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Más de 15 mil inmigrantes cubanos ingresaron de manera irregular a Estados Unidos a través de la frontera mexicana durante los últimos tres meses, con una cifra récord de 5,870 el pasado octubre, según estadísticas oficiales.
Y las alarmas han comenzado a sonar con la apertura del tráfico aéreo desde Cuba al exterior, el pasado 15 de noviembre, y especialmente esta semana, tras el anuncio del libre visado para los cubanos en Nicaragua, decretado sorpresivamente por el gobierno de Daniel Ortega.
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De acuerdo con registros del Departamento de Aduanas y Protección de Fronteras (CBP) obtenidos por CiberCuba, entre agosto y octubre de este año entraron por puntos de la frontera sur 15,178 cubanos, lo que supera el total de 13,410 que llegaron durante todo el año fiscal 2020.
Los datos actualizados sobre el flujo de cubanos en la franja fronteriza de México confirman la imparable estampida migratoria hacia territorio estadounidense, incluso desafiando las restricciones de movilidad por la pandemia y la barrera legal impuesta por la eliminación de la política de "pies secos/pies mojados" desde enero de 2017.
Si bien tras la derogación de pies secos/pies mojados dio al traste con los beneficios de asilo y limitó el acceso de cubanos a Estados Unidos entre 2017 y 2018, los períodos fiscales posteriores han registrado un alza exponencial de las entradas irregulares por la llamada “ruta centroamericana”.
Solo en el año fiscal 2021, concluido el pasado 30 de septiembre, la llegada de cubanos por vía terrestre se disparó a 39,303, de ellos 38,674 por la frontera de México, lo que representa un drástico crecimiento del 180 por ciento con relación al período precedente. Otros 829 cubanos trataron de llegar a través del mar y fueron capturados por la Guardia Costera.
Las autoridades cubanas reportan 1,255 repatriaciones de ciudadanos nacionales en lo que va de año, 856 desde Estados Unidos, 214 desde México,184 desde Bahamas y uno desde Islas Caimán.
La ola migratoria cubana se potenció nuevamente tras la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca y la flexibilización de las regulaciones migratorias bajo la administración demócrata.
De acuerdo con los datos de CBP, desde el pasado febrero un total de 28,801 cubanos se han arriesgado a entrar utilizando la ruta centroamericana, aunque el ingreso no significa que podrán regularizar su estatus legal en Estados Unidos bajo la Ley de Ajuste Cubano (CAA).
Las condiciones parecen creadas para un nuevo pico migratorio hacia Estados Unidos tras la luz verde para el ingreso de nacionales cubanos sin visa a Nicaragua desde este lunes.
El anuncio hecho la noche de este lunes por el régimen de Ortega se basó en "la cantidad de solicitudes de hermanos ciudadanos cubanos con familiares en Nicaragua, y con el fin de promover el intercambio comercial, el turismo y la relación familiar humanitaria”.
Pero al margen de las “razones humanitarias” esgrimidas, lo cierto es que la noticia desató un furor entre los potenciales viajeros desde Cuba y otros tantos cubanos varados en países latinoamericanos y en Europa, mientras buscan alternativas para llegar por cualquier vía a Estados Unidos.
“Estamos en el preámbulo de una crisis con inmigrantes cubanos que tendrá que enfrentar esta administración”, consideró Willy Allen, conocido abogado de inmigración en Miami. “Lo vamos a ver en los próximos meses”.
Desde las primeras horas del martes, decenas de cubanos inundaron las oficinas de la aerolínea Copa en La Habana con el propósito de obtener un pasaje a Panamá como vía de tránsito a Nicaragua. Desde el exterior, familiares y viajeros trataron de hallar un boleto que los llevara hasta Managua en los próximos días.
Tras el anuncio de Nicaragua, la embajada de Panamá en La Habana recordó que los cubanos que viajen a un tercer país con escala menor de 12 horas en Panamá no tendrán necesidad de solicitar visado del país istmeño.
La posibilidad de volar a Nicaragua resulta altamente atractiva para miles de cubanos estancados en terceros países de Latinoamérica, Europa e incluso en Medio Oriente.
En el caso de inmigrantes cubanos que desde Suramérica se arriesgan a cruzar la intrincada Selva de Darién y atravesar Centroamérica para llegar a Estados Unidos, la opción del "tránsito nicaragüense resulta mucho más segura y viable.
Muchos de ellos llegaron o aguardan aún por la oportunidad de transitar por Centroamérica para arribar a la antesala del "sueño americano". Datos del Servicio Nacional de Migración de Panamá indican que el flujo de cubanos por la zona creció de manera acelerada desde enero y al terminar septiembre sumaban más de 12,000 censados.
