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La joven cubana Daniela Rojo, detenida tras las protestas pacíficas del 11J en La Habana, relató lo que ocurrió luego de que la detuvieran violentamente.
"Fui víctima de un odio sembrado y regado con consignas, no me arrestaron policías, sino gente adoctrinada, ignorante y ciega convocada dizque por un supuesto presidente por el que yo no voté", escribió en su cuenta de Facebook.
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Rojo mencionó que en la protesta defendió sus consignas y jamás lanzó una piedra ni golpeó a nadie, sin embargo unas diez personas la levantaron del suelo y lanzaron dentro de un carro.
"Por primera vez, entendí el hashtag #RevoluciónEsRepresiónEnCuba, lo sufrí en carne propia. Y tuve tiempo para pensar en que en la Cuba que deseo, esas cosas no pueden existir", dijo.
La activista calificó de infame la represión a quienes se manifiesten pacíficamente, aunque defendió la idea de atraer a la lucha por la libertad de Cuba a aquellos que fueron cómplices de la represión.
"Abajo la dictadura empezando por la mental, por la verbal, por aquella que insiste en preservar su razón 'al precio que sea necesario', abajo la dictadura que pide violencia, golpes, bombas, vandalismo, abajo la dictadura de tu razón sobre la mía a la fuerza, abajo los gobiernos que reprimen y encarcelan a pueblos hambrientos y desesperados", agregó.
Daniela Rojo, de 25 años, fue detenida en Regla en las protestas del 11J y llamó a una amiga, a quien le dijo que la trasladaban a algún sitio.
El informe independiente de Cubalex, ONG que ha documentado más de 800 detenciones tras las protestas, detalló que Rojo estuvo en el Vivac, luego en el Técnico de Alamar y posteriormente en el Guatao.
La acusaron del presunto delito de desorden público y desde el 3 de agosto se encuentra en libertad tras pagar una fianza de 2,000 pesos.
Oficialmente no existe un dato oficial sobre la cantidad de detenidos, pero se estima que actualmente unas 500 personas permanezcan en prisión y/o reclusión domiciliara a la espera de un juicio.
Algunos ya cumplen condena de hasta un año de privación de libertad, incluidos menores de edad, lo que preocupa a la sociedad civil independiente y organizaciones como Amnistía Internacional, que pidió explícitamente tener acceso a los reclusorios de la isla y comprobar las condiciones en las que se encuentran los detenidos.
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