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Una publicación del periódico de Guantánamo Venceremos ha despertado una gran polémica en redes sociales, pues expone la petición de cambiar las confituras de lugar en una tienda en MLC, para que los niños no las vean desde la calle.
El texto aparece la edición del 18 de septiembre, en una sección llamada "Instantáneas", dedicada a compartir algunas quejas de la ciudadanía.
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"Guantanameros sugieren a la gerencia de la tienda de productos en MLC situada en las calles Los Maceos esquina a Prado, se valore la posibilidad de cambiar de lugar las confituras visibles a través de la cristalería que da para esta última arteria y colocar otro producto, porque llaman mucho la atención de los niños, y es complejo explicarles la imposibilidad de los padres para comprarlos por no tener acceso a esa moneda, cuestión que ante la incomprensión de los pequeños, por lo general, les provoca el llanto", dice la nota del periódico.
Se trata del supermercado "Los Muchachos", que está en Calle Los Maceos No. 805 y Prado, en la ciudad de Guantánamo, al oriente cubano, inaugurado el pasado 20 de julio.
La nota, que al parecer alguien detectó y guardó, se ha estado difundiendo en la red y, a su paso, causando indignación entre muchos cubanos.
"Esta nota en el periódico de Guantánamo me recuerda las llamadas "casas del oro y la plata" de los años 80 en Cuba, en las que mi familia nunca pudo comprar porque ni plata ni oro teníamos, pero en la escuela escuchaba a varias amigas alardear de chocolates y ropa de marca adquiridos en esos locales... Los niños... los niños viven y guardan todo eso con especial dolor", escribió al respecto la periodista Yoani Sánchez.
Por su parte, el periodista Carlos Alejandro Rodríguez dijo al compartir el texto: "No es solo que lloren los niños que desean las confituras inalcanzables, en dólares. Deberíamos estar llorando todos".
"Que alguien me diga que esto es fake new, que este no es mi país...", dijo otro periodista, Jesús Jank Curbelo.
Recientemente el escritor cubano Pedro de Jesús López Acosta contó que habían tapado los cristales de la primera tienda en Moneda Libre Convertible (MLC) que abrieron en su natal pueblo de Fomento, en Sancti Spíritus, para que los pobladores que no tuvieran dinero no se sintieras tristes.
"Y en el pueblo donde vivo (Fomento, Sancti Spíritus), en el mismo Día de la Cultura Cubana, ha abierto al público una flamante tienda por MLC, con todos sus cristales forrados para que los pobladores que no tienen tarjeta en divisas no se aflijan mirando lo que se vende adentro y ellos no pueden comprar", dijo en Facebook.
En otra ocasión la actriz cubana Madai Fadraga calificó como una "falta de respeto" que la población esté dividida entre los que solo cuentan con CUC y los que tienen dólares americanos y ella, que es madre de tres niños, dijo sentirse "destruida" y con el "corazón roto" porque considera que toda esta situación es una falta de respeto y una desconsideración con el pueblo.
"Por debajo de mí hay una pila de gente en una situación peor y es para que yo no me queje, pero me duele ver a otras madres con otros niños que no pueden comprar ni un paquete de galleticas", sostuvo.
La empresa CIMEX, por su parte, fue blanco recientemente de muchas críticas por vanagloriarse de cuán surtidas están las tiendas en MLC, mientras el resto de los establecimientos se mantienen desabastecidos.
"Así amanece la Tienda Panamericana La Plaza con todas sus áreas abiertas. Se comercializan productos de las familias de alimento y aseo, útiles del hogar y ajuares, electrodomésticos e iluminación, en la modalidad de MLC. Se mantienen sus servicios gastronómicos en Moneda Nacional (CUC o CUP)", dijo CIMEX.
Estas tiendas, que el Gobierno ha abierto en todo el país para la recaudación de divisas ante la debacle económica que se vive, muchos están solicitando que sean cerradas.
“Exijamos que cierren las tiendas en dólares y abastezcan las tiendas en moneda cubana, es nuestro derecho, no ganamos en dólares, ¿cuántos dicen que sí?”, dijo una cubana en Facebook.
Como ella, muchos se han sumado a exigir el cierre de estos establecimientos, a los cuales la mayoría de los cubanos no pueden acceder.
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