Caso Trust Investing: Entresijos de una estafa de manual

El arresto del promotor de la supuesta compañía de inversión en Cuba destapa una "fiebre del oro" en la isla.

Un anuncio de Trust Investing © Facebook/Trust Investing
Un anuncio de Trust Investing Foto © Facebook/Trust Investing

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Este artículo es de hace 3 años

Con algo de retraso, Cuba también ha llegado al mundo de las sofisticadas estafas económicas, potenciadas por una sugerente publicidad en redes sociales.

La detención a principios de esta semana de Ruslán Concepción, un ingeniero de 28 años que era el director y promotor principal de la compañía Trust Investing en Cuba, ha destapado la olla de un supuesto "esquema Ponzi" o estafa piramidal, antes de que este colapsara.


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Aunque los recientes réditos en la cotización del bitcoin y la seductora lógica con que funcionaba la firma haya hecho que algunos de sus integrantes sigan recibiendo sus supuestas ganancias, la realidad es que las actividades de Trust Investing son bastante turbias.

Sorprende, sin embargo, que tantos cubanos, presas de una súbida "fiebre del oro", hayan confiado sus escasos ahorros a alguien que bajo el lema “En Trust confío”, prometía la mágica solución para dejar atrás la pobreza: ganancias de más del 200% de retorno de la inversión inicial –un monto inicial en criptomonedas por un valor desde 15 hasta 100 000 dólares– en apenas 10 meses.

Las sospechas que ya circulaban sobre esta publicidad que saturó las redes sociales cubanas se confirmaron cuando dos países, Panamá y España, emitieron alertas de estafa para esta “compañía” y su campaña proselitista.

Los datos incontestables están a la vista en este detallado informe obtenido por CiberCuba y en este otro reporte de la firma Tulip Research, especializada en detectar este tipo de actividad fraudulenta.

Autodescrita como una empresa de “gestión de criptoactivos en los mercados más atrevidos” que cuenta con “un alto índice de liquidez” y ofrece a sus clientes y socios “la oportunidad de ser parte integral de este mercado innovador”, la realidad era que bastaba pasarse una hora en internet verificando referencias para que la seriedad de Trust Investing se derrumbara. Advertencias y casos similares no faltaron. En cambio, una alta cifra de cubanos –35 mil, según el oficialista Granma, 50 mil según otras fuentes– se creyeron el cuento y se estrenaron como inversores sin que la pirámide se derrumbara.

Sorprende también que TrustInvesting.com fuera una de las páginas web más visitadas en Cuba, situándose en el puesto 75 según Alexa y en el 59 según SimilarWeb.

Este tipo de estafas no es sólo para desinformados o ignorantes. Recordemos el caso más famoso de todos, que protagonizó el estadounidense Bernard Madoff, condenado en 2009 a 150 años de prisión por estafar más de 65 000 millones de dólares. Los ricos también pueden ser víctimas. Pero el caso Trust Investing es más bien el síntoma de la desesperación que va creciendo entre aquellos cubanos a los que las reformas de la "era Obama" le prometían que iban a convertirse en clase media y la realidad de la era Díaz-Canel los ha ido acorralando cada día más en la pobreza. La "magia" de Trust Investing vino a llenar ese agujero de ilusiones.

Detenido en el aeropuerto de La Habana cuando se disponía a viajar a Rusia, luego de que los agentes fronterizos consideraran que el dinero con el que viajaba no procedía de una fuente legal, el tal Ruslán ha provocado la solidaridad de sus seguidores o trusters, que ven cómo su posibilidad de hacerse millonarios está ahora encerrada en un calabozo de Villa Marista. Porque, ojo, aunque aquí estamos hablando de un presunto delito económico, es la Seguridad del Estado la que se ocupa del asunto del dinero, para que GAESA pueda dormir tranquila con su monopolio de cualquier divisa que se asome por la isla.

El chivo expiatorio será, como siempre, el eslabón más débil. Lejos de Cuba los camajanes que orquestaron el fraude, toca al "muchacho estudioso, emprendedor, título de oro, el gran padre, el que unió a tres hermanos, el de familia, el luchador", como lo define su hermano, pagar el pato.

Porque en Cuba, de una u otra manera, legal o ilegalmente, con pirámide o sin ella, el dólar que entra ya no vuelve a salir.

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Ernesto Hernández Busto

Periodista y ensayista cubano. Fundador del sitio Penúltimos Días.


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