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Padres de adolescentes cubanos menores de edad expresaron sus preocupaciones por el estado de salud de sus hijos detenidos a raíz de las protestas del 11J en Cuba.
Un reportaje publicado en el portal de noticias Infobae recabó las preocupaciones de los padres de cuatro menores que continúan recluidos. La madre de Jonathan Torres Farrat, el padre de Emiyoslan Román Rodríguez, la madre de Brandon David Becerra Curbelo, y la de Rowland Jesús Castillo Castro, ofrecieron sus declaraciones al medio para denunciar una situación que consideran una violación de los derechos de los detenidos.
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El caso más delicado es el de Jonathan Torres, debido a una hipertrofia que sufre en el ventrículo izquierdo del corazón, producto de unaa hipertensión arterial que le obliga a tomar una medicación todos los días. Desde el día de su detención, el 13 de agosto en la capital de la isla, no tiene acceso a esta medicación, indicó el portal argentino de noticias.
“Están jugando con la vida de mi hijo, la están poniendo en peligro. Mi hijo ya cumplió un mes y medio desde que no tiene medicamentos”, señaló su madre, Bárbara Farrat. Sumado a su padecimiento, a Jonathan se le presentó un cuadro de infección en los oídos.
Sin embargo, al llevarlo a la enfermería para atender la otitis, “no le pudieron dar nada puesto que no medicamentos para darle. No me lo quieren llevar a un hospital ni me lo medican”, denunció la madre.
Otro de los menores detenidos, Emiyoslan Román Rodríguez (número 289 en la tabla de casos que actualiza la ONG Cubalex), permanece en prisión desde su arresto el 14 de julio, tres días después de haber participado junto a su hermana Mackyanis, de 23 años, su hermano Yosney, de 25 años, y su primo Odlanier, de 22 años en las protestas ocurridas el 11J en el barrio habanero de La Güinera.
Ese día, la policía ingresó a las 6 de la mañana en el domicilio familiar sin una orden judicial, y se llevó a los jóvenes esposados. Interrogados en el Departamento Técnico de Investigaciones de 100 y Aldabó, los jóvenes permanecieron incomunicados en dicha instalación hasta el 22 de julio, cuando fueron trasladados, sin juicio, a distintas prisiones.
“Todavía no he tenido contacto con ellos, no he podido verlos desde ese entonces. Me llaman por teléfono y me dicen que están bien, pero sé que es mentira. Mis hijos no son bandoleros, no son de problemas. Ya el 14 de octubre se cumplen tres meses y no los he podido ver a ninguno”, declaró a Infobae el padre de Emiyoslan y sus hermanos.
“Cuando se los llevaron los tenían incomunicados, no me dejaron verlos y nunca los he visto; Emiyoslan cumplió sus 18 años en la prisión. Tengo contacto telefónico con ellos, pero muy poco con Emiyoslan. Hablo más con los otros tres”, añadió.
Brandon David Becerra Curbelo, otro de los menores detenidos por el régimen cubano, fue arrestado el 16 de julio a las 2:30 p.m. cuando se encontraba en la esquina de su casa en compañía de su hermano de 12 años.
En ese momento “llegó una patrulla y un bus. Lo esposaron, le quitaron el móvil y se lo llevaron. Mi otro hijo es el que vino corriendo y me contó lo sucedido”, declaró Yanaisy, su madre, al citado medio.
Desde ese entonces se encuentra detenido en la Prisión de Jóvenes de Occidente en El Guatao bajo el cargo de “desorden público”, al que luego se le añadió el de “propagación de epidemia”. A Brandon no le permiten recibir visitas. Está autorizado a hacer dos llamadas por semana y su madre le lleva cada 15 días “alimentos, elementos de aseo y medicamentos”. Su situación se hizo todavía más angustiante al conocer la familia que había resultado positivo al coronavirus, del cual ya se está recuperando.
“Mi hijo solo tiene desorden público y propagación de epidemia. No cometió ningún acto violento ni perjudicó ni atacó a nadie, no comprendo tal injusticia. Tiene 17 años, esto es tortura psicológica”, denunció su madre.
Acusado de “desorden público” y “atentado” por participar en la marcha del 11J, Rowland Jesús Castillo Castro fue también detenido el 16 de julio, cuando salía de la casa de un amigo luego de festejar un cumpleaños
Fue interceptado por una patrulla que “se les tiró arriba, casi me lo mata”, relató su madre Yulinela a Infobae. “No se lo puede visitar, solo se le lleva alimentos todas las semanas. 2 veces a la semana él me llama de un teléfono público a mi celular y me dice que está bien, pero no puede hablar más que 3 minutos”, explicó la madre.
Las condiciones en la Prisión de Jóvenes de Occidente en la que se encuentra recluido Rowland, al igual que Brandon, son tan precarias que el joven se ha contagiado sarna por la falta de higiene y por dormir todos los días en un colchón sucio y sin sábanas, dado que no le permiten cambiarse ni su ropa, ni la sábana ni la toalla.
“Esto es desesperante, no tengo esperanza de que salga por lo que me dicen ellos. Mi hijo no tiene antecedentes penales, tiene un buen comportamiento social, estudia en la Escuela Nacional de Deportes Manuel Fajardo y es atleta de alto rendimiento de lucha libre. Además tiene un bebé de solo un año, que lo necesita”, suplicó la madre que ha quedado al cuidado del pequeño, siendo ella paciente de leucemia.
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