La historiadora de arte y activista Carolina Barrero se mostró indignada por el acto de repudio a los huelguistas de UNPACU, tras ser liberada luego de un arresto con violencia al intentar obtener información del paradero de Luis Manuel Otero y Yamilka Latifa.
“No acabo de procesar lo que ha pasado esta tarde y veo la noticia de que han hecho un acto de repudio a los huelguistas de Altamira”, dijo Barrero en referencia a la detención de la que fuera víctima horas antes, en la estación policial de Cuba y Chacón en La Habana Vieja mientras preguntaba por Otero Alcántara y Latifa Cancio, ambos detenidos y con paradero desconocido.
“Han tirado piedras a una casa donde hay personas en estado crítico, entre ellos un muchacho de 18 años”, dijo Barrero en Facebook.
“La huelga de hambre la hacen por el cese de la represión y la violencia, y violencia y represión reciben. ¿Cómo pueden jactarse de decir que tenemos justicia social, dignidad del pueblo? ¿Cómo puede llegar la banalidad a anular la conciencia del mal?”, cuestionó la historiadora aludiendo a las autoridades cubanas y fuerzas represivas encargadas de mantener el orden.
Horas antes, la historiadora se había dirigido a la mencionada estación policial acompañada por Áfrika, Amaury Pacheco, El Funky, Maykel Osorbo. Allí “una docena de policías nos detuvieron con violencia”, cuenta la activista en la misma publicación, donde alertó que “solicitar información verídica a las instituciones del Estado no es motivo de detención” y recordó que Yamilka Latifa Cancio continúa desaparecida.
Los activistas fueron golpeados, les fueron aplicadas llaves corporales para reducirlos y luego los trasladaron a la Estación del Cerro. “Se los llevaron a golpes de Cuba y Chacón”, denunciaba la curadora Anamely Ramos en la red social.
Los resultados de la aplicación del uso excesivo de fuerza por parte de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) de la Habana Vieja están aún por precisar: “En este momento Funky está llevando a Maykel al médico por dolores en el cuello y las manos. A mí me hicieron dos llaves que me dejaron el hombro lastimado, me inmovilizaron el cuello y me levantaron en peso”, detalla Borrero, y reconoce que si hubo resistencia al arresto fue “a conciencia, nos resistíamos al abuso de la fuerza policial”, precisó.
Tras su liberación fue multada “por propagación de epidemias”, dice la joven, quien a pesar de consultar su salida ese día con las autoridades y de ser “la única multada de mi cuadra” entre tantas personas que por allí transitan, según aclaró, reconoció las medidas de contención de la Covid19 y asumió su responsabilidad en relación multa.
“Lo que no acepto, ni aceptaré jamás, es la vulneración constante del derecho ciudadano, la violencia, el odio, la represión, la desaparición de personas”, agregó.
Borrero, que en otras ocasiones ha manifestado su solidaridad para con los huelguistas de UNPACU, terminó su texto con un llamado a las autoridades de la isla por el cese a la represión:
“Quiten el cerco policial de Altamira y dejen entrar la ayuda humanitaria. Son ya 15 días de huelga de hambre por asfixia de la represión. Vergüenza los actos de repudio y de violencia de hoy”.
Carolina Barrero fue una de los jóvenes cubanos violentados durante el plantón frente al Ministerio de Cultura el pasado 27 de enero y una de las voces que abogan por la dimisión del ministro de Cultura, Alpidio Alonso Grau, por el ataque del funcionario contra artistas, periodistas y activistas congregados frente al ministerio ese día.
La joven, junto con otros activistas, presentó una petición formal a la Asamblea Nacional del Poder Popular y del Consejo de Estado, para que impulse el proceso de revocación de la condición de diputado del funcionario.
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