En una nueva "directa" desde su cuenta de Facebook, la activista cubana Saily González Velázquez hizo este lunes por la noche un balance del 15N.
"Hay muchos motivos para estar hoy orgullosos del pueblo cubano, hoy le hemos dado mucha guerra a la dictadura", dijo la integrante de Archipiélago.
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"Han tenido que movilizar a sus huestes más rabiosas para venir a reprimirnos a los activistas", aseguró.
"Me siento feliz, y muy orgullosa de haberle podido hacer frente, con mi madre, a una turba de casi cien mujeres y hombres enfurecidos. Solita, con mi madre apoyándome", agregó.
González también mencionó el ejemplo de la familia de Andy García Lorenzo. "La forma en que ellos enfrentaron su acto de repudio fue increíble", dijo la activista.
"Orgullosa también de que Omar Mena y Lady Laura pusieran 'Patria y Vida' en su casa a todo volumen. Orgullosa de que Iliana Hernández se les haya escapado, y todavía los tiene locos porque no saben dónde está. Muy orgullosa de que la otra moderadora de Archipiélago, Miryorli García, también se les enfrentara con tanta dignidad...", subrayó.
"No puedo tener otra cosa en mi corazón que orgullo de esos cubanos", aseguró González.
La activista también declaró su pesar por las detenciones de varios activistas y manifestantes.
"Como esto de la lucha por la libertad de Cuba no es un juego, y es un subibaja de emociones, siento con profunda tristeza que detuvieran a la persona que se manifestó aquí en Santa Clara: Maykel. Vamos a dar guerra por su libertad", afirmó.
González mencionó también los arrestos de Carolina Barrero, "una de nuestras cubanas más luminosas", y de los tuiteros Rafa y Céspedes. "Están aterrorizados, y cuando la dictadura tiene miedo es porque la democracia está cerca".
En cuanto al futuro, González declaró que Archipiélago se ha declarado en estado de protesta hasta el día 27 de noviembre.
"Por lo menos para mí, esta jornada cívica se va a extender hasta tanto no consigamos nuestros objetivos", concluyó.
Durante casi toda la jornada del lunes, la activista estuvo bajo el permanente acoso de las autoridades y con un acto de repudio en la puerta de su casa para amedrentarla e impedirle que saliera a marchar como había prometido.
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