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Autoridades uruguayas desarticularon una red que captaba migrantes cubanos para trasladarlos a ese país suramericano o con la finalidad de ingresar a Estados Unidos mediante el cruce de fronteras terrestres.
“Personal del Departamento de Investigación de Delitos Especiales de la Dirección General de Lucha Contra el Crimen Organizado e INTERPOL (DGLCCO e INTERPOL) determinó, tras varios meses de tareas de inteligencia, el modus operandi de una organización criminal internacional que operaba desde el exterior y se dedicaba al tráfico de migrantes cubanos”, asegura este lunes el Ministerio del Interior de Uruguay en un comunicado en su sitio web oficial.
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En esta investigación colaboraron, además, personal de la Base Operativa Internacional Nº 1 de la Dirección de Investigaciones de la Policía Nacional (DIPN) y de la Dirección Nacional de Migración, así como también de diversos países, aclara, además.
La información detalla que “las operaciones de tráfico se originaban en La Habana donde cubanos, integrantes de la referida organización, captaban a sus compatriotas y los seducían con la posibilidad de viajar a Uruguay, algunos para permanecer aquí y otros con la finalidad de viajar a Estados Unidos, eligiendo a nuestro país como puente o destino intermedio”.
La nota explica que los cubanos iniciaban su tránsito en Guyana, país donde no les exigen visas para ingresar, y “tras el pago del dinero previamente acordado eran trasladados a una casa de seguridad hasta la llegada de más viajeros, donde se los dividían según su destino y el dinero que poseía cada uno”.
El recorrido, añade la información, luego seguía por tierra hasta la ciudad de Boa Vista, en el estado brasileño de Roraima, donde igual los cubanos eran alojados en una casa hasta que fuera seguro retomar viaje por ómnibus o en vuelos de cabotaje pasando por Manaos y Porto Alegre.
Desde esas localidades llegaban hasta las ciudades brasileras de Chui o Santana do Livramento hasta que pudieran ingresar desde allí a Uruguay, apunta el comunicado sobre la desarticulación de la red de trata de personas.
“Una vez en nuestro territorio, algunos se establecían como refugiados, mientras que otros tomaban contacto a través de medios tecnológicos con diferentes redes criminales que les cobraban entre 6.000 y 7.000 dólares para llegar a otro destino (el monto dependía de la red y el destino final). Este dinero era pagado usualmente por los propios familiares de los cubanos desde Estados Unidos”, puntualiza la información del Ministerio del Interior uruguayo.
Igual señala que “a raíz de esta investigación se realizó un allanamiento en una casa de la ciudad de Montevideo, hallando evidencia de envíos de dinero a Ecuador, Honduras, México y Perú”.
También en la investigación detectaron que desde Uruguay se enviaban “pasaportes cubanos originales por correo privado a México o Perú para la confección del documento apócrifo solicitado”, que luego de hacerle una copia apócrifa eran devueltos al interesado que estaba Uruguay.
La investigación, añade el comunicado, “dio con 34 personas involucradas de nacionalidad cubana y solicitantes de refugio (21 hombres y 13 mujeres, de entre 35 y 45 años)”.
De esas personas, apunta la nota, 12 fueron condenadas a seis meses de prisión bajo el régimen de libertad a prueba por el delito de uso de certificado público falso, además de que “se intervinieron 18 visas (nueve italianas, cinco mexicanas, tres austríacas y una española) y 34 pasaportes (30 cubanos, dos peruanos y dos mexicanos).
Miles de cubanos han viajado a Uruguay en los últimos años, desde la flexibilización de visados y posibilidades de permiso de trabajo en el país.
Ese país es uno de los países de América Latina con mayor presencia de migrantes cubanos. En 2019 había más de 5 mil ciudadanos de la isla en esa nación sudamericana.
En 2020, antes del cierre de fronteras por la pandemia de coronavirus, se registró una cifra récord de 9 mil solicitudes de refugio de cubanos en Uruguay, cifra que superó incluso las peticiones de refugio de los migrantes venezolanos.
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