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Marino Murillo Jorge, el llamado zar de las reformas económicas y artífice de la Tarea Ordenamiento, propuso este lunes “modificar viejos malos hábitos” como parte de una serie de consejos de Raúl Castro para potenciar el desarrollo de la empresa socialista en Cuba.
Utilizando sus redes sociales con la maestría propia de un cuadro reciclado del comunismo analógico, el responsable de la unificación monetaria que ha puesto patas arriba la economía insular demostró su manejo del ‘copia y pega’ en cuatro tuits que reprodujeron las “geniales” ideas plasmadas por el general en el Informe Central del VIII Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC).
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“1/4. Informe Central 8vo Congreso, General de Ejército Raúl Castro: El sistema empresarial estatal tiene ante sí el reto de demostrar en la práctica y afianzar su posición como la forma de gestión dominante en la economía”, transcribió el Licenciado Murillo.
Llevadas a la economía expresiva de un tuit, las palabras de Raúl Castro suenan aún más vacías que las pronunciadas en el Congreso del PCC. Si algo se ha demostrado en la práctica es que el sistema empresarial estatal ha sido la forma de gestión dominante en la economía por más de medio siglo en Cuba. Y los resultados están a la vista.
“2/4. Esto no es algo que se alcance por decreto, es una condición imprescindible para el sostenimiento de la sociedad socialista, por ello es ineludible provocar un estremecimiento de las estructuras empresariales desde arriba hacia abajo y viceversa...", dijo el ventrílocuo Marino en un hilo que empezaba a ganar altura de chiringa.
Pero Murillo no interpreta las palabras del oráculo; se limita a reproducirlas, dejando así en suspenso a todos aquellos que intentan desentrañar el significado del “estremecimiento de las estructuras empresariales”.
Extraña mezcla del temblor de Kierkegaard con la base y la superestructura marxista, la idea raulista queda eternizada en la clepsidra gnóstica del “arriba hacia abajo y viceversa”. Su descifre queda para futuros Champolliones.
En todo caso, por pura lógica del lenguaje, queda establecido que el sistema empresarial estatal como forma de gestión dominante en la economía “es una condición imprescindible para el sostenimiento de la sociedad socialista”. El día que la empresa estatal no domine la gestión de la economía, se acaba el mundo, es decir, volvemos al capitalismo. Pero esa dominación “no es algo que se alcance por decreto”.
No, no y no. Por decreto no. Bien lo sabe el zar de las reformas, que pasó años cavilando cómo hacer eficiente la empresa estatal socialista sin recurrir a los decretos. Por eso recurrió a los Lineamientos. Fue con ellos que garantizó el sostenimiento de la sociedad socialista, tal y como ahora se sostiene. Pero tiene que haber algo más, una clave oculta en las palabras del general retirado. Marino sigue su letanía tuitera.
“3/4… que destierre definitivamente la inercia, el conformismo, la falta de iniciativas y la cómoda espera por instrucciones desde los niveles superiores. Hay que modificar viejos malos hábitos”, repite Marino en su tuitazo del Informe de Raúl.
¡Ahora sí! ¡Al fin indicaciones precisas para potenciar el desarrollo de la empresa socialista en Cuba! Desterrar la inercia, el inconformismo, la falta de iniciativas y demás. El destierro es una poción mágica del castrismo, y sin duda una política que genera dividendos. Revolución es desterrar todo lo que tenga que ser desterrado. Y punto. Y que cada uno destierre bajo su responsabilidad lo que sea que tenga que ser desterrado… sin esperar instrucciones desde los niveles superiores. Más claro imposible. Se acabó la “cómoda espera” del socialismo subsidiado.
“4/4… y desarrollar rasgos emprendedores y proactivos en los cuadros de dirección de nuestras empresas y establecimientos, que cada día funcionarán con mayor autonomía, persiguiendo producciones superiores con más eficiencia. Fin de la cita”, y final del hilo que hilvanó Murillo, ensartando lugares comunes y frases vacías con esa habilidad para la estrategia que lo llevó de gerente a zar de una economía que agoniza en manos de los militares que delegan en burócratas la misión de hacer creíble el cuento de que la empresa estatal socialista es el sujeto principal de la economía nacional.
Del autor de "Nadie quedará desamparado" y "No es posible repartir más riqueza de la que se crea", llega ahora el cuento chino de potenciar la empresa estatal socialista, como cortina de humo para el capitalismo de Estado más salvaje que se pueda imaginar: el comunista.
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