Agentes de la Seguridad del Estado amenazaron este miércoles a Bárbara Farrat, madre de Jonathan Torres, el adolescente detenido por participar en las protestas del 11 de julio.
Los dos agentes se aparecieron en su casa y le dijeron a la madre de Farrat que la estaban buscando para llevarla a la unidad policial a "hacerle una entrevista".
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"Cuando yo bajo las escaleras de mi casa, yo los tengo a ellos dos sentados en la sala de mi mamá como si ellos fueran parte de mi familia. Ellos no tienen necesidad de traerte una orden de arresto, una citación, nada, porque ellos son la dictadura, ellos son el poder", dijo Farrat en una directa.
La madre del joven preso político les dijo que consideraba esa visita una falta de respeto y que se tenían que ir de su casa: "Los boté de mi casa, e incluso les dije que a partir de hoy me tienen que traer una citación mínimo con 72 horas de antelación".
"Yo estoy en mi derecho 100% tanto de defender a mi hijo como de botarlos de mi casa, yo no hice nada que no fuera ejercer mis derechos", alertó Farrat en caso de que la Seguridad del Estado pretenda tomar represalias con ella luego de la directa.
Su esposo contó que debía llevar a Farrat a ver a su psiquiatra porque llevaba casi una semana sin poder dormir por el constante acoso –al que se suman los cortes de internet– y estrés al que está sometida. Además, pidió que si a las 8 de la noche de este miércoles no se tenían noticias suyas, por favor denunciaran su detención.
Bárbara Farrat fue detenida el domingo junto a varias Damas de Blanco y madres de presos políticos del 11J que salieron a pedir la liberación de los manifestantes encarcelados, entre los cuales se cuenta una decena de menores de edad.
Horas antes del operativo policial, Bárbara Farrat conseguía llegar hasta la sede de las Damas de Blanco y compartía en redes sociales una foto junto a Berta Soler, líder de la plataforma de la sociedad civil, y otras integrantes de la misma organización.
La madre de Jonathan fue liberada horas más tarde y multada con 30 pesos cubanos. Su hijo, de tan solo 17 años, podría enfrentar hasta 7 años de privación de libertad por su participación en las protestas del 11 de julio.
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