Turismo y vacuna Soberana: Otra apuesta capitalista del "Socialismo" en Cuba

Turismo de vacuna en tiempos de coronavirus en Cuba.

La Rampa y Vacunación en Cuba © CiberCuba / Twitter - Instituto Finlay de Vacunas
La Rampa y Vacunación en Cuba Foto © CiberCuba / Twitter - Instituto Finlay de Vacunas

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Este artículo es de hace 3 años

Un nuevo atractivo turístico ha surgido en Cuba en tiempos de pandemia: la vacuna contra el Covid19. En momentos críticos para la economía de la isla, el gobierno cubano no pierde oportunidad de hacer dinero aprovechando uno de sus recursos peor remunerados: el capital humano; y sacando partido de su punta de lanza: la propaganda sobre las supuestas bondades de su sistema de salud.

Es así como llega la campaña "Playas, Caribe, mojitos y vacunas", dirigida al turismo internacional, promocionada por la cadena Telesur y replicada en varios medios internacionales.


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¿Turismo de vacuna en Cuba?

En fecha reciente, un anuncio publicitario en la red social Facebook, enviado a CiberCuba por un lector, promocionaba a Cuba como destino con vacuna incluida para estudiantes de español. Los cursos de idioma en el extranjero suelen ser populares y atractivos entre quienes desean aprender o mejorar su nivel lingüístico en determinado idioma y, al mismo tiempo, conocer otras culturas.

La compañía que ofrecía el paquete turístico es World Study Brasil e incluía 12 semanas con alojamiento y, por supuesto, vacuna en La Habana. Soberana se administra en tres dosis en un periodo de seis semanas. En estos momentos, no es posible encontrar la publicidad en su página oficial.

CiberCuba contactó a World Study Brasil sin obtener respuesta. Hasta el momento, y con excepción de esta compañía, la promoción no pasa de ser una simple mención en medios y agencias de prensa, entre los que se encuentran la alemana Deutsche Welle, la española El Comercio, la canadiense TVA Nouvelles y otros.

Captura de Facebook

El turismo de vacuna no es de factura nacional, sino que ha estado emergiendo en distintas partes del mundo, a raíz de la pandemia. Acaso, los destinos más representativos son Florida, Emiratos Árabes y la India. Amén de las implicaciones éticas que acarrea este tipo de turismo, en algunos casos exclusivo y para quien pueda pagar, está el tema de la disponibilidad de vacunas para el resto de la población y los riesgos de contagio para quienes no puedan acceder a la vacunación.

Por otra parte, Cuba es uno de los pocos países que no ha comprado ninguna de las vacunas ya disponibles en el mercado, sino que ha decidido apostar enteramente por los candidatos vacunales de producción doméstica. Los motivos se desconocen, el gobierno cubano no acostumbra a rendir cuentas a la población.

¿Lucrar con la vacuna?

Vicente Vérez, director del Instituto Finlay de Vacunas de La Habana, dijo a The New York Times que su institución no funciona como las multinacionales “donde el retorno es la razón número uno”, sino todo lo contrario. La salud es la meta y “el retorno es una consecuencia”. El argumento del dirigente forma parte otros de los pilares de la imagen de Cuba en materia de salud: la solidaridad y el humanismo.

Asimismo, Gerardo Guillén, director del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología de la capital cubana que desarrolla dos candidatos vacunales, destaca al propio medio de prensa que “Cuba siempre donó vacunas”, porque los cubanos “ayudamos a otros países”. Sin embargo, esta no es toda la verdad.

Richard Feinberg, experto en Cuba de la Universidad de California plantea que “No es solo medicina y humanitarismo; hay un gran beneficio económico si consiguen controlar el virus”, dijo. “Será no solo un ingreso inmediato, sino un impulso a la reputación del sector biotecnológico farmacéutico cubano, que les permitirá comercializar otros productos médicos”, agregó el académico.

De igual forma, "regalar" vacunas a países necesitados contiene una carga simbólica nada despreciable: crearía compromisos y lealtades en el campo diplomático que podrían revertirse en votos contra el embargo en Naciones Unidas y, probablemente, en silencio cómplice ante las violaciones de los derechos humanos en la isla.

Al mismo tiempo, la donación de vacunas contribuye a fortalecer vínculos comerciales, ya sea a través de la exportación de medicamentos o de la renta de servicios médicos en el exterior, fuente de ingresos número uno en estos momentos para Cuba, que en 2019 dejara alrededor de 6 millones de dólares, el doble que el turismo. De ahí que tenga sentido vincular dos de las entradas de capital más fuertes y consolidadas en la isla: La venta de servicios médicos a extranjeros y el turismo.

De hecho, en una campaña promocional a estos efectos de la cadena Telesur, el propio Vérez aseguró que “los turistas tendrán la opción, si lo quieren, de vacunarse en Cuba también”.

El vaso medio lleno de la medicina cubana

Cuba cuenta actualmente con cuatro candidatos vacunales registrados en la OMS, de los cuales dos, Soberana 02 y Abdala, se encuentran en la tercera fase de ensayos clínicos. Las autoridades han anunciado que piensan producir 100 millones de dosis y, si todo sale bien, la población cubana estaría vacunada en este 2021.

Sí, es cierto que Cuba cuenta con experiencia y prestigio en la producción de vacunas y varios ejemplos lo ilustran. A saber, las vacunas antimeningocócica, contra la hepatitis B, y el contra el agente bacteriano Haemophilus influenzae, además de otra contra el cáncer de pulmón que comenzó a ensayarse en la isla hace pocos años y en estos momentos se encuentra en fase de pruebas con el Roswell Park Comprehensive Cancer Center de Nueva York.

