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La artivista Tania Bruguera agradeció este viernes a aquellos que le recomendaron la lectura del libro ‘Cómo funciona la lucha noviolenta’, un texto de teoría política fundamental escrito por el destacado politólogo Gene Sharp.
“Gracias por dejarme saber qué debería leer. Finalmente he encontrado el famoso libro de las técnicas de lucha no violenta. En realidad el autor es Gene Sharp, no el ejército de EEUU. Mientras lo lea iré compartiendo cada una de las 198 técnicas…”, dijo Bruguera en un post de Facebook en el que compartió una imagen del libro, que ahora ya posee.
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Al remarcar la autoría del texto, la artivista puso el foco en las constantes difamaciones que hacen los medios oficialistas cubanos para intentar desacreditar a los activistas y opositores cubanos, acusándoles de leer manuales de guerra no convencional cuya autoría atribuyen a la CIA y organizaciones que promueven el cambio de régimen en Cuba mediante un “terrorismo” de nuevo tipo.
Frente al discurso oficialista, que pretende incrustar en el imaginario colectivo cubano la idea de que son la continuidad de un proceso revolucionario y violento que comenzó con el alzamiento de La Demajagua –idea muy presente en los eslóganes de este domingo 10 de octubre-, Bruguera se vuelca con su obra y su activismo en crear una cultura cívica y no violenta que confronte el discurso oficial y dispute la legitimidad del poder al régimen cubano.
“A diferencia de los pacifistas, los partidarios de la acción noviolenta creen con Frederick Douglass, que ‘querer libertad sin agitar es querer cosechar sin romper el suelo con el arado, lluvia sin rayos y truenos, océanos sin olas’. La lucha puede ser moral, puede ser física, puede ser combinada, pero es necesariamente lucha”, dice Sharp en el capítulo X del libro que promueve Bruguera.
Bajo el título de “El desafío trae represiones”, el eminente profesor de Harvard resalta la idea de Douglass de que “el poder nunca ha concedido nada sin exigencias”. En ese sentido, Sharp postula que “en caso de conflictos fuertes, solamente la lucha noviolenta eficaz puede llevar a una solución satisfactoria, evitando tanto la pasividad como la violencia”.
A pesar de que el concepto de “lucha noviolenta” puede parecer una ficción frente a una dictadura totalitaria altamente represiva, Sharp sostiene que se trata de un concepto bien diferente al de “pacifismo”. La histórica protesta del 11J en Cuba contuvo muchas de las manifestaciones de lucha noviolenta reseñadas en el libro por el politólogo.
“Los principales problemas políticos de nuestro tiempo -las dictaduras, el genocidio, la guerra, la opresión social y la impotencia de un pueblo- requieren que se reformulen las respuestas políticas que hasta ahora se han dado y que se desarrollen nuevos programas y estrategias para resolverlos”, insiste el Dr. Sharp en su clásico manual.
La artista cubana, líder de un sector de la sociedad civil que empieza a organizarse en torno a iniciativas de confrontación al poder como el Movimiento San Isidro (MSI), el 27N, o el grupo Archipiélago que ha convocado la Marcha pacífica del 15N, propuso compartir con sus seguidores en redes sociales extractos del libro de Sharp.
“Al lanzar el movimiento, se definen más los grupos en conflicto. Los indiferentes tienden a alinearse con uno u otro bando. Los simpatizantes de cada uno se le acercan. Al inicio de todo movimiento hay titubeos e inestabilidad”, dice el manual del catedrático, describiendo el proceso de lucha noviolenta de la sociedad civil en términos que se asemejan al momento actual cubano.
El post de Bruguera fue saludado con entusiasmo por muchos de sus seguidores que comentaron agradeciéndole el gesto y celebrando su activismo lúcido. Algunos compartieron el libro en versiones PDF y audiolibros en los comentarios. Otros, sin embargo, se mostraron escépticos con la vía propuesta por Sharp como método trasladable a la realidad de opresión que padecen los cubanos.
En cualquier caso, fiel a su vocación pedagógica enfocada a una cultura de valores encaminada a alfabetizar cívicamente a la nación, Bruguera mantiene intacta su capacidad de movilizar ideas y propiciar un diálogo que termina fortaleciendo a la sociedad civil y convirtiéndola en ese interlocutor que el régimen totalitario cubano no desea ver ni en pintura, y al que intenta sepultar ante su imposibilidad de defender con argumentos un proyecto de dominación fracasado.
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