Cuba y la Navidad de un año aciago

La tranquilidad ciudadana es una quimera en un país donde 14 niños son puestos tras las rejas y una periodista es agredida en su casa por dos encapuchados, sin que nadie se alarme, sin que se haga justicia.


Este artículo es de hace 3 años

Con un 11J de por medio que ha dejado una estela de cientos de presos, un reordenamiento económico que ha empobrecido aún más a la clase trabajadora y más de 8,300 muertes por COVID-19 desde que empezara la pandemia, los cubanos se enfrentan a unas Navidades de ausencias físicas, carencias materiales y con la esperanza allende el Atlántico.

Tras casi tres décadas de proscripción de la Navidad en Cuba y la imposición de nuevas dinámicas en los festejos, lo que queda de este trágico 2021 no deja espacio siquiera para aspirar a una cena "típica" de fin de año.


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No todos podrán costear la sobrevalorada carne de cerdo que en estos momentos se cotiza a 250 pesos la libra y, en algunos lugares del país, a 400 la carne asada.

Tampoco abunda la oferta de bebidas alcohólicas o los granos para el congrí, y un plátano está llegando a costar cinco pesos la unidad, mientras que los tomates se venden casi a cualquier precio en la bolsa negra de valores impagables.

Entre las prohibiciones de entrada al país que impone el régimen a sus ciudadanos, el miedo a represalias de algunos emigrados, los inflados precios de un ticket de avión, y un vuelco consciente en lo que a viajes a Cuba se refiere, muchos cubanos no podrán visitar su país para despedir este 2021 en familia, y otros ni siquiera tienen con quién celebrar.

En la isla, la promesa de averías y apagones, el aumento del despliegue militar y de brigadas de respuesta rápida adornan las calles con la oscuridad y la represión que siempre han colgado sobre nuestras cabezas, pero que ahora se hacen cada vez más evidentes.

Los anuncios lumínicos son sustituidos por el foco del carro de policía patrullando ciudades de nadie y calles de revolucionarios que tampoco tendrán mucho para celebrar.

La tranquilidad ciudadana es una quimera en un país donde 14 niños son puestos tras las rejas, y una periodista es agredida en su casa por dos encapuchados, sin que nadie se alarme, sin que se haga justicia.

En este clima de luto, terror y desesperanza despide Cuba el año viejo, aunque algunos no quieran darse por enterados, aunque otros, los privilegiados, celebren como nada hubiese pasado, como si no hubiera mañana. Esa también es una consecuencia de la urgencia de sobrevivir en una dictadura.

¿Cuántas familias en Cuba podrán festejar como Dios manda?

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Artículo de opinión: Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de CiberCuba.

Annarella Grimal

Annarella O'Mahony (o Grimal). Aprendiz de ciudadana, con un título de Máster otorgado por la Universidad de Limerick (Irlanda). Ya tuvo hijos, adoptó una mascota, plantó un árbol, y publicó un libro.


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