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Amnistía Internacional (AI) denunció el aumento de la represión en Cuba desde que ocurrieron las protestas del 11J como parte de una estrategia del régimen cubano para recuperar el control sobre la sociedad y amedrentar a la población para evitar que ejerza su libertad de expresión.
“El cuadro de violaciones de #DDHH que @AmnistiaOnline ha documentado en las últimas semanas apunta al reforzamiento de la política de represión de @DiazCanelB para recuperar el control y restablecer la cultura del miedo que se tambaleó el #11J, con las protestas pacíficas”, afirmó este lunes vía Twitter la directora para las Américas de Amnistía Internacional, Erika Guevara-Rosas.
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La petición de la organización no gubernamental (ONG) se suma a la lista de violaciones de los derechos humanos que AI ha venido denunciando en los últimos tiempos, con mayor énfasis desde la huelga de hambre de miembros del Movimiento San Isidro (MSI), en la que exigían la liberación del rapero Denis Solís, y que provocó una violenta reacción por parte de las autoridades cubanas.
“Por años, en Amnistía Internacional hemos solicitado ingreso a Cuba, sin éxito. Hoy reitero mi solicitud a Miguel Díaz-Canel de entrar al país para verificar la situación de personas presas injustamente por ejercer su derecho a protestar", escribió este sábado Guevara-Rosas en Twitter.
Conocida en el léxico del derecho internacional como “droit de regard”, la petición de AI busca ejercer un contrapeso en las actuaciones de los órganos represivos del Estado cubano. Este derecho de control, ejercido por organizaciones no gubernamentales, siempre ha resultado incómodo para el régimen cubano, que sistemáticamente impide evaluar la situación en la isla a las ONG’s dedicadas a promover la democracia y los derechos humanos.
Para la ONG, el régimen totalitario que impera en la isla se sostiene en buena medida por la llamada “cultura del miedo”, un mecanismo represivo que, según Wikipedia, “hace referencia a una percepción común de miedo y ansiedad en discursos públicos y relaciones personales, y cómo ésta puede afectar la manera en que las personas interactúan con las demás, cuales individuos y como agentes democráticos”.
El objetivo de esta política es la de alarmar a la población para distraer a la atención pública de posibles problemáticas sociales más urgentes como la pobreza, la seguridad social, o el desempleo, entre otras. El régimen cubano, a través del monopolio que ejerce sobre los medios de comunicación, pretende, según AI, recuperar el control y restablecer la cultura del miedo que se tambaleó el con las protestas pacíficas del 11J.
Relacionada con los medios de información masiva y la irrupción de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, la “cultura del miedo” es un fenómeno relativamente nuevo, con importantes implicaciones dañinas en potencia.
“En respuesta a las protestas del 11 de julio, las autoridades cubanas han utilizado la misma maquinaria de control que usan desde hace décadas para actuar contra quienes piensan de otra manera, aunque esta vez en una escala que no habíamos visto en casi 20 años y con nuevas tácticas que incluyen censura e interrupciones de internet para controlar y encubrir las graves violaciones de derechos humanos que han cometido”, declaró recientemente Guevara Rosas.
“Hemos nombrado a seis personas como presas de conciencia, en un gesto simbólico hacia los muchos cientos más que seguramente merecen esta designación, y pedimos su libertad inmediata e incondicional. El cuadro de violaciones de derechos humanos que hemos documentado en las últimas semanas apunta a una política de represión reforzada para recuperar el control y restablecer una cultura del miedo que se tambaleó el 11 de julio", añadió la directora para las Américas de AI.
La facultad para supervisar las actuaciones de otro sujeto de derecho internacional, o “droit de regarde”, constituye una de las mayores preocupaciones de las autoridades cubanas, que temen ser denunciadas por violación sistemática de los derechos humanos debido a la intervención del gobierno en los procesos judiciales y la consecuente violencia que se desprende de actuaciones ilegales y represoras como las que ejecuta el régimen cubano.
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