dólares para pagar el barco de arroz y combustible, o dejamos los barcos ahí y ponemos los dólares en el mercado cambiario. Eso es un elemento que tenemos que razonar", dijo Gil Fernández.
El ministro de Economía señaló la posibilidad de crear una tasa flotante, inyectando una determinada cantidad de dólares para que la tasa de cambio se corrija en función de la demanda. Sin embargo, dijo que no cree que eso sea favorable para el pueblo de Cuba.
"No se puede apreciar como solución que se intervenga en el mercado cambiario y se deje una tasa flotante. No es la solución del problema de la inflación, ni del acceso legal a la divisa, ni es solución para que las personas puedan adquirir divisas y consumir en las tiendas en MLC", dijo el viceministro primero.
Gil Fernández indicó que la inflación en Cuba no tendrá una solución inmediata. Dijo que se deben priorizar las producciones y la eficiencia en la comercialización, aprobar medidas en la agricultura, transformar la empresa estatal y ajustar el diseño cambiario a la situación actual que vive el país.
Esta semana los cubanos arremetieron en las redes sociales contra declaraciones de Gil Fernández, tras asegurar que las tiendas en Moneda Libremente Convertibles (MLC) en Cuba son una medida de justicia social, porque permite la redistribución de la divisa en función del aprovisionamiento de la red comercial en CUP.
Los cubanos dejaron claro que declaraciones como las de Gil Fernández solo generan "rechazo de la población", porque las tiendas en MLC lo que han hecho es acentuar las diferencias de clases, y legalizar la reventa de todo tipo de mercancías a precios abusivos. Estas medidas afectan a los trabajadores, a quienes viven del salario honrado.
Archivado en: