Estados Unidos exigirá un test de COVID-19 negativo a todos los viajeros internacionales que lleguen a ese país a partir del 6 de diciembre, realizado en las 24 horas previas al vuelo.
Esta disposición forma parte de un paquete de medidas del gobierno de Joe Biden, presentado este jueves, para reforzar los protocolos epidemiológicos contra la pandemia de coronavirus ante el inicio de la temporada invernal en ese país.
La medida no excluye ni a los propios estadounidenses, ya que las pruebas negativas de PCR o de antígeno, con no más de 24 horas de realizadas, se les exigirá a todos los viajeros internacionales, independientemente de su nacionalidad o estado de vacunación.
“Este cronograma de pruebas más estricto proporciona un grado adicional de protección de la salud pública a medida que los científicos continúan evaluando la variante Ómicron”, apuntó el comunicado de la Casa Blanca.
Este requisito se añade, además, a la disposición establecida desde el 8 de noviembre último de inmunización obligatoria de todos los pasajeros aéreos internacionales que arriben a ese país, siempre y cuando hayan recibido vacunas aprobadas o autorizadas por la Administración de Alimentos y Medicinas de Estados Unidos (FDA), o alguna de las vacunas incluidas en una lista de uso de emergencia (EUL) de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Las vacunas aprobadas por la FDA son las de Pfizer, Moderna y Johnson & Johnson; mientras que la OMS solo ha dado el visto bueno en su listado EUL a Sinovac, BIBP/Sinopharm, AstraZeneca y CoviShield.
Estados Unidos impuso también restricciones de viajes para los países de la región del sur de África, donde se confirmó que se estaba extendiendo la variante Ómicron, recién identificada en Sudáfrica.
Otra de las medidas que deben cumplir los viajeros nacionales e internacionales es la del uso obligatorio de mascarillas en aviones, trenes, cualquier transporte público, aeropuertos y terminales de autobuses.
Por el incumplimiento del uso de cubrebocas en estas áreas se aplicarán multas de entre 500 y 3,000 dólares a los infractores.
Además del reforzamiento de los protocolos sanitarios para los viajeros, las medidas de Biden contra el coronavirus en la temporada invernal incluyen acciones para seguir promoviendo la aplicación de vacunas de refuerzos a todos los adultos en el país.
Hasta el momento, a solo un 20% del total de vacunados se le ha aplicado la tercera dosis de refuerzo.
El gobierno estadounidense se propone inmunizar a más niños, dar mayores facilidades para que se hagan pruebas COVID gratuitas en los hogares e incrementar las medidas de protección en los lugares de trabajo.
También la Casa Blanca se propone reforzar los equipos de respuesta rápida para ayudar a combatir posibles picos de casos y asegurará el suministro de píldoras de tratamiento contra la COVID-19, una vez sean aprobadas por la FDA.
El presidente Joe Biden pidió esta lunes a los estadounidenses, ante la posible amenaza de la nueva variante de coronavirus, que no cunda el pánico, que se está trabajando en todos los frentes, además de seguir insistiendo en tener la pauta completa de vacunación, como mejor protección contra Ómicron.
“Esta variante es una razón para preocuparse, no para entrar en pánico.Tenemos las mejores vacunas, los mejores científicos y los mejores medicamentos del mundo. Y aprendemos más cada día que pasa. Y lucharemos contra esta nueva variante con todo el conocimiento y la velocidad que permita la ciencia, no con caos y confusión. Lo hicimos con la anterior y lo haremos aún mejor en esta, ofreciendo información veraz y actualizada”, apuntó el mandatario en su intervención.
No obstante, este miércoles se confirmó el primer caso en Estados Unidos con la variante Ómicron del coronavirus, el cual fue detectado en California y corresponde a un individuo que regresó de Sudáfrica el 22 de noviembre último.
Con 780 mil fallecidos, EE.UU. hasta el momento es considerado el país más golpeado por la pandemia de coronavirus.
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