La Seguridad del Estado ordenó mayor severidad contra mujeres activistas detenidas por participar en las protestas del 11J en la cárcel de El Guatao, en La Habana.
Las activistas María Cristina y Angélica Garrido, Lizandra Góngora Espinosa y la manifestante Gloria María Pérez Valle permanecen en celdas regulares, pero aisladas del resto de las reclusas, por orden de la Seguridad de Estado, denunció a Radio Martí el opositor Michael Valladares.
Esta situación de las activistas trascendió luego de la visita de Valladares de este miércoles a su esposa, María Cristina Garrido, recluida en esa prisión, donde está también su cuñada Angélica Garrido, internada en el hospital del centro penitenciario a causa del dengue.
María Cristina y Angélica fueron detenidas el 12 de julio en la ciudad de Quivicán, en Mayabeque, y están a la espera de su juicio, con peticiones fiscales de 10 y 15 años de privación de libertad, respectivamente.
La activista Lizandra Góngora pudiera enfrentar 10 años de prisión por los cargos que pesan sobre ella desde el 11J, según la organización defensora de derechos humanos Cubalex.
Góngora salió a manifestarse en Güira de Melena y se encuentra detenida desde esa fecha.
Valladares, en una reciente publicación de su red social, manifestó su orgullo por la valentía y la fortaleza mostrada por su esposa en estos meses de encierro, quien es madre de dos niños jimaguas de 11 años.
"Estaré a tu lado por siempre, dándote apoyo y puedes estar segura que no descansaré hasta verte libre. No hay dictadura en el mundo que nos pueda separar. Te amo, María Cristina Garrido Rodríguez. Aquí esperamos por ti toda tu familia y tus hijos y tus amigos, que son muchos", afirmó.
Por su parte, Angélica Garrido ha denunciado desde la cárcel que ha sido “golpeada, torturada y lesionada”, además de refutar las acusaciones que le valieron una petición fiscal de 10 años de privación de libertad.
En la carta, hecha pública por Luis Rodríguez, esposo de Angélica, y replicada en las redes sociales, la joven activista denunció la violencia policial de la que ha sido víctima desde su detención el 12 de julio.
“Soy inocente, mi mano nunca se levantó contra ellos, ni mi boca los ofendió. Son ellos los que deben estar en mi lugar, son ellos los que procedieron de manera incorrecta y arbitraria”, expresó en la misiva en referencia a la policía.
La joven agregó que “la Policía de Quivicán no cumplió con su deber de proteger y cuidar a los ciudadanos”, dejando a un lado su función y convirtiéndose en su verdugo.
Recientemente, la activista Lizandra Góngora ratificó desde su prisión que se mantiene firme a sus convicciones y rechazó cualquier posible diálogo con la dictadura.
"Estoy presa por mis ideales y convicciones, que siento en mi corazón. Nadie me obligó, nadie me compró y mucho menos me pagaron por nada", dijo a través de una carta que divulgó en su perfil de Facebook.
Además, aseguró que no le importa quién flaquee en medio de la situación tan difícil que viven los presos políticos de la isla y pidió que se respete su opinión al respecto.
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