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Un cubano reaccionó indignado ante la venta en una ferretería en dólares en Ciego de Ávila de productos de la empresa Cepil, que se describe a sí misma en su web como "única en Cuba dedicada a la producción de cepillos y escobas; incluyendo cepillos dentales".
“Me parece una soberana falta de respeto, con toda la dosis de hipocresía que lleva el hecho de que estén vendiendo artículos de Cepil en la ferretería en MLC”, escribió en Facebook Michel Pérez Abreu, comunicador en Cáritas en la central provincia cubana, según la información que aparece en su perfil.
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"Eso no es Tarea Ordenamiento, eso es reírse descaradamente del pueblo" sentenció Pérez en su publicación.
"Es que los dueños de la casa andan a lo loco" le comentó un usuario de la red social.
"Todos los demás productos nacionales que vendían en las tiendas en CUC los ubicaron en las tiendas MLC, ahora solamente hay agua para la gente que no puede comprar en MLC. ¿Será que el gobierno tan preocupado por su pueblo quiere evitarnos problemas de los riñones?" añadió irónicamente otro, en alusión a cómo en muchas tiendas camuflan la escasez de productos rellenando las estanterías con botellas de agua.
No es esta, sin embargo, la única empresa cubana que comercializa sus productos en la red de tiendas en divisa. En Villa Clara la Industria la Nacional Productora de Utensilios Domésticos (INPUD) rescató la cocina de horno eléctrica y a gas para venderlas en tiendas en MLC.
La Unidad Empresarial de Base Fábrica de Implementos Agrícolas 26 de Julio también comenzó recientemente a vender pesas fabricadas en la isla en estas tiendas en dólares.
La dolarización de la economía cubana no es solo patente en la red de venta de tiendas recaudadoras de divisas -presentadas inicialmente como 'temporales' y cada vez más diseminadas por toda la geografía cubana- sino en otros sectores que han comenzado a comercializar sus productos en MLC: fertilizantes para agricultores, piezas de autos para taxistas estatales, neumáticos para tractor, electrodos, botas de goma, fertilizantes, machetes y envases plásticos para campesinos en Guantánamo; entre otros muchos.
La queja de este joven, por su parte, está en la misma línea de otras muchas que rechazan las subidas de precios de la llamada Tarea ordenamiento en Cuba, que ha dejado a muchos cubanos sin poder acceder a los productos más básicos o sometidos en kilométricas colas para hacerse con ellos, cuando los pueden pagar.
A la escasez crónica de alimentos, productos de aseo y otros de primera necesidad se suma el hecho de que muchos cubanos no cuentan con los dólares para comprarlos ni con las cantidades que necesitarían para poder tener cubiertas sus más elementales necesidades.
Los altos precios de comercialización en estas tiendas siguen siendo las denuncias más recurrentes.
"Si alguien sabe de qué está hecho este Nescafé que me diga. El precio es tan alto que tal vez tenga un componente mágico o algo y yo soy medio escéptica y por eso lo vi caro" dijo en días recientes una cubana tras ver que en el Centro Comercial Palco un frasco de 300 gramos oscilaba entre los 15.70 y hasta más de 20 dólares.
El alto precio de venta no garantiza, tan siquiera, la buena calidad de los productos y así lo denunció un consumidor cubano que compró carne de res en Tarará y al llegar con a su casa descubrió que había adquirido mayormente pellejo.
Desde el oficialismo, en cambio, siguen culpando de la escasez al embargo de los Estados Unidos y defendiendo que las insatisfacciones de la población por la llamada tarea ordenamiento, implementada a inicios de este 2021, están "originadas en su mayoría por el irrespeto a los precios establecidos para ese proceso de reorganización de la economía", como declaró recientemente el zar de los lineamientos Marino Murillo Jorge.
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