La Casa Blanca reiteró este viernes que un cambio en la política hacia Cuba no figura entre las prioridades del presidente Joe Biden, justo cuando el exmandatario Raúl Castro sugirió desde la isla un diálogo con la administración estadounidense.
La secretaria de Prensa del despacho oval, Jen Psaki, respondió así a una consulta sobre los planes de Raúl Castro de retirarse como primer secretario del Partido Comunista de la isla, y momentos antes de que este llamara a convocar a un diálogo con el gobierno de Washington.
Si bien los cambios en la política hacia Cuba no están entre las prioridades de Biden, el gobierno permanecerá comprometido y enfocado en cambios de liderazgo en la isla, sostuvo la funcionaria en conferencia de prensa.
Psaki, aseguró que la política de Estados Unidos hacia La Habana se regiría por dos principios fundamentales: el apoyo a la democracia y los derechos humanos, así como la creencia de que los estadounidenses, especialmente los cubanoamericanos, son los mejores embajadores de la libertad y prosperidad para la nación caribeña.
No obstante, reiteró que el gobierno está comprometido con revisar la decisión tomada por Donald Trump de incluir a la isla en el listado de países patrocinadores del terrorismo.
Durante su campaña presidencial, Biden prometió revertir algunas de las más de 200 medidas tomadas por Donald Trump para endurecer el embargo comercial a Cuba, implementado desde 1962.
Poco antes de las elecciones de noviembre dijo que las iniciativas de Trump para la isla "han infligido daño al pueblo cubano y no ha hecho nada para promover la democracia y los derechos humanos", declaraciones que alentaron a las autoridades cubanas con la esperanza de retomar el deshielo iniciado por el expresidente Barack Obama en 2015.
Por ello, las declaraciones de la portavoz son una mala noticia para el régimen de la isla, sumida en su peor crisis desde el llamado periodo especial de los años 90.
El exgobernante cubano Raúl Castro renunció este viernes a su cargo al frente del Partido Comunista de Cuba, y antes de hacerlo propuso un diálogo "respetuoso" y un "nuevo tipo de relaciones" con la actual administración de Estados Unidos.
Castro manifestó su deseo de normalizar los vínculos con el gobierno de Biden, presionado por la crisis de desabasto de alimentos y artículos de primera necesidad que enfrenta la isla.
"Ratifico en este congreso del Partido, la voluntad de desarrollar un diálogo respetuoso y edificar un nuevo tipo de relaciones con Estados Unidos, sin que se pretenda que para lograrlo Cuba renuncie a los principios de la revolución y al socialismo, realice concesiones inherentes a su soberanía e independencia, ceda en la defensa de sus ideales y en el ejercicio de su política exterior, comprometida con las causas justas, la defensa de la autodeterminación de los pueblos y el histórico apoyo a países hermanos", afirmó.
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