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La activista cubana Saily González denunció que ETECSA colocó un dispositivo electrónico cerca de su casa para bloquear su participación en un evento online sobre presos políticos en Cuba, lo que ocasionó que toda su comunidad se quedó sin servicio de Internet.
"Les presento (y denuncio enérgicamente) cómo el monopolio de las comunicaciones en Cuba, ETECSA, ha puesto un 'aparatico' para que yo no pudiera participar del evento virtual que coordinamos para hoy con los familiares de los presos políticos del 11J con motivo del Día Internacional de los Derechos Humanos", detalló González en Facebook.
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La activista compartió imágenes en las que se puede ver el dispositivo electrónico instalado y explicó en su mensaje que con esa acción ETECSA dejó sin Internet "a todo el Reparto Domínguez en Santa Clara". Sin embargo, no pudieron impedir que el evento "Hablan las familias de los presos políticos en Cuba" se desarrollara.
González agradeció a otros activistas cubanos que intervinieron en el evento online cuando ella no pudo participar por no tener acceso a Internet y alertó que este espacio virtual no será el único para dar voz a las familias de los presos políticos en Cuba tras el 11J.
La villaclareña anunció la semana pasada que se retira de la plataforma Archipiélago, de la cual era una de las coordinadoras y en donde tuvo un papel protagónico en la promoción de la Marcha Cívica por el Cambio del 15N en Santa Clara.
“Hoy me aparto de Archipiélago, el emprendimiento más importante al que he contribuido en mi vida y el grupo humano que más fraterno me ha sido y es. Motivo: mi mundo anda en 48 cuadros por segundo y la lógica hace que Archipiélago ande en 24. No busquen más razones que no hay”, dijo la activista en su cuenta de Twitter.
El 15 de noviembre Saily no pudo salir a marchar pacíficamente como había planeado porque el Estado cubano orquestó frente a su domicilio un acto de repudio que inició a las 5:30 de la mañana.
La emprendedora y en ese momento moderadora de Archipiélago, enfrentó frente a su vivienda el acoso de un grupo de al menos 30 personas, en su mayoría mujeres, ajenas a su barrio gritando ofensas e improperios, contra quien solo pensaba manifestarse pacíficamente para exigir el respeto a los derechos humanos en Cuba.
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