La Fábrica de Caramelo de Baracoa reinició su producción con bajos volúmenes por falta de materias primas y trabajando con un fogón de leña, como si estuvieran produciendo antes del siglo XIX.
La prensa oficialista cubana aseguró, a pesar de la carencia de materia prima y las pésimas condiciones de trabajo para los obreros de la fábrica de caramelos, que "ya se estabilizó la elaboración de la demandada golosina". En su reportaje evitan mencionar el precio de este producto en la red de Comercio y Gastronomía.
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"Estamos produciendo el caramelo "tabaquito" el caramelo de "almohadita" y el caramelo "surtido de paquete". (...) Pero de la materia prima, que es azúcar, no tenemos suficiente para hacer la cantidad de producción" que se demanda, dijo Alfredo Gámez Legrá, jefe de turno en la fábrica.
Los trabajadores de la Fábrica de Caramelos de Baracoa cocinan el melao, lo procesan en una máquina y luego les dan forma a los caramelos con sus manos. No tienen medios de trabajo suficientes.
En las imágenes se ven los guantes rotos, la manipulación del producto sin medidas higiénicas y otros problemas que afectan la precaria producción artesanal.
En el verano el Ministerio de Comercio Interior (MINCIN) recibió críticas cuando publicó en sus redes sociales las imágenes de un centro de elaboración de caramelos en Pinar del Río que tenía una "línea de producción" de chambelonas artesanales.
Los usuarios respondieron con burlas y comentarios críticos ante la oferta estatal pinareña. Las chambelonas artesanales lucían antihigiénicas, se hacían con utensilios sucios y precarios, pero el gobierno las anunciaba "como una manera de diversificar la producción local".
Las confituras en Cuba son uno de los productos más difíciles de comprar porque suelen tener un altísimo precio, no son de la mejor calidad y los padres deben priorizar alimentos básicos de las dietas de sus hijos, como los huevos y leche que son sumamente costosos.
En enero una madre cubana denunció en sus redes sociales el alto precio que el Estado impone a las golosinas y lamentó no haber podido comprarle nada a su hija como regalo, porque toda la oferta es en dólares.
El altísimo precio de las golosinas ya venía creando conflictos entre los cubanos desde antes de la puesta en marcha de la "Tarea Ordenamiento" que disparó el valor de todos los productos.
En octubre del 2020 una denuncia de un ciudadano cubano en la prensa oficialista se volvió viral en las redes sociales. La publicación apareció en el periódico Venceremos de Guantánamo y despertó una gran polémica por la petición de cambiar las confituras de lugar en una tienda en MLC, para que los niños no las vean desde la calle.
"Guantanameros sugieren a la gerencia de la tienda de productos en MLC situada en las calles Los Maceos esquina a Prado, se valore la posibilidad de cambiar de lugar las confituras visibles a través de la cristalería que da para esta última arteria y colocar otro producto, porque llaman mucho la atención de los niños, y es complejo explicarles la imposibilidad de los padres para comprarlos por no tener acceso a esa moneda, cuestión que ante la incomprensión de los pequeños, por lo general, les provoca el llanto", dice la nota del periódico publicada el 18 de septiembre de 2020.
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