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Yusuam Palacios, presidente del Movimiento Juvenil Martiano y ferviente defensor del gobierno cubano en redes sociales, se sumó el domingo a los esfuerzos del régimen por deslegitimar la huelga de hambre y de sed de Luis Manuel Otero Alcántara, líder del Movimiento San Isidro (MSI).
“Fin de otro capítulo del show "Crónica de una falsa huelga de hambre anunciada". Su protagonista termina siendo muy bien atendido en el hospital Calixto García (sin dólares mediante)”, apuntó el joven comunista en Twitter.
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“Tiene 16.8 de Hemoglobina! Recomendación al falso huelguista. ¡Afloja con la carne!”, agregó.
“Te voy a explicar algo sencillo de entender para tu corta capacidad: la hemoglobina no es seña de nada, e incluso que esté en 16.8 es seña que el cuerpo está en colapso tratando de equilibrar el sistema del huelguista”, comenta un usuario.
“Quisiera verte en un debate en condiciones justas y equivalentes, frente a periodistas serios y astutos, que los hay, a ver como se te iba a estrellar tu actitud arrogante, siendo destrozadas en segundos. Disfruta el bullying mientras puedas”, señala otro.
Palacios había arremetido antes contra Otero, cuando fue invitado a hablar al parlamento europeo tras el estreno de la canción “Patria y Vida”.
Otero fue trasladado a la fuerza el domingo hasta el hospital “Calixto García”, en La Habana, luego de que las autoridades irrumpieran en su vivienda de la calle Damas 955. Una nota gubernamental indicó que el activista, tras una semana de haberse declarado en huelga de hambre y sed, tenía parámetros de salud equilibrados. Entre ellos, el valor de la hemoglobina en sangre.
Además, circuló un video que supuestamente recoge el momento en que el activista llega a la instalación de salud, caminando por sus propios pies.
La víspera, un grupo de profesionales de las ciencias médicas y biológicas, dentro y fuera de la isla, debatió sobre la nota emitida por la Dirección Provincial de Salud de La Habana respecto al caso. Durante el intercambio, criticaron que el comunicado sobre el estado de Otero, apareciera firmado por un organismo administrativo y no por un especialista médico.
El biólogo y activista Ariel Ruiz Urquiola refirió especificidades sobre los organismos que son sometidos a huelga de hambre. Dentro de los argumentos más relevantes, mencionó que “los casos de huelga de hambre y sed son excepcionales, no son casos estadísticos, no son casos descritos en la literatura de manera vasta”.
Por otra parte, varios médicos han destacado la relación entre la hemoglobina y el ayuno. “La hemoglobina no baja en una semana, y si no has bebido y estás deshidratado, entonces la hemoglobina aparece más alta de lo normal por hemoconcentración. La hemoglobina además no mide un estado de desnutrición agudo de una semana”, dijo un galeno cubano en Facebook.
Otro médico aseveró que, “al existir una disminución en el consumo de líquidos, pues también se afecta la sangre (la cual está constituida en un 55% por una solución líquida conocida como plasma) provocando hemoconcentración y con ella un incremento del valor de la hb la cual se cuantifica en g/dL (gramos x decilitro en relación al volúmen plasmático) y obviamente estará incrementada si dicho volúmen se encuentra disminuido”.
El domingo dos trabajadoras del Hospital Universitario "General Calixto García" de La Habana confirmaron a CiberCuba que el líder del MSI se encontraba ingresado en una sala de terapia de ese centro hospitalario, levantando sospechas entre los internautas sobre la verdadera condición del huelguista.
De Otero, había muy poca información visual antes del video que lanzó el oficialismo. El activista lleva meses sitiado por la Seguridad del Estado, siendo detenido cada vez que salía de su casa. El 16 de abril, fuerzas represivas del gobierno irrumpieron violentamente en su vivienda, destruyendo parte de sus obras y confiscando otras.
Ante estos hechos y el recrudecimiento del cerco policial que no solo lo afecta a él, sino al barrio de San Isidro, Otero decidió iniciar una huelga de hambre y sed, exigiendo que se cumplieran varias demandas, entre ellas, el levantamiento de la vigilancia y la devolución o indemnización por sus obras. Durante los días previos a su traslado al hospital, las autoridades lo dejaron incomunicado, nadie podía visitarlo y permanecía sin conexión a internet.
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