En una entrevista a la agencia de prensa France 24 en español, el doctor Carlos Espinal, especialista en enfermedades geográficas tropicales, señalaba que el país cuenta con la experiencia y los recursos médicos suficientes como para producir la vacuna contra el Covid-19. El también Director del Global Health Consortium en Florida International University (FIU) dijo a esta agencia que él mismo había hecho un estudio en Colombian en 1992 y había podido constatar el equipamiento de Instituciones de Ciencia y Tecnología cubanos. Sus afirmaciones fueron hechas el pasado 4 de marzo.

En este sentido, unos días antes, los periodistas de The New York Times, Ed Augustin y Natalie Kitroeff consideraban la promoción del “sofisticado sistema de salud” cubano, por parte del gobierno de Cuba, como una “prueba de los beneficios del socialismo” que convierte a la vacuna en una oportunidad de relaciones públicas.

También un poco mas atrás, en 2018, el periodista brasileño Ricardo Amorim aseguraba que “En Cuba hay tres cosas que funcionan: la seguridad, la educación y, ciertamente, la salud”.

No todo es color de rosa

El digital de TVANouvelles de Canadá en un debate con expertos sobre el turismo de vacuna en Cuba, Luc Gagnon, Vicepresidente de Ciencias y Vacunas de NEXELIS advertía que Soberana 02, el más avanzado de los candidatos vacunales en la isla, no se ha presentado a Salud Canadá ni a la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA por sus siglas en inglés) para su aprobación.

El experto agregó que, amén que “se ha demostrado que es confiable y segura” por parte de las autoridades sanitarias en Cuba, “todavía hay dudas sobre la validez de estas vacunas porque hay otras en el planeta que también están en la misma situación”, explicaba.

La situación es que, de acuerdo con doctor Espinal, Cuba deberá publicar los estudios en revistas internacionales para proceder a su validación por parte de la comunidad científica mundial, lo que le permitirá exportar el medicamento a otras naciones

Para que pueda ser exportada la vacuna con vistas a su administración internacional o para que otros países no objeten el turismo de vacuna en Cuba, deben conocerse los resultados de los estudios clínicos y ser sometidos a revisión por pares en revistas científicas indexadas. Sin embargo, Cuba solo publicará el índice de eficacia de sus vacunas una vez que concluyan los ensayos clínicos.

Espinal aclara que los estudios en relación con los candidatos vacunales cubanos “aún no se han visto, ni siquiera los estudios en fase 1 y 2, en publicaciones internacionales”. Tampoco queda claro si la vacuna cubana o (las vacunas) protegerá contra las nuevas variantes de coronavirus que, como todo virus, muta constantemente y ya se sabe que, al menos, una de esas mutaciones fue diagnosticada en Cuba. Una vez más, la falta de transparencia le juega al oficialismo y a su propaganda una mala pasada.

Por otro lado, el atraso tecnológico de Cuba, también pudiera ser una atenuante en el turismo de vacuna y en el cumplimiento de esta meta que se han impuesto las autoridades para inmunizar a la población cubana y “regalar” vacunas a los extranjeros en este 2021.

No es un secreto que la producción de los candidatos vacunales se ha visto afectada por años de indolencia, falta de inversiones en el sector científico y de la salud que ha impedido la actualización tecnológica de Cuba toda, aunque para los efectos oficiales solo las sanciones de Estados Unidos hacia Cuba merecen ser mencionadas como causas del deterioro generalizado en la isla.

Según The New York Times, los científicos cubanos carecen de equipamiento y materias primas necesarios para procesar la vacuna hecha en Cuba, lo cual puede demorar el procesamiento y administración de los 100 millones de vacunas proyectadas para este año. Además, aseguran que solo cuentan con un espectrómetro “lo suficientemente potente para analizar la vacuna, y tiene unos 20 años de antigüedad”, dijo Gerardo Guillén, Director de Investigaciones Biomédicas del CIGB. Esto es un problema, pues los espectrómetros son utilizados para el control de calidad.

De cualquier manera, los avances farmacológicos y biotecnológicos en Cuba no están, y no pueden estar, enajenados del colapso que experimenta hoy el sector de la salud pública en la isla. Eso, por una parte. Por otra, lanzar una campaña como la de Telesur para extranjeros, sin antes haber inmunizado a nuestra propia gente, es una actitud, cuanto menos, irresponsable.

En primer lugar, porque en estos momentos el incremento de contagios no cesa, y las medidas restrictivas que se han adoptado en la isla para frenar su propagación tienen como una de sus causas la importación de casos positivos. No se deben promocionar vacunas para turistas que pueden traer el virus consigo a un país no inmunizado. En segundo lugar, porque dado el nefasto precedente de priorizar a extranjeros por encima de los nacionales, puede que la oficialidad no lo piense dos veces para elegir entre los que traen los dólares y los que no los tienen, a la hora de administrar dosis limitadas de vacunas.

Mas allá de si el país llegara a desarrollar y lucrar o no con el turismo de vacuna, la verdadera interrogante sería, ¿acaso los ingresos de estas inversiones capitalistas se revertirán en beneficios para el pueblo cubano?

Si, al menos, de ello resultara el éxito de la vacuna y la total inmunización de la población cubana al Covid19, ya sería la mejor de las ganancias. Es mi deseo que así sea.

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Annarella Grimal

Annarella O'Mahony (o Grimal). Aprendiz de ciudadana, con un título de Máster otorgado por la Universidad de Limerick (Irlanda). Ya tuvo hijos, adoptó una mascota, plantó un árbol, y publicó un libro.


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