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(Reuters) - El huracán Ida se intensificó este sábado sobre las cálidas aguas del Golfo de México y apuntaba a la costa estadounidense, provocando que decenas de miles de trabajadores de la energía en Luisiana y en alta mar fueran evacuados a un lugar seguro.
Los meteorólogos dijeron que podría tocar tierra en Estados Unidos como una tormenta de categoría 4 "extremadamente peligrosa" en la escala de cinco niveles de Saffir-Simpson, generando vientos de 225 kilómetros por hora, fuertes precipitaciones y una marejada que podría sumergir gran parte de la costa de Luisiana bajo varios metros de agua.
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El ritmo de Ida se aceleró durante la noche, con vientos máximos de 140 km/h mientras se dirigía hacia el noroeste, dijo el sábado por la mañana el Centro Nacional de Huracanes (CNH). La tormenta seguirá intensificándose con rapidez sobre las aguas del Golfo de México, que están varios grados por encima de lo normal, antes de tocar tierra en la noche del domingo.
Las inundaciones causadas por la marejada ciclónica de Ida -marea alta impulsada por los vientos del huracán- podrían alcanzar entre 3 y 4,5 metros alrededor de la desembocadura del río Mississippi, con niveles más bajos extendiéndose hacia el este a lo largo de las costas adyacentes de Mississippi y Alabama, informó el CNH.
Las autoridades ordenaron evacuaciones generalizadas de áreas bajas y costeras, provocando un éxodo que hizo que las estaciones de gasolina se quedaran sin combustible y se formaran enormes filas de vehículos en las carreteras que salen de la costa.
Los servicios públicos estaban incorporando personal y equipos adicionales para prepararse para restaurar la electricidad cuando pase la tormenta. Los meteorólogos esperan que el viento deje sin suministro eléctrico a cientos de miles de hogares en el área.
Hailey DeLaune, una residente de 29 años, dijo a Reuters que pasó la noche del viernes junto a su prometido tapando las ventanas de su casa en Gulfport, Mississippi, y reuniendo provisiones para capear la tormenta.
"Los huracanes siempre han sido parte de mi vida", dijo la profesora de teología, que nació durante el huracán Andrew de categoría 5 en 1992. "Simplemente revisa la lista y espera lo mejor".
El gobernador de Luisiana, John Bel Edwards, cuyo estado se está recuperando de una crisis de salud pública derivada de una cuarta ola de la pandemia de COVID-19, instó a los residentes a prepararse para el huracán de inmediato.
"Ahora es el momento de terminar sus preparativos", dijo en una conferencia de prensa el viernes. "Mañana por la noche deben estar donde pretendan pasar la tormenta".
Edwards declaró el estado de emergencia y el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, emitió una declaración de emergencia federal previa a la llegada de Ida a petición de Edwards. Asimismo, autorizó al Departamento de Seguridad Nacional y a la Agencia Federal para la Gestión de Emergencias a coordinar los esfuerzos de socorro en casos de desastre en el estado.
El gobernador dijo también que autorizó la activación de los 5,000 soldados de la Guardia Nacional de Luisiana para despliegues de emergencia si fuera necesario.
Las compañías de energía estadounidenses redujeron la producción de petróleo en alta mar en casi un 60% y las refinerías de gasolina estaban recortando las operaciones en sus plantas de Luisiana en el camino de la tormenta. Algunos precios del combustible subieron en previsión de pérdidas de producción.
El viernes, Ida pasó por la pequeña Isla de la Juventud de Cuba, en el extremo suroeste de la nación caribeña, derribando árboles y arrancando techos de viviendas.
Jamaica quedó anegada por fuertes lluvias y hubo deslizamientos de tierra tras el paso de la tormenta. Muchas carreteras estaban intransitables, lo que obligó a algunos residentes a abandonar sus hogares.
Ida, la novena tormenta con nombre y el cuarto huracán de la temporada del Atlántico de 2021, podría superar la fuerza del huracán Laura, la última tormenta de categoría 4 en azotar Luisiana, para cuando toque tierra, dijeron los meteorólogos.
Reporte de Rich McKay en Atlanta, Brendan O'Brien en Chicago, Arpan Varghese en Bengaluru, Nelson Acosta en Cuba y Kate Chappell en Jamaica; escrito por Maria Caspani, Steve Gorman y Frances Kerry; editado en español por Carlos Serrano.
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