La autorización de las MIPYMES en Cuba ha llegado tarde y mal 

Los cubanos no van a ser prósperos hasta que haya una verdadera transformación de la política, la economía y la sociedad cubana, y estos señores que nos gobiernan son solo un estorbo para lograr ese objetivo.


Este artículo es de hace 3 años

La que hubiera sido una noticia importante en otro tiempo hoy ha pasado desapercibida y despertado poco interés, incluso, entre los que abogan por una apertura paulatina de Cuba a una economía de mercado.

La aprobación de las empresas privadas en Cuba en el VII congreso del PCC fue una de las noticias más destacadas en su momento, llenando de titulares la prensa independiente nacional y la prensa internacional, dispuesta a ver una apertura del régimen en cualquier acto. Hoy, cuando de manera definitiva deciden legalizar las empresas privadas en Cuba, la noticia ha pasado bastante inadvertida en la mayoría de los medios.


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El gobierno de Cuba ha demorado todo lo posible esta ley. En la práctica han demostrado que no les interesa realmente hacer una apertura ni un reordenamiento económico. La tarea ordenamiento sólo se enfocó en devaluar los pesos convertibles en manos de la población y re-dolarizar la economía con un nuevo invento, las tarjetas MLC.

¿Con la crisis que hoy se vive en Cuba, a quién le importa realmente que se autoricen las empresas pequeñas en Cuba? A muy pocos, fundamentalmente, a los que esta crisis no ha afectado, a los nuevos empresarios de Miramar y Siboney, a los que tienen contactos con el régimen.

Cuba vive hoy una crisis sanitaria, económica y alimentaria sin precedentes. Entonces las empresas privadas justo ahora ¿para qué? Han llegado tarde.

Además, la ley de empresas tiene más limitaciones y trabas que ventajas para los empresarios; en vez de estar enfocada en crear, multiplicar y dinamizar un sector que puede ser clave para la economía del país es una ley mutilada desde sus inicios.

Las empresas privadas solamente pueden tener en estos momentos de socios a personas naturales, las empresas mixtas están “temporalmente” prohibidas y una persona solo podrá ser socio de una sola empresa. Esto limita la creación de empresas por un emprendedor o socio capitalista. Tus ideas o tu dinero solo pueden ir a una empresa.

Es común que una persona, un emprendedor cree más de una empresa, existen incluso los llamados emprendedores en serie que crean en su vida muchas empresas. Las empresas, además, se unen, mezclan e intercambian participaciones (acciones) de acuerdo a intereses, mercados, productos y afinidades con una dinámica que ha sido cercenada en la ley cubana.

Para los cubanos, no existirá la posibilidad de crear Sociedades Anónimas (S.A.) sólo se permitirán Sociedades de Responsabilidad Limitada (S.R.L. o S.L.), las S.A. son solo para el régimen sus secuaces y socios.

Por si esto fuera poco, para ser socio de una futura pequeña o mediana empresa cubana tienes que ser residente permanente en Cuba. Esta limitante no se aplica a las grandes sociedades anónimas del régimen (GAESA, ETECSA, etc.), que tienen socios capitalistas extranjeros como Sherritt, Melia, Iberostar, Barceló y muchos otros que nadie en Cuba conoce.

Este último requisito da al traste con los planes que pudieran tener cubanos residentes en el exterior de crear negocios en su país. También limita la financiación de empresas creadas por cubanos residentes en Cuba, que no podrán tener socios inversores no residentes: el pariente de Miami no podrá invertir legalmente en su empresa.

Esta limitante choca con el discurso que el régimen trata de vender desde hace un tiempo. El ministro de relaciones exteriores Bruno Rodríguez, así como el ministro de comercio exterior Rodrigo Malmierca, han dicho que no existen limitantes para que cubanos residentes en el exterior inviertan en Cuba. Una falsedad que choca directamente con la nueva ley de PYMES que prohíbe explícitamente que cubanos en el exterior sean socios de empresas privadas cubanas.

No quiero extenderme al conjunto de actividades que quedan prohibidas para las empresas privadas. Esto ha sido analizado con anterioridad, y demuestra que para los cubanos el régimen solo quiere chiringuitos, poncheras, talleres de bicicletas, puestos de frita, y paladares, empresas de subsistencia familiar y nada que permita crear riquezas realmente. La acumulación de riqueza, los medios de producción, y el capital, al parecer son malas palabras que esta ley evita mencionar.

El resultado es que una ley con tantas limitaciones solo permitirá crear empresas que serán poco más que trabajadores por cuenta propia glorificados, y a todas luces se crea de cara al exterior, para vender una idea de aperturismo que no existe en la realidad. Ahora los vocingleros aliados del régimen, malintencionados o ignorantes, saltarán a cantar loas a la nueva apertura cubana. Apertura que no existe. Ha llegado mal.

El régimen sigue cerrado en su idea de que puede hacer funcionar, de alguna manera, sus empresas socialistas, o continuar unos años más explotando a los médicos, a los cubanos en el exterior con las tiendas MLC, al turismo extranjero y viviendo de las limosnas de la comunidad internacional. La realidad es que el gobierno de Cuba y los comunistas en el poder no quieren cubanos prósperos en Cuba.

Los cubanos no van a ser prósperos hasta que haya una verdadera transformación de la política, la economía y la sociedad cubanas, y estos señores que nos gobiernan son solo un estorbo para lograr ese objetivo.

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Luis Flores

CEO y cofundador de cibercuba.1eye.us. Cuando tengo tiempo escribo articulos de opinión sobre la realidad cubana vista desde la perspectiva de un emigrante.


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