El gobernante cubano Miguel Díaz-Canel pidió que pasara el huracán de la restauración por los lugares que se vieron afectados en Cuba tras el paso del huracán Ida este fin de semana.
"Por donde quiera que pasó Ida, tiene que pasar ahora el huracán cubano de la restauración. Otro domingo de trabajo por Cuba", afirmó en su cuenta de Twitter.
La publicación ha recibido comentarios de todo tipo, tanto de seguidores del dirigente como de personas que le recordaron que hay miles de cubanos a quienes otros fenómenos naturales los han dejado sin casa, y aún están esperando por ese "huracán de restauración" para tener una vivienda digna.
"El huracán de la restauración ayer le dio una casa de madera que entraba el sol por las rendijas a una señora de más de 90 años que perdió la casa en 2019, dos años para una casa de tablas que se va en el próximo ciclón, no hay vergüenza", cuestionó un internauta.
"Mientras la gobernadora de Camagüey, que parece un escaparate de tres puertas, construye tremenda mansión en el centro de Camagüey, para ella no hay bloqueo", denunció otra.
"Descarado, si hay miles de viviendas afectadas por huracanes de hace 10 años y todavía no han recibido materiales, ¡todo lo que donaron otros países se lo vendieron al pueblo! ¿Dónde está el altruismo de ustedes?", criticó una joven.
Aunque es cierto que el fenómeno Ida no causó tantos destrozos, al entrar en suelo cubano con categoría 1, un número nada despreciable de personas perdieron los techos de sus casas o sufrieron derrumbes parciales y totales.
En las provincias occidentales, los fuertes vientos y las lluvias provocaron la caída de cables eléctricos y de árboles, el cierre de carreteras y pérdidas en la agricultura y en entidades económicas estatales.
En la Isla de la Juventud, hasta el domingo aún no se había restablecido el 48 por ciento de las interrupciones eléctricas, lo que significa que 9,700 usuarios estaban sin servicio. En ese municipio especial la Defensa Civil cuantificó 140 daños parciales de cubiertas y cinco totales, además de 12 derrumbes.
También en Pinar del Río y Artemisa se registraron daños en cubiertas ligeras de viviendas y daños en la agricultura, sobre todo en los cultivos de plátanos, yuca y maíz.
Los destrozos que causan los fenómenos atmosféricos en Cuba no es un tema a banalizar, máxime cuando hay miles de damnificados a los que el gobierno no les ha prestado ningún medio ni ayuda para restablecer sus bienes.
En febrero pasado, la administración de Díaz-Canel reconoció que quedaban pendientes de construir o reparar 51,619 viviendas afectadas por eventos meteorológicos en los últimos años. Del total de casas, 49,594 sufrieron derrumbes totales y parciales.
El año pasado solo se solucionaron solo 20,133 problemas de viviendas provocados por ciclones y huracanes, de los cuales 3,332 ocurrieron tras el paso de la tormenta tropical Laura y 523 después de Eta.
Recientemente un habanero que perdió su casa en el tornado que afectó a la provincia el 27 de enero del 2019, escribió al diario oficialista Juventud Rebelde para denunciar que desde entonces no tiene dónde vivir y depende la caridad de vecinos, familiares y amigos.
Según relató Carlos Luis Pozo Vaillant, lleva tiempo sufriendo el peloteo de las instituciones estatales y tras la pandemia de coronavirus se ha visto obligado a dormir en las calles.
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