Tatiana Finales, una cubana residente en Italia que participó en la concentración del Vaticano el domingocon el fin de visibilizar la represión en Cuba, lamentó este miércoles que la Iglesia negara el apoyo a la causa de los manifestantes.
“Fue una discriminación absurda sin ningún tipo de justificación. Nada podía justificar eso que nos estaba sucediendo”, comentó, en el espacio de Las Mañanas de CiberCuba, sobre el trato que recibieron por parte de las autoridades locales.
Según contó, las autoridades pretendían dejar acceder solo a una parte de los cubanos a la Plaza San Pietro, pero ellos decidieron no permitirlo. “Nos han separado por 62 años, no nos pueden separar también en la Casa del Señor”, dijo.
“Nos bastaba que el Papa dijera una palabra de aliento para nuestro pueblo”, explicó sobre los propósitos de la concentración. “Para mí, perdió una gran oportunidad de estar cerca del pueblo cubano, cerrándonos las puertas del Vaticano en la cara”, afirmó.
“Lo peor que hizo fue que no mencionó al pueblo de Cuba para nada, sino a todos los países cuyas banderas veía ahí, como si no valiéramos nada”, opinó Finales, quien además aseguró que la verdadera intención no era manifestarse, sino llamar la atención del líder religioso durante el Ángelus para visibilizar la crisis actual en Cuba.
Un día antes, el sábado, cubanos, italianos y de otras nacionalidades que se solidarizan con la causa de la libertad de Cuba, se concentraron en la Plaza de la Madonna Di Loreto exigiendo el fin de la dictadura en la isla. Desde ahí, se convocó a la cita en la Plaza San Pietro a las 8:00 de la mañana, hora en que tendría lugar la oración del Ángelus, oficiada por el Papa Francisco.
Los cubanos viajaron en buses hacia Roma desde varias ciudades de la península itálica y desde otros países, incluyendo una representación la comunidad cubana en Estados Unidos, entre ellos, el influencer Alexander Otaola.
“Hoy estoy más convencido de la soledad del pueblo cubano ante los poderes del mundo”, lamentó Otaola en conferencia de prensa el martes en Miami, al pronunciarse sobre los sucesos en el Vaticano. “Fuimos, como pueblo, discriminados, y se nos cerraron las puertas de la casa de Dios”, señaló.
Un participante en la concentración explicó que la Guardia de la Santa Sede les negó la entrada a la Plaza de San Pietro con el pretexto de que habían recibido información sobre un posible atentado de cubanos contra el Vaticano.
“Nuestra convocatoria fue pacífica, fue a respetar las leyes del Vaticano y de Italia. Hemos sido difamados. (...) Yo viajé como ciudadano americano y fui tratado como pasajero de tercera clase, fui acosado, vigilado y perseguido por las autoridades de Roma”, expuso Otaola.
“Exijo desde esta rueda de prensa a las autoridades italianas que revelen las acusaciones que sobre mí dicen ellos que recibieron 15 días antes de la fecha de la convocatoria. Exijo una disculpa pública por parte de las autoridades de Italia y las autoridades vaticanas, y que su máxima autoridad el Papa Francisco reivindique al pueblo cubano”, añadió.
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