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El cubano Arturo Hernández, que combatió en la guerra de Angola en la década del 80 del pasado siglo, hoy sobrevive económicamente gracias a diferentes trabajos que requieren fuerza física y que ponen en peligro su vida porque tiene una enfermedad del corazón.
Este vecino de Baracoa, en el extremo oriental de la isla, estuvo dos años en Cabinda como escolta del jefe de las tropas cubanas, según declaró a través de un video que divulgó el Observatorio Cubano de Derechos Humanos.
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Hernández contó que actualmente no recibe ningún estipendio por el cumplimiento de la misión en Angola, ni asistencia social, por tanto debe buscar diferentes maneras para sobrevivir económicamente.
"Hago un trabajo aquí o allá, pico un poco de grava", dijo Hernández.
El cubano contó al OCDH que su madre cobra solo una pensión que era de su difunto padre, por tanto pasan trabajo para comprar alimentos y otros productos de primera necesidad.
Alrededor del 80% de los cubanos tiene una situación de crisis económica severa o moderada en sus familias. Más del 40% de los entrevistados dice tener problemas para sobrevivir, y el 38% dice que cuenta con lo suficiente, aunque sin comprar algo extra, según datos recopilados por el Observatorio en 2020.
Alejandro González Raga, director ejecutivo de la organización con sede en Madrid, manifestó preocupación por los resultados alarmantes de esta investigación.
"La penuria que atraviesa el pueblo cubano es total responsabilidad de sus gobernantes, que lejos de procurar el bienestar de los ciudadanos están empeñados en sostener un sistema disfuncional", afirmó González Raga.
Tras la implementación de la llamada Tarea Ordenamiento, en Ministerio de Trabajo y Seguridad Social estableció el salario mínimo en Cuba en 2.100 pesos y la pensión de 1.548 pesos.
Aún así, muchos consideran que las nuevas cifras resultan insuficientes porque mientras aumentaron los precios de diversos productos y servicios, se incrementó el desabastecimiento en tiendas y mercados.
Las impopulares medidas económicas han incrementado la brecha entre los ciudadanos que no tienen suficientes recursos económicos y solo tienen en las tiendas en dólares la manera de adquirir alimentos y otros productos de primera necesidad.
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