Obreros cubanos trabajaban este martes a destajo asfaltando las calles Damas y San Isidro, donde tiene su casa Luis Manuel Otero Alcántara, líder del Movimiento San Isidro.
"Esas son las calles al doblar de Alcántara y en la misma calle de Alcántara. Es una hipocresía total", señaló a CiberCuba un vecino de San Isidro que prefiere mantener el anonimato.
Para sorpresa de los residentes de una de las zonas más deprimidas del casco histórico de la capital cubana, el gobernante Partido Comunista de Cuba quiere lavarle la cara al barrio San Isidro, realizando obras e inauguraciones que no se habían visto en décadas.
Esta tendencia se ha hecho evidente a raíz de la huelga de 14 jóvenes en noviembre pasado, reclamando en Damas 955 el cierre de las tiendas en MLC y la liberación del rapero Denis Solís. Tras la irrupción por la fuerza en la casa de Otero Alcántara, el barrio ha encontrado, por fin, un hueco en el presupuesto del Gobierno de La Habana.
El arreglo de las calles no es la única mejora realizada en el barrio desde que Luis Manuel Otero se convirtió en el enemigo número 1 del PCC. A finales del año pasado, la Oficina del Historiador inauguró la casa de Titón y Mirta, un centro cultural que, según publicó en su momento la prensa estatal, iba a poner al servicio de los vecinos películas y libros del cineasta Tomás Gutiérrez Alea (1928-1996).
Desde 2018, la actriz Mirta Ibarra, viuda del director de Fresa y Chocolate, venía hablando de ese centro cultural, que ella describía como "un sueño". No fue hasta que la Seguridad del Estado le echó el ojo a la puerta de Luis Manuel Otero, que se anunció la apertura de la casa de Titón y Mirta en la calle Paula número 102.
Tres días más tarde, el 16 de diciembre, el Gobierno celebró en San Isidro una feria gastronómica en esa misma calle Paula, para celebrar el 501 aniversario de la Fundación de La Habana.
Hace dos días, el ex espía cubano Gerardo Hernández, al frente de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) intentó darse un baño de masas en el populoso barrio de San Isidro, pero sólo consiguió hacerse fotos para un reportaje de Cubadebate con seis vecinos, la mayoría, de la tercera edad.
Nada que ver con la celebración convocada por Luis Manuel Otero en el barrio para festejar el Día del Niño, cuando los vecinos impidieron a la Policía detener al cantante de Patria y Vida, Maykel Osorbo y en su lugar, corearon con él "Díaz Canel, singao".
Según la propaganda oficialista, en el barrio de San Isidro, de la Habana Vieja hay 14 consultorios médicos, una clínica veterinaria, otra de medicina tradicional, cuatro escuelas, tres círculos infantil y un parque infantil. No aportan el dato de a cuántos vecinos de la zona se les ha derrumbado su casa en los últimos 62 años ni en cuántas viviendas conviven varias generaciones bajo el mismo techo debido a la crisis de la construcción de viviendas en la Isla. Tampoco especifican cuántas personas del barrio tienen estudios universitarios; están en la cárcel o amenazados con la aplicación de la Ley de Peligrosidad.
Luis Manuel Otero permanece en estos momentos ingresado en el hospital Calixto García después de someterse a ocho días de huelga de hambre y sed para reclamar que pare el acoso policial a su casa y, por tanto, a los vecinos del barrio de San Isidro; que le quiten la cámara que lo vigila día y noche en la calle Damas y que le devuelvan sus obras de arte robadas por la Seguridad del Estado el pasado 16 de abril y por las que pide una indemnización de 500.000 dólares.
Ese dinero, según ha dicho, lo quiere invertir en el barrio de San Isidro, donde también pretende crear becas de formación para los niños.
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