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Desde junio de 2008 hasta su muerte –acaecida ayer por complicaciones derivadas del coronavirus-, Higinio Vélez Carrión estuvo al frente de la Federación Cubana de Béisbol. Lo que sigue son criterios recogidos por CiberCuba con respecto a su gestión en la presidencia de dicha entidad.
Damián Delgado, ESPN
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Higinio fue un mánager por encima del promedio. Sus mayores méritos: armó la primera versión de la Aplanadora Santiaguera a finales de los 90 y dirigió al equipo Cuba que terminó segundo en el I Clásico Mundial. Como federativo, y juzgando sus resultados a partir de que tomó el mando de la Federación hasta la fecha de su deceso, podría asegurar que fue de los peores para no ser absoluto. Su gestión ha coincidido con el peor momento en la historia del béisbol en la Isla. Para resumirlo, Higinio fue un dirigente, no un líder.
Aliet Arzola, OnCuba News
Higinio fue un hombre de béisbol que llegó merecidamente al cargo de presidente de la FCB por sus éxitos como mentor (en el Top-3 histórico de la pelota cubana posterior a 1959). Cuando se hable de su carrera en los dugouts, los elogios nunca serán suficientes, mas debemos ser cautos al evaluar su labor como federativo. Es cierto que trabajó sin descanso durante su extenso mandato en la Federación, y es cierto que en ese período se materializó el regreso de Cuba a las Series del Caribe o el Acuerdo con MLB -por mencionar dos puntos positivos-, pero en sentido general se le acumularon más capítulos negativos. Lo peor es que muchas de esas historias negativas no fueron ni siquiera su responsabilidad; solo le tocaba recibir las balas por decisiones de otros que nunca dieron la cara y que estaban por encima de él. Aceptar ese rol de portavoz fue, precisamente, el mayor pecado de Higinio, el motivo por el cual tantas personas (peloteros, especialistas y aficionados) criticaron su gestión y demandaron el fin de la misma. No obstante, jamás me atrevería a decir que Higinio es el único responsable de la debacle beisbolera cubana; esa culpa recae en muchísimas más personas, algunas, incluso, totalmente ajenas al juego. Aunque durante mucho tiempo abogué por el término de su mandato (al punto de sugerírselo directamente en intercambios privados), creo que es una pena que deje vacante el cargo de federativo de esta manera.
Eulogio Vilanova, entrenador
Higinio ganó con Santiago, ganó con el team Cuba, pero al frente del béisbol cubano nunca tuvo resultados.
Yasiel Cancio, Prensa Latina
Higinio fue un hombre controvertido. Aunque muchos se empeñen en criticarlo por todo, como manager fue un ganador nato, tanto con Santiago como con la selección nacional. Los títulos están ahí, y no son pocos. Como dirigente federativo le tocó la época más gris del béisbol cubano. Muchas de sus decisiones fueron criticadas con dureza. Pero tuvo el chance de redimirse con aquel pacto con MLB que tanta ilusión le hizo a la fanaticada cubana. Una vez me dijo que siempre quiso una Serie del Caribe en Cuba, pero ese sueño no pudo concretarlo porque Estados Unidos y MLB (aunque no tenga equipos en ese torneo) mandan, y todos sabemos cómo funciona la política de bloqueo. De la relación con la prensa qué decir, siempre fue abstracta, matizada por un secretismo perenne, pero el béisbol en Cuba siempre fue más que un deporte y su poder de decisión siempre tuvo límites. Descanse en paz.
Aynel Martínez, Cubalite
No creo que la gestión de Higinio Vélez al frente de la Federación haya sido eficiente o algo parecido. Bajo su mandato, siguieron las mismas burocracias y errores que atentaban y atentan contra el ¿espectáculo? nacional, pese a que muchos de los problemas de la pelota cubana lo trascendían, pero al menos públicamente no quedó la percepción de que él, como dirigente, trabajara con fuerza para intentar erradicarlos o paliarlos. Ciertamente, le tocó llevar la batuta en los peores años del béisbol nacional, donde se sucedieron errores en la toma de decisiones y en otras cuestiones que luego lastrarían las actuaciones de Cuba en la arena foránea, por lo cual muchos aficionados notaban desidia e inmovilismo en cuanto a las proyecciones de ese deporte. Nada de lo anterior resta a sus méritos como manager del elenco nacional o de equipos de Santiago de Cuba y de la región oriental, pero la diferencia entre el Higinio mentor y el federativo es enorme.
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