Reporte de la BBC advierte sobre riesgos del programa de vacunación de Cuba contra el coronavirus

"Otro riesgo con el SARs-CoV-2 es que ya hemos visto su capacidad para mutar. Si la vacuna utilizada genera una respuesta inmune débil, podrían surgir cepas más peligrosas", afirmó una especialista consultada

Miguel Díaz-Canel junto al doctor Vicente Vérez Bencomo, director del Instituto Finlay de Vacunas © Granma / Estudios Revolución
Miguel Díaz-Canel junto al doctor Vicente Vérez Bencomo, director del Instituto Finlay de Vacunas Foto © Granma / Estudios Revolución

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Este artículo es de hace 3 años

El servicio público de radio y televisión del Reino Unido dedicó un amplio reportaje a analizar los riesgos del programa de vacunación de Cuba, tras el comienzo de una campaña de inoculación masiva de sus candidatos vacunales contra la COVID-19, alertando sobre la falta de evidencia científica acerca de su efectividad.

Amparadas bajo el concepto de “intervención sanitaria”, las autoridades del país han iniciado una campaña de vacunación masiva en la población, “sin saber si sus vacunas contra el coronavirus son efectivas”, afirmó la BBC en un reportaje publicado recientemente en el que señaló el riesgo de que su ineficacia sea aprovechada por el virus para mutar en una cepa más peligrosa.


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"Otro riesgo con el SARs-CoV-2 es que ya hemos visto su capacidad para mutar. Si la vacuna utilizada genera una respuesta inmune débil, podrían surgir cepas más peligrosas (si el virus puede mutar y continuar propagándose)", afirmó Andrea Carcelen, científica asistente en la Facultad de Salud Pública Bloomberg de la Universidad Johns Hopkins.

El reportaje de la BBC, publicado bajo el título “Coronavirus en Cuba: los riesgos del plan para inocular a su población sin saber si sus vacunas contra el coronavirus son efectivas”, consultó con especialistas de varios países sus impresiones sobre el proceso de vacunación masiva emprendido por las autoridades cubanas y que supera el millón de personas que han recibido al menos una dosis.

Cuba ha sido el primer país latinoamericano en utilizar un fármaco contra el coronavirus producido en sus laboratorios nacionales, reconoció el medio de comunicación británico. Sin embargo, también es “el primer país del continente en el que se aplica a la población una ‘vacuna’ que (todavía) no lo es”, añadió la BBC.

En ese sentido, resaltó que los candidatos vacunales cubanos han comenzado a utilizarse sin que hayan sido aprobados y registrados por una agencia reguladora -ni siquiera cuentan con una "autorización de emergencia"-; y subrayó que se desconocen datos acerca de su efectividad y de sus resultados en la última fase (III) de sus estudios clínicos.

El hecho de que los científicos cubanos responsables de las investigaciones de sus candidatos vacunales solo hayan publicado un artículo en una revista especializada (pero que no fue sometido a una revisión por pares), genera dudas razonables dentro de la comunidad científica. Tanto es así, que los candidatos vacunales cubanos tampoco han recibido autorización de la Organización Mundial de la Salud (OMS) ni de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

“Se trata de una decisión arriesgada”, coincidieron diferentes expertos consultados por la BBC, aunque reconocieron que se trata de una “decisión soberana” que toma cada país en función de sus estrategias de contención de la pandemia.

“Esta es una decisión soberana del gobierno de Cuba. La OPS no participa en esas acciones y solo recomienda utilizar vacunas cuando se hayan finalizado las tres fases de pruebas clínicas y las vacunas son aprobadas por una agencia reguladora o incluidas por la OMS en su listado para uso de emergencia”, declaró la OPS a preguntas de la BBC.

Asimismo, “BBC Mundo contactó con el Centro de Prensa Internacional, el Instituto Finlay de Vacunas, el Grupo de las Industrias Biotecnológica y Farmacéutica de Cuba, el Centro de Expertos en Vacunas y varios de los científicos implicados en la producción y certificación de las vacunas cubanas para conocer la posición del gobierno y de las autoridades de Salud de la isla, pero no tuvo respuesta antes de la publicación de esta nota”.

Días atrás, el ministro de Salud Pública, José Ángel Portal Miranda afirmó que la inoculación masiva emprendida tendría “más beneficios que riesgos” y debería contribuir a una reducción en el número de contagios, enfermos y fallecidos. Las autoridades cubanas apuestan por ello en un momento de acuciante crisis económica, provocada por la caída del turismo, entre otras causas.

Según Portal, la actual inoculación masiva que realizan permitiría “un retorno gradual a las actividades sociales y económicas en todo el territorio nacional”. Sin embargo, las propias autoridades de salud han reconocido que no saben aún si sus vacunas serán efectivas. “Aún no tenemos la respuesta total a esa pregunta”, dijo María Eugenia Toledo Romaní, investigadora principal de Soberana 02 ante las cámaras de la televisión cubana.

“Hay que hacer el estudio de eficacia clínica: comprobar si realmente la vacuna es capaz de proteger contra la enfermedad sintomática”, consideró Toledo Romaní. No obstante, la BBC señaló que con su estrategia de “intervención sanitaria” a partir de candidatos vacunales sin estudios de eficacia, Cuba sigue el camino de Rusia, China o India, países en los que se autorizaron procesos de vacunación masivas sin esperar a los resultados de la tercera fase de ensayos clínicos.

“Cuba al parecer está haciendo lo mismo [que estos países]. Lo están llamando intervención, pero lo que están haciendo es exponer a un gran número de personas sin conocer si las dosis que están utilizando realmente funcionan”, afirmó Scott Halpering, director del Centro de Vacunología de Canadá y profesor de la Universidad de Dalhousie.

“Los estudios mostraron después que las vacunas eran seguras y efectivas. Fueron afortunados, pero fue un golpe de suerte. Las cosas hubieran podido ser totalmente diferentes”, dijo Halpering a BBC Mundo.

“Me temo que las autoridades de Cuba han tenido que enfrentar un gran dilema ético: dejar que se sigan muriendo personas por coronavirus o comenzar a hacer este tipo de intervenciones con vacunas que no están probadas”, declaró Carcelen al medio británico indicando otros riesgos de la decisión, desde económicos (apuesta por una vacuna sin estudios de eficacia, pudiendo destinar ese dinero a otras intervenciones de salud), hasta “psicológicos” (incrementar los comportamientos de riesgo por una percepción falsa de seguridad).

Por último, la BBC añadió que (por motivos no esclarecidos) Cuba decidió no participar del mecanismo Covax, ni negoció dosis con sus aliados políticos Rusia y China, lo que la ha llevado a ser uno de los últimos países de la región en comenzar a inocular a su población contra el coronavirus.

De igual forma, resaltó que, a diferencia de lo que ha ocurrido en otros países, "ningún líder cubano ha publicado sus fotos recibiendo una de las dosis nacionales para dar seguridad a la población sobre el proceso, ni los medios oficiales han informado que lo hayan hecho".

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