La aventura del Darién se ha tornado cada vez más costosa y temible, con frecuentes casos de desapariciones, asesinatos, violaciones de menores y accidentes fatales.
"Hay cubanos regados por todo el mundo que van a tratar de llegar a Nicaragua para seguir a Estados Unidos, pero debe recordarse que presentarse en la frontera no es garantía de que las autoridades migratorias van a aceptar tu entrada", señaló Allen. "Ni siquiera la entrada es una garantía de que podrás ganar el caso de asilo".
Allen advirtió que en los próximos días pudieran producirse decisiones importantes de la administración Biden en materia de migratoria que pudieran afectar a los viajeros cubanos.
En esencia, se trata de la reinstalación del Programa de Protección al Migrante (PPM), conocido como "Permanecer en México", una medida que daría un giro radical a la política de relativa aceptación de los inmigrantes cubanos en puntos de la frontera sur.
El PPM, implementado por la administración Trump en 2019, obliga a los solicitantes de asilo en Estados Unidos a esperar en México la cita para una audiencia judicial de su caso.
Una fuente del DHS confirmó este miércoles a CiberCuba que la administración planea reactivar el PPM en los próximos días, aunque declinó ofrecer una fecha exacta.
El funcionario, que pidió no ser identificado, dijo que las negociaciones estaban avanzadas y se esperaba una decisión "antes de terminar el año", aunque quedan varios asuntos por acordar con la parte mexicana.
Según la información filtrada a medios estadounidenses, el DHS establecería cuatro puntos de entrada por Texas y California, y brindaría a los solicitantes de asilo la opción de vacunarse contra el COVID-19.
El tema del PPM figuró entre los tópicos de carácter migratorio que emergieron durante la reciente Cumbre de Presidentes de Norteamérica, celebrada en Washington, en la que Biden y el mandatario mexicano Andrés Manuel López Obrador intercambiaron sobre múltiples temas bilaterales, incluyendo sus respectivas políticas hacia Cuba.
La reanimación del PPM se produce luego que un juez federal de Texas ordenara mantener el programa y dar marcha atrás a la determinación de Biden de eliminarlo. Tras su suspensión, unos 8 mil cubanos pudieron entrar legalmente a Estados Unidos desde el pasado 19 de febrero.
Tras el desmantelamiento temporal del PPM, las autoridades estadounidenses actuaron con cierta permisividad hacia los cubanos solicitantes de asilo en la frontera.
Miles de inmigrantes fueron procesados por oficiales de DHS/CBP y recibieron un permiso de libertad bajo supervisión, identificado como I-220A, lo cual les obliga a ganar sus casos de asilo en los tribunales para recibir la residencia permanente.
Sin embargo, la suerte de los registrados con el I-220A podría cambiar en virtud del desenlace una demanda federal en curso, presentada por un equipo de abogados de Miami. La acción legal fue reclama que el DHS y su Oficina de Inmigración y Ciudadanía (USCIS) consideren que el I-220A sea aceptado oficialmente como un documento de admisión para procesar la residencia permanente al amparo de la Ley de Ajuste Cubano (CAA).
Una decisión sobre el caso deberá producirse para el verano de 2022 y tendría un impacto a nivel nacional.
Cualquiera que sea la salida ante la avalancha de inmigrantes cubanos hacia Estados Unidos, la decisión de Nicaragua plantea un nuevo reto estratégico para la administración Biden.
Este miércoles, un funcionario del Departamento de Estado reconoció que cada país tiene derecho a determinar los requisitos para que los viajeros internacionales entren en su territorio, y dijo que correspondía al gobierno nicaragüense explicar las razones por las que decidió eliminar el requisito de visado para los ciudadanos cubanos.
Sin embargo, en la declaración enviada a CiberCuba, el funcionario afirnó que "en toda la región seguiremos centrándonos en las cuestiones de gobernanza mientras trabajamos para abordar las causas profundas de la migración".
"Sabemos que para frenar la migración es necesario generar oportunidades económicas y mejorar la seguridad de los ciudadanos, y estas mejoras requieren gobiernos democráticos que defiendan el Estado de Derecho y combatan la corrupción", aseveró el funcionario.
Los cubanos constituyen una porción menor dentro del candente panorama de la emigración hacia Estados Unidos, agitado por caravanas frecuentes de miles de personas que tratan de penetrar al país buscando asilo y oportunidades laborales, mientras la administración gestiona iniciati vas multinacionales para detener una crisis que constituye un serio obstáculo para Biden y el Partido Demócrata en sus aspiraciones de mantener la mayoría en el Congreso en las elecciones de medio término del próximo año.
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