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El régimen cubano aseguró que los científicos del Centro nacional de Inmunoensayo (CIE) trabajan en la elaboración de un PCR en tiempo real que ayudaría a reducir los costos del coronavirus.
En el espacio Mesa Redonda del jueves, el doctor José Luis Fernández Yero, asesor del presidente de BioCubaFarma, explicó que el PCR a tiempo real se está haciendo con los reactivos producidos por el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología y debe estar listo para abril.
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“El ensayo de PCR en tiempo real debe estar listo en el mes de abril para su registro en el Centro para el Control Estatal de Medicamentos, Equipos y Dispositivos Médicos (Cecmed)”, subrayó.
Dijo que el PCR en tiempo real “se desarrolla por el CIE y el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB)", y para lograrlo son "necesarios unos reactivos químicos que se denominan sondas e iniciadores, usados para identificar la partícula del virus, y unas enzimas que amplían la reacción y permiten la detección por los equipos”, comentó.
De acuerdo con Fernández Yero, en el CIGB ya se desarrollaron con éxito los primeros reactivos, y se está trabajando en la producción y purificación de las dos enzimas necesarias.
“La primera ya está lista, y en la segunda se trabaja en estos momentos”, dijo, y afirmó que la importación de una sola de esas enzimas para seis meses de trabajo costaría un promedio de dos millones de euros.
El representante del régimen no aclaró la metodología para comprobar la efectividad de este PCR, pero dijo que ahorrará mucho dinero al país.
Según el científico, el PCR cubano forma parte del programa de soberanía tecnológica en la biología molecular para el diagnóstico de la COVID-19 que se plantea el país.
“Incluye soberanía tecnológica desde la toma de la muestra con el hisopo que se introduce en la nariz de las personas, hasta el análisis matemático y la informatización de los resultados. O sea, abarca toda la cadena de eventos que conducen al diagnóstico de pacientes con COVID-19, y también es aplicable en otras enfermedades infecciosas y bacterianas”, explicó.
Dijo al respecto que en la isla se producen 16 900 hisopos diarios, y que el CIE trabaja en el desarrollo de un extractor de ADN y ARN del virus a fin de poder hacer la prueba de PCR.
“Es un equipo muy complejo, con varias posiciones, y trabaja automáticamente, tiene unas barras magnéticas que captan las partículas y realizan una serie de procedimientos que permiten purificar el ARN, la firma del virus, para hacer el paso siguiente, que es el PCR”, detalló el funcionario del régimen.
Destacó que la importancia de este logro es que el país no tendrá “que competir con nadie por la disponibilidad de pruebas”.
Durante la pandemia del coronavirus el gobierno cubano ha presumido de la capacidad de sus científicos para asegurar el combate al Covid-19.
Si bien durante meses la pandemia se mantuvo en índices de contagio bajos en el país, desde noviembre las cosas se salieron de control y los números de casos diarios superan los 600 desde hace semanas.
Ahora el régimen asegura que el coronavirus tendrá una estocada final con la vacuna que elaboran en la isla.
Las autoridades se niegan a dudar de la efectividad de su producto e incluso renunciaron, inconsultamente con el pueblo cubano, a las ayudas internacionales como las de la OMS, que se encuentra distribuyendo 26 millones de inmunizaciones a los países latinoamericanos.
Aún cuando la OMS no ha aprobado la vacuna cubana, el gobierno se encuentra vacunando indiscriminadamente a la población que acude a los consultorios donde se hacen las pruebas correspondientes a la Fase III.
Así lo han atestiguado varios lectores de CiberCuba, quienes afirman que con solo dar un número de teléfono de El Vedado, municipio habanero donde se encuentra el centro de pruebas, te colocan la vacuna Soberana 02.
A mediados de marzo la iniciativa COVAX que impulsa la Organización Mundial de la Salud (OMS) aseguró que distribuiría en los próximos 3 meses 26 millones de dosis de vacunas contra el Covid-19 a los países latinoamericanos, con excepción de Cuba que renunció a la ayuda.
La mayoría de las inmunizaciones que serán distribuidas en la región pertenecen al laboratorio de AstraZeneca, pero se han repartido miles de dosis de otros proveedores como Pfizer.
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