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Campesinos en la oriental provincia de Guantánamo llevan meses sin cobrar las producciones que se exportan fuera de Cuba porque hay atrasos en la emisión de las tarjetas bancarias en MLC.
Los caficultores son de los más afectados por el atraso en la gestión bancaria, aunque los ganaderos y productores de leche también extendieron sus quejas porque en todo este tiempo no han cobrado el dinero que les corresponde.
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Rolando Quincoses Arteaga, funcionario del Ministerio de la Agricultura, reconoció el problema tras evaluar la aplicación de las 63 medidas gubernamentales que se aprobaron en abril para el sector agropecuario.
“La mayoría de las cooperativas y productores guantanameros no disponen del referido medio, indispensable para comprar machetes, limas, fertilizantes y otros insumos”, apuntó Quincoses Arteaga, según la versión digital del periódico local Venceremos.
Sin embargo, el atraso en la entrega de tarjetas bancarias para realizar operaciones en MLC a campesinos guantanameros no se comporta de igual modo en todos los municipios, ya que en Imías las cooperativas gestionaron con las sucursales el servicio y es el único territorio con mejores resultados.
“Hay que dar un vuelco a la situación en la provincia y corresponde al sector agropecuario hacerlo inmediatamente”, dijo el funcionario de la Agricultura, a la vez que alertó los problemas que puede acarrear esta demora, sobre todo en la motivación de los productores agropecuarios de Guantánamo.
Al no contar con efectivo en MLC, eufemismo usado por el Gobierno para evitar referirse a las divisas extranjeras, los campesinos se ven impedidos de comprar bienes e insumos que se comercializan de manera exclusiva en las tiendas donde hay que pagar con tarjetas magnéticas.
El vicepresidente cubano, Salvador Valdés Mesa, dijo en Guantánamo hace solo unos días que el problema principal de la provincia para alcanzar la soberanía alimentaria era la falta de ingenio por parte de científicos y productores.
"Debe planificar mejor y aplicar ciencia y conciencia en la producción y comercialización", dijo.
Tras la aplicación del paquete de medidas conocidas como Tarea Ordenamiento, el sector agropecuario de Cuba sufrió un fuerte impacto negativo, ya que se incrementó el gasto en electricidad, agua y la adquisición de insumos, además que por concepto de salario debía pagarse más a los trabajadores, generando un caos económico sin precedente.
Ante los problemas que generó la medida, el Gobierno decidió dar marcha atrás a algunas de sus medidas y aprobar otras que favorecieran a los campesinos, como la posibilidad de vender carne de res o el incremento en el precio de la leche, siempre que se cumplan los planes.
Sin embargo, hasta el momento la economía y la producción de alimentos en la isla no logran despegar en la isla, algo que el economista cubano Elías Amor considera que no se trata de una reforma sustancial hasta que no cambien la concepción del mercado en el país y se descentralice el poder.
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