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La familia del rapero cubano Denis Solís, declarado Prisionero de Conciencia por Amnistía Internacional, denunció este jueves que desde hace más de dos semanas no logran comunicarse con el joven ni tener noticias suyas.
En declaraciones a Radio Televisión Martí el tío de Solís, Vladimir González, contó que al activista "le suspendieron las llamadas hace más de veinte días" en la prisión del Combinado del Este, donde cumple una condena de 8 meses tras un polémico juicio sumario donde se le acusó de "desacato".
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"Desde el último día (en que se comunicaron) dijo que no iba a llamar porque el campamento iba a entrar en cuarentena", relató el familiar.
Según la emisora, el padre de otro prisionero político dijo que hay casos de COVID-19 en la compañía de Solís, razón por la cual habrían sido suspendidas las llamadas.
"Es que dicen que les están haciendo PCR (test de COVID-19), y que la compañía de él tiene muchos sospechosos y había (prisioneros a los que) estaban estudiándolos. Es lo último que sé sobre Denis", señaló González.
Solís también estuvo varias semanas incomunicado en abril pasado, hasta que a inicios de mayo logró hablar con su familia.
En esa ocasión explicó que en la cárcel no le habían prohibido llamar a los suyos, pero lo obligaron a utilizar el teléfono de un edificio de oficinas, sin ventilación en tiempos de COVID-19 y alejado del campamento Zona Cero, donde cumple su condena, por lo que había preferido no arriesgarse.
El músico dijo estar convencido de que en esa zona su conversación privada sería grabada con cámara o micrófonos por los propios funcionarios de la cárcel.
Los propios funcionarios de la prisión le dijeron luego que el cambio del lugar del teléfono había sido una estrategia para que no realizara sus llamadas.
Como sabían que con el cambio él renunciaría voluntariamente hacer las llamadas, con eso aseguraban que la noticia de la huelga de hambre y sed del activista Luis Manuel Otero Alcántara, así como su ingreso en el Hospital Calixto García, no entrara vía telefónica a la prisión del Combinado del Este.
Solís cumple una condena de 8 meses de prisión tras ser juzgado en un proceso exprés, acusado de un supuesto de delito de desacato a un policía, que se coló en su casa sin orden judicial y lo grabó con un teléfono móvil.
El rapero fue detenido el 9 de noviembre de 2020 y entró en prisión el 11 de ese mismo mes, tras un juicio sumarísimo que desencadenó una protesta de varios jóvenes en el barrio San Isidro de La Habana, donde se acuartelaron en huelga de hambre.
Un tío suyo ha detallado, en declaraciones a Radio Martí, la violencia con que su sobrino fue arrestado el 9 de noviembre en Compostela y Conde, en la Habana Vieja, cuando se dirigía a comprar el pan.
Según su testimonio, tres hombres le dieron tal paliza que se defecó encima luego de que le doblaran brazos y piernas.
Tras su arresto, el rapero pasó un tiempo incomunicado hasta que lo trasladaron al campamento Zona Cero del Combinado del Este, luego de que Prisoners Defenders lo incluyera en la lista de encarcelados en Cuba por cuestiones políticas.
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