El canciller cubano Bruno Rodríguez Parrilla dijo este miércoles que la marcha cívica por el cambio, el 15 de noviembre, echaría a perder el “regocijo” del pueblo cubano ante las flexibilizaciones recientes del gobierno a las medidas por la pandemia del coronavirus.
Al comparecer frente al cuerpo diplomático acreditado en el país, Rodríguez Parrilla dedicó varios minutos al 15N, advirtiendo que no se iba a permitir a sus promotores “aguarnos esta fiesta”, palabras a tono con expresiones usadas anteriormente por el gobernante Miguel Díaz-Canel.
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“Es un momento para nuestro pueblo de celebración, celebración prudente, apertura progresiva, de paso a lo que unos llaman una nueva normalidad. Pero es un momento que nuestro pueblo celebra. Han asistido ustedes a escenas de regocijo de nuestra población, nuestros jóvenes, niños, concurriendo nuevamente al malecón habanero, a otras plazas de nuestro país, a playas y lugares de recreación”, comentó.
“No vamos a permitir de ninguna manera que la agresión persistente del gobierno de Estados Unidos, sus intentos constantes, agudizados en los últimos meses, de generar condiciones de desestabilización interna, de alterar la tranquilidad ciudadana, de dañar la paz social que es característica del pueblo cubano, de nuestra nación, vayan a aguarnos esta fiesta”, señaló.
De acuerdo con el canciller, el gobierno no aceptaría que la “agresión organizada desde el exterior con el empleo de agentes internos, reclutados, entrenados, financiados y organizados e incluso transportados en vehículos diplomáticos de la embajada de EE.UU., vaya a echar a perder este momento de alegría de nuestro pueblo”.
Seguidamente, el titular de Relaciones Exteriores amenazó con reprimir a quienes salieran a las calles a protestar el 15 de noviembre. “Nuestro pueblo, con el estricto apego a nuestra Constitución y leyes, con el talante y el ánimo que lo caracteriza, defenderá el orden constitucional por el que votó recientemente, de una manera masiva y entusiasta”, sostuvo.
De igual modo, Rodríguez afirmó que en Cuba no existen “acciones autóctonas” de oposición al régimen. Luego invitó a los diplomáticos a comprobar en las calles la “alegría de la gente, la esperanza, la felicidad de la familia y los niños ante este momento de oportunidad que se abre en nuestro país”.
“Los cubanos tenemos la seguridad de que el 2022 será un año promisorio para nuestro pueblo”, agregó. “El gobierno de Cuba, estrechamente unido a nuestro pueblo, impedirá cualquier ensayo de acciones inconstitucionales dirigidas a un cambio de régimen en el país. No lo permitiremos, utilizaremos nuestras leyes”.
“Por supuesto que nuestro pueblo continuará haciendo los mayores esfuerzos para sortear las dificultades económicas que todas nuestras familias hoy padecen. Lo haremos con nuestro esfuerzo (…) sabiendo que nuestra economía ha demostrado ser resistente y viable”, aseveró.
Rodríguez expresó que el régimen impedirá cualquier propuesta de intervención humanitaria y “cualquier forma de intervención contra nuestra independencia y soberanía que durante 60 años hemos defendido y defenderemos al precio de nuestras vidas”.
Los cubanos viven en los últimos años una de las crisis más graves del país, con una aguda escasez de alimentos, medicinas y artículos de primera necesidad, que obliga a las familias a hacer colas por largas horas en los comercios que administra el Estado. Sin embargo, el régimen insiste en promover el optimismo en su discurso y proyectar una imagen de sosiego y júbilo, al tiempo que reprime las expresiones de descontento y resonsabiliza a Washington de las deficiencias administrativas.
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